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Algo más grande por lo que luchar.

Después del momento de conmoción, Kerr logró entregarle su pequeño sobrino a Lina que observó el cadáver de Lair con horror y Víctor ordenó sacarlo de la tienda.

Pasaron el resto del día creando estrategias de defensa y ataque, pero en definitiva todas dependían de los vampiros que Sebastián y Aleck deberían de ser capaces de convencer, pero suerte para todos, Kerr había logrado encontrar la manera de que el sonido de los laboratorios no lo afectara, pero de igual forma disminuiría las fuerzas de sus ejércitos a aun noventa y nueve por ciento.

Trataron de comunicarse con Aleck, pero el teléfono estaba apagado, y no tenían de otra que confiar en que los dos serían capaz de encontrar la ayuda suficiente.

— Hay que tener consideradas todas las posibilidades — les dijo Karina — prácticamente no podemos contar con las habilidades de Kerr, los laboratorios ya tomaron muestras de su sangre, conocen a la raza superior y así como crearon el sonido también crearán algo para inutilizarlo — Kerr asintió, la Alpha tenía razón, ellos sabían que Kerr era el arma más poderosa que tenían las manadas y querrían neutralizarlo — por eso mandé a hacer esto — dijo la pelirroja y caminó hasta la parte de atrás de la tienda, y regresó cargando un casco enorme que dejó sobre la mesa derramando las cosas que había encima.

— No — dijo Kerr — no me esconderé detrás de una armadura como Rak dejándolos a ustedes desprotegidos.

— No — le dijo Rodolfo, ser el Alpha de su manada le había sentado de maravilla, se veía rocinante y fuerte — protegiéndote es como tú nos proteges, te necesitamos en el campo de batalla sano y salvo, tú ganarás esta guerra.

El peso de la responsabilidad cayó sobre los hombros de Kerr como una montaña de plomo y casi que le costó respirar. Sí, era muy muy fuerte, pero, ¿y si fallaba? ¿y si sus fuerzas no eran suficientes? Él era el responsable de que esas tres manadas estuvieran ahí, si perdían a todos sus miembros en esa guerra no se lo perdonaría.

Víctor pareció notar en la cara de su hermano, el gesto preocupado, y golpeó con el dedo el casco de la armadura enorme que estaba sobre la mesa.

— Creo que es todo por hoy, ¿qué les parece si continuamos mañana? — todos asintieron y Kerr se dejó caer pesadamente en una silla estrecha en la que no le cabía el trasero — ya verás que todo saldrá bien —le dijo el Alpha. Kerr se despeinó el rubio cabello con los dedos y Víctor sonrió, de seguro se dio cuenta que ambos tenían esa misma manía.

— No lo sé, no conocemos nada de Jábico, ni cuantos drones tiene, ni qué estrategias puede utilizar, tampoco…

— Ya — le interrumpió Víctor y se sentó a su lado — lo resolveremos, siempre lo hacemos — estiró la mano y apretó el hombro de Kerr que lo miró, sabía que vendría esa conversación y se tensó — ¿enserio ella dijo eso? — Kerr se aclaró la garganta, el sonido lo torturaba allá en la cueva, pero Vanya le había terminado de contar todo de camino al lago y él había escuchado gran parte.

— Si, ella lo dijo, parece que la traición que le hico tu… que le hizo papá la marcó.

— Lair me contó que era una mujer enferma de celos — comenzó a contar el mayor — claro que ya no sé qué era verdad y qué no de todo lo que me dijo el anciano, lo que sí está claro era que papá se acostaba con cuanto hombre y cuanta mujer se le atravesaran, tenía razones para ser celosa, pero… — miró a Kerr a la cara — cuando encontró a tu mamá él… él cambió. fue entonces cuando más tiempo pasó conmigo ¿sabes? me tomó mucho tiempo de verdad darme cuenta que tu madre lo cambió para bien, lo que la mía no pudo hacer con sus incontables peleas y celos.

— ¿Era muy tremendo? — preguntó y Víctor se rio.

— Claro que lo era, las especies del submundo siempre han sido bastante… libertinos — Kerr se encogió de hombros.

— ¿Lo intentaste alguna vez? Ya sabes — Víctor asintió.

— Un par de veces, los hombres son… diferentes — Kerr abrió los ojos ante la confesión de su hermano — no estuvo mal, para nada, pero cuando llegó Lina… ninguna persona será como ella — Kerr se rio.

— Alguien tenía que heredarlo — ambos rieron un poco, con tristeza y nostalgia — ¿crees que tengamos más hermanos por ahí — Víctor asintió.

— No tengo pruebas, pero tampoco dudas, y si los hombres se embarazaran aún más, tal vez encontremos a otro hermano por ahí — Kerr apretó el ceño.

— De seguro será rubio y atractivo — Víctor ladeó la cabeza.

— Y bastante testarudo.

Las luces de las velas inundaban el espacio y le daban a la cara de Víctor una firmeza peculiar, pero Kerr notó detrás de esa cara definida una tristeza incontrolable.

— Lo lamento — dijo — no imagino saber qué estas sintiendo ahora al saber que tú madre es la causante de todo esto — los ojos de Víctor se llenaron de lágrimas y miró al suelo.

— Preferiría que estuviera muerta — dijo el Alpha — ahora tendremos que matarla — a Kerr se le erizaron los vellos de los brazos.

— ¿Recuerdas como murió mi mamá? — Víctor asintió.

— Conducía un auto — dijo, aún tenía la mirada perdida — apenas tenía diez, si mal no recuerdo, y no entendía qué pasaba, todos corrían, había un caos. Papá te dejó en mi habitación, llorabas sin saber qué pasaba y desde ahí escuché el grito de papá — miró a Kerr a la cara — el grito de dolor mas triste que he escuchado. Yo… a veces sueño con él, con su grito.

»supuestamente tu madre conducía y tuvo un accidente, pero recuerdo ver su cuerpo en el ataúd ella… no lucía ningún golpe, se veía tan hermosa como siempre.

— Luana la mató y fingió el accidente — dijo Kerr y Víctor asintió con seguridad.

— No soportó ver que papá la amaba más de lo que nunca la amó a ella y después de su muerte él enfermó.

— Pensé que los lobos no se enfermaban — le dijo Kerr, esa era la información que tenía sobre la muerte del anterior Alpha y Víctor asintió.

— Su mente fue la que se dañó, la verdad nunca me dijeron como murió realmente, pero yo asumo que él mismo terminó con el sufrimiento, luego me hice Alpha, me dejé manipular, odie injustificadamente a mi hermano y ahora estamos aquí, apunto de pelear una guerra que no sabemos si podremos ganar.

Kerr se puso de pie y abrazó a su hermano mayor, solo un abrazo fugaz pero que le llenó de vida el rostro a Víctor.

— Todos cometimos errores, lo importante es remediarlos — el Alpha le sonrió con emoción y antes de irse Kerr le despeinó el cabello rubio.

Cuando salió una ola de frio lo invadió, era ya entrada la noche y la mayoría de las personas estaban organizando todo para ir a dormir y él tuvo que extender la conciencia para encontrar la tienda de Vanya que esperó también fuera la suya.

Cuando entró por la puerta la encontró sentada en el suelo sobre una alfombra de paja leyendo un libro, la luz de la vela le oscureció los ojos verdes cuando lo miro con fastidio y regresó a su libro.

— Veo que la cama es pequeña — dijo Kerr y se paró inocentemente en la punta de los pies, Vanya no lo miró al hablar.

— Pensé que pasarías la noche con Karina para terminar lo que empezaron — le dijo con veneno y Kerr soltó una carcajada, Vanya levantó la mirada y negó con la cabeza, se estaba aguantando las ganas de reír también — idiota —dijo y Kerr se arrodilló frente a ella.

— ¿Estás celosa? — ella le lanzó el libro a la cara y aunque él lo pudo esquivar, dejó que lo golpeara.

— Claro que estoy celosa, abrí la puerta de la tienda y lo primero que me topo es a esa mujer echada sobre ti, y no parecías muy incómodo — Kerr levantó las manos.

— Víctor había acabado de asesinar a Lair, yo no sabía si respirar o salir corriendo — Vanya le apartó la mirada y luego le dio la espalda — Karina es una mujer un poco…

— ¿Calenturienta? — le completó Vanya y Kerr se aguantó la risa.

— Algo así — estiró la mano y acarició el cuello de la mujer — pero debes saber que tú eres la única mujer en mi vida ahora, yo…

— Creo que estoy embarazada — le soltó la muchacha y Kerr tosió, atragantándose con su propia saliva, sintió como le temblaron las manos y los ojos se le pusieron llorosos.

— Pero apenas anoche…

— No de anoche — le dijo ella y se abrazó así misma — cuando estaba herida en la fábrica — Kerr tragó saliva.

— Le dijiste a Lina que no estaban es riesgo de embarazo…

— Kerr — le dijo ella con fuerza y lo volteó a mirar, tenía los ojos enrojecidos — estaba drogada y con una herida abierta en el abdomen ¿crees que recordaría bien mis ciclo menstrual? — Kerr estiró la mano y le acarició la mejilla — me he sentido diferente, con más energía y fuerte, lúcida, como si hubiera estado todo el tiempo en un sueño y esta sea la primera vez que esté despierta realmente —Kerr hizo la cuenta en su mente, cuando podría tener, ¿seis semanas? ¿ocho? — Lina me dijo que así se sentía tener un lobo dentro, ya sabes, sus genes ayudan a que sus madres sean más fuertes par gestarlos — Kerr recordó las cosas que la vio hacer, pelear cuerpo a cuerpo con soldados entrenados, saltar sobre helicópteros entre otras cosas.

— Yo… no sé qué decir — Vanya se abrazó a sí misma y Kerr se lanzó sobre ella para abrazarla, la abrazó tan fuerte que casi le hace daño, pero Vanya se dejó abrazar.

— Si es así, aun es muy pequeño para tener una conciencia, pero quizás tú… — Kerr se apartó y la miró a la cara, asintió con la cabeza y le palpitó con fuerza el corazón.

Extendió la conciencia hacia el vientre de la mujer y dio un salto del susto cuando sintió que, en efecto, había algo ahí adentro, una pequeña, muy pequeña conciencia, tanto que un lobo normal no sería capaz de percibirla y Kerr se alejó nervioso, como si temiera hacerle daño al estar ahí.

Cuando levantó la cabeza las lágrimas no le permitían ver bien, y Vanya lo abrazó subiéndose sobre él.

— Qué miedo — dijo él y ella asintió, claro que daba miedo, estaban peleando una guerra.

Kerr pensó que ahora más que nunca tenía el deber y la responsabilidad de terminarla, tenía que dejarle a su hijo un mundo mejor, sin Jábico.

A su hijo….

Aquello lo hizo sentir extrañamente mejor y feliz, ahora tenía algo más grande por lo que luchar.       

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