Sam entro corriendo al hotel, seguida de cerca por Kevin detrás de ella.
—¿Qué están haciendo aquí adentro? — les pregunto a los dos la recepcionista del hotel, parándose en medio del camino de ambos— saben que no pueden dejar su puesto los dos ¿Qué pasaría si un auto llega? ¿o si alguien necesita salir? ¿Quién buscará su auto si los dos valet parking del hotel están aquí, en lugar de estar enfrente?
Los esfuerzos de la recepcionista por impedir que Sam y Kevin siguieran avanzando se vieron en vano cuando la rubia la pasara de largo, enfadando obviamente a la mujer, por lo que no queriendo pasar por lo mismo dos veces seguidas, esta alcanzó a sostener al varón por el cuello de su camisa, deteniéndolo de manera efectiva al casi ahorcarlo.
—Muy bien Kevin, en lugar de dejarme aquí de pie hablándole a la nada, te exijo que me expliques que está sucediendo.
El castaño se sobaba el cuello lastimado, con la vista enfocada hacia el camino que Samantha había tomado, antes de voltear a ver a Andrea, la recepcionista, la cual lo fulminaba con la mirada en la espera de que él le explicará que estaba a sucediendo.
Pese al gran impulso que sentía de ignorar a la mujer de cabello corto por la mandíbula, para así, poder emprender el paso de nuevo hasta alcanzar a Sam, él sabía que eso sería imposible si antes no le hacía saber a Andrea que era lo que pasaba, más que nada, para evitar que Sam se fuera a meter en problemas.
—Estábamos escuchando la radio, y.
—¡Kevin! ¿Otra vez trajiste esa cosa al trabajo? ¿Acaso quieres que te despidan? — Andrea había interrumpido al varón para regañarlo por su imprudencia— Sabes que el jefe no lo dudaría ni dos veces en tirarte a la calle si te viera oyendo la radio en el trabajo. Además.
—Ya lo sé. Me puedes regañar en otro momento, pero ahora eso no es importante Andy— ese era el apodo de Andrea fuera del trabajo.
Al ella escuchar a Kevin hablarle de manera tan informar, ella se pudo dar cuenta de que las cosas eran más serias de lo que creyó, pues a pesar de que ambos tenían muchos años conociéndose, al haber terminado trabando ambos en ese mismo hotel, los dos habían acordado mantener una conducta profesional y formar todo el tiempo que estuvieran en el trabajo.
—Te escucho. Dime ¿Por qué Sam y tu entraron al hotel con tanta prisa?
—En la radio hablaron de un gran incendio al otro lado de la ciudad, y la unidad de bomberos en dónde trabaja el esposo de Sam está ahí. Dicen que la situación se ve delicada, pero es difícil saber que tan delicada es si solo la escuchamos por la radio. Así que, entramos para ver la noticia por la televisión— le explicó Kevin finalmente a la mujer.
—Entiendo. ¿Y porque simplemente no vieron las noticias por tu teléfono? — pregunto la mujer, ya que ella sabía que el teléfono de la rubia era un modelo muy viejo, por lo que le pareció que en lugar de buscar un televisor, hubiera sido mucho más lógico que Sam le pidiera prestado a Kevin su celular.
—Lo deje en casa— contesto el desviando la mirada con nerviosismo.
—Es decir que lo volviste a perder— agrego Andrea mirando al varón con cansancio.
—No lo perdí. Se exactamente en dónde está. En mi casa… solo no recuerdo en que parte con exactitud.
—Como sea, después hablaremos de lo irresponsable que eres con tus cosas. Si Samantha necesitaba encontrar un televisor, ¿Para que fue a esa dirección? Por ese pasillo solo está el cuarto del conserje y… espera ¿Él también? — Andrea se estampó la mano en la cara al comprender porque la rubia se había ido por aquel pasillo— definitivamente después de hoy hablare con todo el personal para recordarle que deben abstenerse de traer cosas innecesarias al trabajo. ¿Y tú a dónde vas?
—Voy a donde Sam.
—No lo creo. Tu regresaras a tu puesto de trabajo, y te esforzaras el doble por Sam mientras ella ve que se esposo este bien— y después decir lo último, Andrea empujó a Kevin de vuelta a la entrada del hotel, sin hacerle caso a las protestas de su amigo.
Mientras tanto, en otra parte dentro del edificio, la puerta del armario del conserje se abrió de golpe, mostrado a una mujer rubia de pie intentado regular su respiración luego de haber corrido hasta ahí.
—Sam. Ya se que me dijiste que no debía traer un televisor a mi área de trabajo, pero como puedes ver, es muy pequeño, así que nadie lo vera si escodo bien— al sentirte descubierto por la chica que acababa de llegar, el conserje, Antonio, el hombre mayor hablo a una gran velocidad, parándose delante del televisor.
—El canal siete— dijo Sam con un hilo de voz.
—¿Podrías repetir lo que dijiste?
La rubia cerró los ojos unos segundos, dedicándose a tomar un poco más de aire.
—Pon el canal siete— hablo ella con fuerza.
El hombre mayor asintió, cambiado los canales directamente desde el televisor. A su vez Sam termino de entra al reducido espacio, cerro la puerta, para luego tomar una cubeta, voltearla, y sentarse sobre ella.
Finalmente, Antonio dio con el canal siete, en donde usualmente a esa hora transmitían un programa de concursos que se grababa en la ciudad, pero en esos momentos la programación de siempre había sido sustituida por bloque de noticias repentino.
En la pequeña pantalla se podía presenciar la inquietante escena de un edificio completamente en llamas.
—Hasta ahora, gracias a la rápida respuesta de los bomberos se ha logrado evacuar a todos los inquilinos de los otros dos apartamentos que rodean está residencia— informo la reportera señalando el edificio que se quemaba detrás de ella.
Había una cinta que rodeaba varios metros de distancia el área donde aún seguía el incendio. Habían más de un camión de bomberos en la localidad. Unos estaban haciendo lo que podían en controlar el fuego, otro grupo de bomberos, junto a la policía, trataba de mantener a las personas al otro lado de la cinta por su seguridad, mientras que los demás bomberos entraban para buscar a las personas que pudieron haber quedado atrapadas por el fuego.
Los bomberos salían de par en par del edificio, cargando en brazo a una, dos, o hasta tres personas a la vez, estás inmediatamente eran llevadas a las ambulancias cercanas. Todo estaba siendo grabado y trasmitido por las noticias. Y Sam casi ni respiraba al ver como las cosas parecían no querer mejorar con prontitud.
Esto era aun más visible al ver que el techo de la residencia parecía comenzar a ceder un poco, asustando a todos los presentes. Los bomberos comenzaron a retirarse, pues la estructura del edificio era muy inestable, así que, luego de sacar a todas las personas que pudieron, los bomberos fueron saliendo del lugar. Justo luego de que todos salieran, una gran llamarada consumió la entrada principal, haciendo imposible para cualquiera poder entrar de nuevo.
—Me acaban de informar que debemos alejarnos mas, ya que tal parece el edificio está a nada de derrumbarse— la reportera volvió a hablar, siendo enfocada por la cámara, tenido de fondo detrás de ella, a una distancia prudente, al edificio en llamas— En breve le traeremos más información del posible origen del fuego, y la baja total de víctimas. Mientras tanto entrevistaremos a los vecinos de los otros edificios para que nos.
Varios gritos se hicieron presentes. Y la cámara dejo de grabar a la reportera para enfocarse en las personas que gritaban, todas señalaban al edificio, así que, el camarógrafo cambio la lente de su cámara a ese lugar, enfocando aún más a la dirección que todos estaban señalando.
En una ventana del edificio, estaba un bombero, el pobre se había quedado atrapado dentro queriendo rescatar a su compañero. Los demás bomberos se acercaron con una gran red, posicionándose debajo de la ventana, haciéndole señales al bombero atrapado para que saltara.
Pero en lugar de saltar el bombero regreso al interior del edificio, nadie podía entender porque simplemente no saltaba a la red, hasta que unos segundos después el bombero regreso a la ventana, cargando a otro bombero en sus brazos, que parecía estar inconsciente, y empujando a este por la ventana, cayendo directamente sobre la red.
Las personas aplaudieron ante la valiente hazaña de ese bombero que había puesto en primer lugar la vida de su compañero sobre la suya. Ahora solo quedaba que ese último bombero saltara también a la red, y saliera por fin de ese peligroso edificio envuelto en fuego.
Pero cuando el bombero estaba por salir por la ventana, lo inimaginable paso. El edificio colapso…
La pantalla se llenó de humo, y se podían escuchar los gritos de las personas, el pánico de los presentes era palpable. No se podía identificar ninguna figura en el televisor, y lo siguiente que paso fue que la toma fue cortada, regresando a los presentadores del noticiero que estaban muy lejos de lo sucedido, dentro de la seguridad del edificio del canal de televisión.—Tal párese la caída del edificio ocasiono que la transmisión se cortara— hablo la mujer sentada en la pantalla de televisión, para luego sostener el aparato que estaba colocado en su oído, y escuchar con atención lo que le decían por este— ahora mismo me informan que nuestra reportera y el camarógrafo que está con ella están bien.—Después de una breve pausa intentaremos volver a la escena, y les diremos con mayor detalle que a sucedido— agrego el otro reportero sentado en el estudio de noticias, el cual también había estado escuchando que le decían algo por el aparato de su oído.Y después de decir aquello iniciaron l
El funeral fue pequeño, solo asistieron los compañeros bomberos de Jake, y algunas personas del trabajo de Sam.Todos se acercaron a ella y el dieron sus condolencias en este triste día.—Yo no tuve la oportunidad de conocer muy bien a Jake. Pero sus últimas acciones fueron lo que me demostraron que era un gran sujeto— le dijo un hombre en traje a Samantha, el cual era uno de los bomberos de la unidad de su esposo.—Todos extrañaremos a Jake.—Mis condolencias. Su esposo fue todo un héroe. Debe de estar orgullosa de él.Fueron algunas de las muchas palabras que le dedicaron a la rubia conforme iban llegando las personas al funeral.Junto a Sam estaban sentados Kevin, Jessie, Andrea, y Antonio. Había unos que otros compañeros del hotel y la cafetería, quienes intentaban animarla con palabras de apoyo, pero ella solo les respondía asintiendo la cabeza para darles a entender que ella los estaba escuchando.Fue muy extraño ver cómo el ataúd bajaba lentamente dentro del foso en el suelo, es
Oliver acerco su auto a la entrada principal del hotel al igual que muchas otras ocasiones él tenía un asunto de suma importancia que atender en este edificio, se podría decir que después de tanto tiempo está ya era su rutina.Y al igual de todas las veces anteriores en las que iba a este hotel, tenía sentimientos encontrados. A Oliver no le entusiasmaba tener que venir tan seguido, ya que esto siempre le hacía sentir una extraña sensación de vacío, que se mezclaba a su vez con un sentimiento de nostalgia. Pero por el otro lado, cuándo él dejaba pasar, aunque fuera, simplemente una sola semana sin venir, era algo innegable que terminaría sintiéndose mucho peor de lo que se sentiría al venir a este lugar.Una de las pocas cosas que le hacían más digerible el tener que visitar el hotel, era que cada vez que llegaba terminaba encontrándose con Sam, esa bajita mujer de cabello rubio, ojos marrones, la cual siempre parecía estar animada, y con la que él disfrutaba intercambiar, aunque fuera
Según lo que le habían dicho los empleados del hotel, o mejor dicho la empleada, ya que el chico que trabajaba como valet parking mantuvo su postura de no querer seguir hablado con él y se fue dejándolo solo con Andrea, la mujer que trabajaba como recepcionista en el edificio, el motivo por el que había faltado Sam aquel día se debía a la muy reciente perdida de su esposo.Luego de saber aquello, Oliver no se quiso quedar ahí por mucho más tiempo, así que se apresuró a salir en busca de su auto.—Ella ya no debe estar en la funeraria. Nos dijo que quería estar sola, por lo que ya debería de estar en su casa— informo Andrea al ver al pelinegro avanzar con apuro a la salida, adivinando exitosamente hacia donde se dirigían las acciones de él.Oliver se detuvo. Si eso era lo que Sam quería, entonces debía respetar su deseo. Aunque había una pequeña parte de su mente que le decía que ignorara aquello y que de todas formas fuera a ver a la rubia.Pero el problema ahora, era que él no sabía e
Todo estaba en completa oscuridad, era igual que estar en un abismo apartada de todos.Fue solo cuando Sam comenzó a distinguir un sonido a lo lejos que ella pudo distinguir con el de una máquina, este sonaba similar a un pitido agudo he intermitente, el cual poco a poco se escuchaba con más nitidez, a la vez que la oscuridad se hacía cada vez menos densa.Otros sonidos iniciaron a hacerse presente, ayudando a Sam a darse cuenta de que no estaba sola.En esos momentos fue que ella cayó en cuenta que tenía los ojos cerrados, por lo que con pesadez empezó a abrirlos, sintió en sus ojos marrones la molesta luz del techo.Tuvo que pestañas un par de veces para acostumbrarse a la luz, y poder deshacerse de la vista nublosa.—¿En dónde estoy? — pregunto Samantha para si misma al no reconocer el techo, ni la cama en dónde se hallaba.Al girar la cabeza se encontró con que su cama estaba rodeaba de varias cortinas de color azul pálido, pero lo que más le llamo la atención fue notado que en su
Samantha había caído desplomada frente a Oliver apenas se encontraron, y gracias a la rápida reacción de parte él, ella no había terminado en el suelo.La sostuvo con fuerza y con la mayor delicadeza que se le fue posible la metió en el asiento trasero de su auto, dejándola recostada ahí.Saco su teléfono celular dispuesto a llamar por ayuda, pero termino tirando su teléfono al asiento del copiloto. Sería mucho más rápido si él la llevaba en su auto a un hospital cercano.Condujo con prisa, mientras a su vez veía de reojo a la pasajera rubia que se hallaba inconsciente detrás de él. Por lo menos le consolaba ver que el pecho de Sam subía y bajaba con lentitud, es decir, estaba respirando, pero que estuviera desmayada no era algo para estar tranquilo de todas formas.Llego a la sala de emergencias del hospital, cuando con su auto el vigilante de la entrada le había dicho que esperara a que le buscarán una camilla, pero él no se sintió con la suficiente paciencia para hacer eso, por lo q
—Entiendo. Aunque fuera algo loca la manera que lograste quedarte aquí conmigo. Te lo agradezco Oliie, fue muy lindo de tu parte que te quedaras ver que estuviera bien — Agradeció Sam después de que Oliver terminara de relatarle bajo qué circunstancias tuvo que terminar mintiendo acerca de ser su prometido — pero bastante innecesario.—¿Como que innecesario?—Pudiste solo dejarme en el hospital he irte, no hacia falta que te quedaras todo este tiempo ¿cuánto fue? ¿dos, tres horas? — la chica busco un reloj con la mirada, lo cierto es que no tenia aun un concepto exacto de cuánto tiempo había perdido el conocimiento.—¿Por qué dices eso? ¿te parece bien que deje, así como si nada después de que te desvaneciste frente a mí? — al azabache no le gusto que ella planteara esa como una buena opción para su propia persona.—Fue solo un desmayo, y tu mismo sabes que fue simplemente por mi propia culpa al no estar pendiente de mis comidas, ya aprendí la lección, por cierto, pero no era nada grav
La enfermera no era ninguna novata en su profesión, los muchos años de experiencias ya habían pasado sobre ella, dotándola del conocimiento que en ocasiones los internos del hospital envidiaban. Por esa misma razón no tenia casi ninguna duda de saber que ocasionaba los diversos malestares de la joven rubia que día de estaba bajo su cuidado. Sus ojos nunca le fallaban, y mucho menos su intuición, por algo había sido escogida como jefa de enfermería a sus presuntamente corto treinta y nueve años de edad.—Disculpe… ¿Qué opina usted? ¿Debería de preocuparme por mis síntomas? — Sam no mentiría al decir que no le preocupaba, aunque fuera un poco la migraña, y los otros malestares que habían perturbado el ultimo mes de su vida. Pero tampoco veía que fuera ayudar de algo darles demasiada importancia, tenia otras cosas mas relevantes en su vida en lo que pensar y concentrar su atención. Solo que no ayudo mucho ver como la enfermera se callaba y parecía muy concentrada en el posible causante d