Espero que les guste este nuevo capitulo. lamento mucho estar tan ausente, les prometo que estaré actualizando esta historia mas seguido hasta acabarla. Espero sus opiniones, me encantaria conocerlas
La enfermera no era ninguna novata en su profesión, los muchos años de experiencias ya habían pasado sobre ella, dotándola del conocimiento que en ocasiones los internos del hospital envidiaban. Por esa misma razón no tenia casi ninguna duda de saber que ocasionaba los diversos malestares de la joven rubia que día de estaba bajo su cuidado. Sus ojos nunca le fallaban, y mucho menos su intuición, por algo había sido escogida como jefa de enfermería a sus presuntamente corto treinta y nueve años de edad.—Disculpe… ¿Qué opina usted? ¿Debería de preocuparme por mis síntomas? — Sam no mentiría al decir que no le preocupaba, aunque fuera un poco la migraña, y los otros malestares que habían perturbado el ultimo mes de su vida. Pero tampoco veía que fuera ayudar de algo darles demasiada importancia, tenia otras cosas mas relevantes en su vida en lo que pensar y concentrar su atención. Solo que no ayudo mucho ver como la enfermera se callaba y parecía muy concentrada en el posible causante d
Dentro de un baño para mujeres de un conocido y prestigioso hotel, una muy joven mujer se hallaba inclinada contra la puerta de unos de los cubículos de aquel baño, escuchado el muy distinguible sonido de una nariz tapada por la mucosidad, misma nariz que le pertenecía a la otra mujer que estaba al otro lado de la puerta cerrada entre ambas. —Señorita ¿está todo bien?— pregunto una de las meseras que habían sido contratadas para esa noche, a la vez que daba un par de golpes suaves a la puerta. —Si, todo está bien. Mejor no podría estar. Ya eso sería algo imposible ¿no lo crees? Así que no entiendo para que lo preguntas— respondió la Sam Smith. La mujer que estos momentos se encontraba encerrada en uno de los cubículos dentro del baño de mujeres del lugar. —Es cierto. Puede que mi pregunta suene un poco fuera de lugar, tomando en cuenta que hoy es el día de su boda. El día más feliz en la vida de toda mujer, o al menos eso me han comentado. Yo no sabría decir si eso es verdad, tan s
Tan solo un mes atrás…La primavera recién había comenzado, todo empezaba a florecer. El clima era fresco y despejado, perfecto para salir y hacer un picnic en el parque.—Como quisiera poder tomarme el día— se quejo la mujer de cabellos rubios marcando su entrada al trabajo esa mañana en el pequeño café con vista directa al parque.—Ni que lo digas Sam. Después de dejar a los niños en la escuela, lo primero que cruzo por mi mente era tomar el autobús de regreso a casa y volver a mi amada cama. Pero luego recordé que, si no trabajo, no me pagan, y si no me pagan, no tendré dinero para comprar algunas cositas importantes, cómo… no se… comida. — comento Jessica, la mujer de mediana edad que trabajaba detrás de la caja registradora, a la vez que se ubicaba en su puesto de trabajo.—Lo sé. Lo sé. Y no solo son las cosas básicas. Por mi parte ya voy retrasada dos meses con mi renta. Ahora mismo no puedo darme el lujo de tomarme un día libre.—¿Quería aún sigues con eso? ¿Acaso con los traba
—No te vez muy bien hoy ¿te sientes mal? — le había preguntado Kevin esa noche, el chico de su misma edad con el que en ocasiones Sam tenía la oportunidad de trabajar.—Solo es un pequeño dolor de cabeza. No es nada de qué preocuparse— ella contesto de pie junto a él.Ese día estaban trabajando aparcando los autos de las personas que venían al hotel. Dentro de uno de los lujosos salones de ese edificio se estaba llevando acabo un evento, una fiesta, de muchas otras que se solían hacer los fines de semana como este. Por lo tanto, la carga de trabajo era mayor, no solo para el personal que trabaja dentro del hotel, sino que de igual manera los valet parking estaban mucho más ocupados de lo habitual.Hay quienes pensarían que aquel empleo que consistía en conducir un auto ajeno y ubicarlo con cuidado entre los demás del estacionamiento no era nada complicado. Pero lo cierto es que al igual que cualquier otro empleo, este también tiene sus problemáticas.Después de un poco más de dos años
Oliver, un hombre que estaba apenas entrado a sus treinta años de edad, de cabello color azabache y ojos azules. Era alguien con quién Sam nunca se había esperado hacer una amistad.Se habían conocido hace un poco más de un año, por alguna razón el frecuentaba el hotel en donde Sam trabaja, por lo menos unas dos, o hasta tres veces por semana. Aunque los momentos en dónde ambos coincidían eran fugases, esto no evito que de alguna manera ambos terminaran intercambiando algunos saludos.Hasta un día en el que se vieron por primera vez fuera de las horas de horas laborales de la mujer.Aquella mañana el esposo de Sam había salido temprano y se había llevado el auto que los dos compartían, por lo que Sam tuvo que tomar el autobús, pero lamentablemente el viaje en el transporte público se vio afectado cuando una de las ruedas del vehículo estalló.Todos los pasajeros se vieron forzados a bajar del autobús en busca de algún otro transporte, con la excepción de quienes prefirieron quedarse e
A diferencias de otras ocasiones en las que Oliver se quedaba un par de minutos frete al hotel para saludar a Sam, en esta oportunidad el hombre de cabellos azabache parecía tener prisa, pues después de que Martin, el molesto cliente que Oliver le había ayudado a tranquilizar, se había marchado, no pasó casi nada antes de que él pelinegro también se fuera para ingresar al edificio.Sam se encargo personalmente de estacionar el lujoso automóvil del pelirrojo, ya que no estaba segura de poder confiarle esa tarea a Kevin, su impulsivo y temperamental compañero de trabajo. Tendría que ser muy ingenua si dejaba que el castaño se hiciera cargo del vehículo del hombre que hasta hace no más de unos pocos minutos atrás estuvo a punto de confrontar de manera imprudente. Mientras que este mismo se encargó de aparcar el auto que le pertenecía a Oliver.Por alguna razón esa noche el flujo de trabajo fue más exigente que otras noches, por lo que tanto ella, cómo Kevin, apenas si pudieron tener tiemp
Sam entro corriendo al hotel, seguida de cerca por Kevin detrás de ella.—¿Qué están haciendo aquí adentro? — les pregunto a los dos la recepcionista del hotel, parándose en medio del camino de ambos— saben que no pueden dejar su puesto los dos ¿Qué pasaría si un auto llega? ¿o si alguien necesita salir? ¿Quién buscará su auto si los dos valet parking del hotel están aquí, en lugar de estar enfrente?Los esfuerzos de la recepcionista por impedir que Sam y Kevin siguieran avanzando se vieron en vano cuando la rubia la pasara de largo, enfadando obviamente a la mujer, por lo que no queriendo pasar por lo mismo dos veces seguidas, esta alcanzó a sostener al varón por el cuello de su camisa, deteniéndolo de manera efectiva al casi ahorcarlo.—Muy bien Kevin, en lugar de dejarme aquí de pie hablándole a la nada, te exijo que me expliques que está sucediendo.El castaño se sobaba el cuello lastimado, con la vista enfocada hacia el camino que Samantha había tomado, antes de voltear a ver a An
La pantalla se llenó de humo, y se podían escuchar los gritos de las personas, el pánico de los presentes era palpable. No se podía identificar ninguna figura en el televisor, y lo siguiente que paso fue que la toma fue cortada, regresando a los presentadores del noticiero que estaban muy lejos de lo sucedido, dentro de la seguridad del edificio del canal de televisión.—Tal párese la caída del edificio ocasiono que la transmisión se cortara— hablo la mujer sentada en la pantalla de televisión, para luego sostener el aparato que estaba colocado en su oído, y escuchar con atención lo que le decían por este— ahora mismo me informan que nuestra reportera y el camarógrafo que está con ella están bien.—Después de una breve pausa intentaremos volver a la escena, y les diremos con mayor detalle que a sucedido— agrego el otro reportero sentado en el estudio de noticias, el cual también había estado escuchando que le decían algo por el aparato de su oído.Y después de decir aquello iniciaron l