Todo estaba en completa oscuridad, era igual que estar en un abismo apartada de todos.Fue solo cuando Sam comenzó a distinguir un sonido a lo lejos que ella pudo distinguir con el de una máquina, este sonaba similar a un pitido agudo he intermitente, el cual poco a poco se escuchaba con más nitidez, a la vez que la oscuridad se hacía cada vez menos densa.Otros sonidos iniciaron a hacerse presente, ayudando a Sam a darse cuenta de que no estaba sola.En esos momentos fue que ella cayó en cuenta que tenía los ojos cerrados, por lo que con pesadez empezó a abrirlos, sintió en sus ojos marrones la molesta luz del techo.Tuvo que pestañas un par de veces para acostumbrarse a la luz, y poder deshacerse de la vista nublosa.—¿En dónde estoy? — pregunto Samantha para si misma al no reconocer el techo, ni la cama en dónde se hallaba.Al girar la cabeza se encontró con que su cama estaba rodeaba de varias cortinas de color azul pálido, pero lo que más le llamo la atención fue notado que en su
Samantha había caído desplomada frente a Oliver apenas se encontraron, y gracias a la rápida reacción de parte él, ella no había terminado en el suelo.La sostuvo con fuerza y con la mayor delicadeza que se le fue posible la metió en el asiento trasero de su auto, dejándola recostada ahí.Saco su teléfono celular dispuesto a llamar por ayuda, pero termino tirando su teléfono al asiento del copiloto. Sería mucho más rápido si él la llevaba en su auto a un hospital cercano.Condujo con prisa, mientras a su vez veía de reojo a la pasajera rubia que se hallaba inconsciente detrás de él. Por lo menos le consolaba ver que el pecho de Sam subía y bajaba con lentitud, es decir, estaba respirando, pero que estuviera desmayada no era algo para estar tranquilo de todas formas.Llego a la sala de emergencias del hospital, cuando con su auto el vigilante de la entrada le había dicho que esperara a que le buscarán una camilla, pero él no se sintió con la suficiente paciencia para hacer eso, por lo q
—Entiendo. Aunque fuera algo loca la manera que lograste quedarte aquí conmigo. Te lo agradezco Oliie, fue muy lindo de tu parte que te quedaras ver que estuviera bien — Agradeció Sam después de que Oliver terminara de relatarle bajo qué circunstancias tuvo que terminar mintiendo acerca de ser su prometido — pero bastante innecesario.—¿Como que innecesario?—Pudiste solo dejarme en el hospital he irte, no hacia falta que te quedaras todo este tiempo ¿cuánto fue? ¿dos, tres horas? — la chica busco un reloj con la mirada, lo cierto es que no tenia aun un concepto exacto de cuánto tiempo había perdido el conocimiento.—¿Por qué dices eso? ¿te parece bien que deje, así como si nada después de que te desvaneciste frente a mí? — al azabache no le gusto que ella planteara esa como una buena opción para su propia persona.—Fue solo un desmayo, y tu mismo sabes que fue simplemente por mi propia culpa al no estar pendiente de mis comidas, ya aprendí la lección, por cierto, pero no era nada grav
La enfermera no era ninguna novata en su profesión, los muchos años de experiencias ya habían pasado sobre ella, dotándola del conocimiento que en ocasiones los internos del hospital envidiaban. Por esa misma razón no tenia casi ninguna duda de saber que ocasionaba los diversos malestares de la joven rubia que día de estaba bajo su cuidado. Sus ojos nunca le fallaban, y mucho menos su intuición, por algo había sido escogida como jefa de enfermería a sus presuntamente corto treinta y nueve años de edad.—Disculpe… ¿Qué opina usted? ¿Debería de preocuparme por mis síntomas? — Sam no mentiría al decir que no le preocupaba, aunque fuera un poco la migraña, y los otros malestares que habían perturbado el ultimo mes de su vida. Pero tampoco veía que fuera ayudar de algo darles demasiada importancia, tenia otras cosas mas relevantes en su vida en lo que pensar y concentrar su atención. Solo que no ayudo mucho ver como la enfermera se callaba y parecía muy concentrada en el posible causante d
Entre las miradas indiscretas, y los sin esfuerzos intentos de hablar susurrando de los demás pasajeros que obviamente se les hacia mas interesante señalar su muy desaliñado estilo de vestir, bata de hospital y ropa semi formal de funeral, el viaje en autobús había sido justamente lo que esperaba que seria. Ya podía sentirse de nuevo agotada, las horas de sueño que había obtenido en la noche que paso en el hospital parecía que no habían sido suficiente para el momento que se bajó del transporte público, y, aun así, aun debía ir por al menos veinte minutos a pie para llegar a su edificio.Por lo menos no está lloviendo, pensó ella en uno de sus recurrentes intentos de ver el vaso medio lleno y no medio vacío. Pero no era tan fácil pensar cuando el calor del sol abrasador en el cielo despejado solo le recordaba lo incomoda que se sentía al tener más de un día sin tomar una ducha, y lo mucho que anhelaba llegar a su hogar y meterse en la regadera, «¿No se suponía que estábamos en primave
Jess era una mujer centrada, ya estaba cruzando la mediana edad, y tras muchas vueltas en la vida, aprendió que lo mejor que se podía hacer para poder sobrellevar los sucesos que acontezcan, era saber respetar los tiempos. Cuando estuvo en la escuela apunto de repetir el ano y no graduarse, supo que era tiempo de estudiar, cuando se estero que iba ser madre, supo que era tiempo de trabajar, y cuando su esposo se fue y termino sola con dos hijos pequeños, supo que no debía lamentarse, era momento de centrarse mas que nada en sus hijos.Cuando ella conoció Sam puedo saber con solo echarle un vistazo, que la joven iba a toda velocidad, solo era una muchacha de diecinueve años y ya estaba casada, ni ella ni su esposo parecían estar del todo preparados para la vida en matrimonio, hasta donde ella sabia la joven pareja se había casado después de un corto noviazgo y no tenían ahorros. Y en todos esos años que llevaba conociendo a la rubia, esta parecía que nunca se tomaba un respiro.Le sabi
Dentro de un baño para mujeres de un conocido y prestigioso hotel, una muy joven mujer se hallaba inclinada contra la puerta de unos de los cubículos de aquel baño, escuchado el muy distinguible sonido de una nariz tapada por la mucosidad, misma nariz que le pertenecía a la otra mujer que estaba al otro lado de la puerta cerrada entre ambas. —Señorita ¿está todo bien?— pregunto una de las meseras que habían sido contratadas para esa noche, a la vez que daba un par de golpes suaves a la puerta. —Si, todo está bien. Mejor no podría estar. Ya eso sería algo imposible ¿no lo crees? Así que no entiendo para que lo preguntas— respondió la Sam Smith. La mujer que estos momentos se encontraba encerrada en uno de los cubículos dentro del baño de mujeres del lugar. —Es cierto. Puede que mi pregunta suene un poco fuera de lugar, tomando en cuenta que hoy es el día de su boda. El día más feliz en la vida de toda mujer, o al menos eso me han comentado. Yo no sabría decir si eso es verdad, tan s
Tan solo un mes atrás…La primavera recién había comenzado, todo empezaba a florecer. El clima era fresco y despejado, perfecto para salir y hacer un picnic en el parque.—Como quisiera poder tomarme el día— se quejo la mujer de cabellos rubios marcando su entrada al trabajo esa mañana en el pequeño café con vista directa al parque.—Ni que lo digas Sam. Después de dejar a los niños en la escuela, lo primero que cruzo por mi mente era tomar el autobús de regreso a casa y volver a mi amada cama. Pero luego recordé que, si no trabajo, no me pagan, y si no me pagan, no tendré dinero para comprar algunas cositas importantes, cómo… no se… comida. — comento Jessica, la mujer de mediana edad que trabajaba detrás de la caja registradora, a la vez que se ubicaba en su puesto de trabajo.—Lo sé. Lo sé. Y no solo son las cosas básicas. Por mi parte ya voy retrasada dos meses con mi renta. Ahora mismo no puedo darme el lujo de tomarme un día libre.—¿Quería aún sigues con eso? ¿Acaso con los traba