Un corazón herido
Un corazón herido
Por: Isa92
Prólogo

Una mujer mayor se encontraba con un hombre de mediana edad, ella sonreía ampliamente al personaje frente a sí y sus manos estaban entrelazadas la una con la otra.

_ Tengo que agradecerte por haberte fijado en mi hija, la realidad es que pensé que ella iba a morir soltera pero gracias a ti eso desapareció _ la mujer le sonrió más ampliamente _ por cierto, ¿Cuándo van a dar el siguiente paso? Porque lo van a dar, ¿O no?

_ De hecho eso venía a hablar con usted _ él sacó la caja de su bolsillo _  quiero que se lo dé a Samantha, dígale que nos vamos a casar y lo tiene que comenzar a usar.

La mujer se puso feliz al escuchar que a su hija le proponían matrimonio, poco le importaba que fuera de esa forma, tomó la caja antes de que el novio de su único retoño se arrepintiera y le dijo que definitivamente se lo daría.

Mientras tanto una chica de cabello rizado castaño, 1.75 cm de altura, con curvas muy hermosas y una bella sonrisa; venía saliendo de la oficina del gerente del banco con varios documentos en las manos. En el momento que subió al elevador se encontraba sola sin embargo dos pisos hacía abajo se detuvo, ella no miró en absoluto el hombre que entró debido a que sus ojos estaban enfocados en los papeles que llevaba consigo, sin embargo, justo en ese momento el ascensor se descompuso y quedaron a oscuras.

_ No, esto no _ dijo con miedo _ es imposible que suceda, Dios por favor quiero que te compadezcas de mi alma.

El hombre que subió rápidamente se dió cuenta que la mujer a su lado era claustrofóbica, se acercó a ella y con una voz muy gruesa comenzó a hablarle, sin embargo no esperaba que la chica se le abalanzó para abrazarlo. Solo de esta forma es que se pudo sentir segura.

_ Tranquila _ dijo el hombre mientras acariciaba su espalda _ ya pronto van a arreglar el elevador, solo es cuestión de esperar, ¿Cómo te llamas?

_ Dime Afrodita _ ella dijo de forma temerosa _ es lo único que se me viene a la mente en estos momentos, por favor no me dejes sola.

_ Muy bien Afrodita, yo seré Ares entonces _ él le dió un beso en la frente _ no tengo adónde ir, estoy atrapado al igual que tú así que no te preocupes al pensar que te voy a dejar sola.

“Afrodita” comenzó a tener un ataque de ansias, “Ares” por su parte no encontró manera de tranquilizarla más que darle un beso. Ella aunque al inicio tuvo intenciones de alejarlo lo cierto es que no pudo hacerlo, fue todo lo contrario, lo acercó más a su cuerpo.

Ella pudo sentir cómo las amplias manos del hombre se pasaban por sus caderas y poco a poco el vestido que llevaba puesto comenzaba a elevarse cada vez más, se vió alzada sin ninguna dificultad por el misterioso hombre, sus piernas abrazaron la delgada pero tonificada cintura de su Ares y los labios del hombre se pasearon por todo su cuello y el valle de sus senos.

_ Me tienes loca _ ella dijo en un susurro _ pero esto no puede ser, tengo un novio, debo serle fiel.

_ No miró que me alejes, o mejor dicho, no siento que me apartes si no todo lo contrario _ él beso uno de sus pezones y luego lo mordió _ no te hagas tonta, deseas esto tanto como yo.

En el momento que ella iba a acceder a tener intimidad con un desconocido fue que decidió apartarse de él, luego de hacer tal cosa el elevador se arregló y sus puertas se abrieron. La chica lejos de volver a ver hacía atrás salió corriendo como si el diablo estuviera detrás suyo. 

Finalmente ella llegó a la casa que compartía con su madre y en el momento que ella la miró fue a recibirla entre contenta y rabiosa.

_ ¿Por qué has tardado tanto, Samantha? _ dijo rabiosa _ no tienes idea la noticia que te tengo, estoy feliz ya que finalmente las cosas con Abel se concretaron.

_ Yo también te tengo buenas noticias, demoré en venir porque vengo del banco _ dijo un poco nerviosa _ finalmente…

_ ¡Espera un momento! Lo mío definitivamente es más importante, Abel te dejo esto, dice que comiences a usarlo ya que se van a casar.

Samantha lejos de creer lo que su madre le dijo fue que se terminó de convencer en el momento que miró el anillo en la caja. No se sentía contenta, ella esperaba otro tipo de propuesta de matrimonio, una en la que estuvieran juntos y él se arrodillará, después de todo habían estado juntos por 3 años en los cuales Abel fue su primera vez en muchos aspectos.

_ No lo sé mamá, esperaba otra propuesta de matrimonio _ ella dijo decepcionada _ sinceramente esto es algo muy serio, no es como si me está dejando un dinero que me debe o algo por el estilo.

_ No seas malagradecida _ ella tomó la caja y sacó el anillo para colocarlo en el dedo de su hija _ realmente has corrido con suerte, no cualquier hombre va a querer casarse contigo, es decir, mírate, eres una vaca andante, considerate afortunada de que Abel quisiera dar el siguiente paso, nadie más se atrevería a estar contigo debido a tu físico.

Samantha no quiso decir nada, simplemente bajó la cabeza y miró el anillo en su dedo. Ella amaba a Abel, definitivamente deseaba formar una familia a su lado y se quedaría con ese sentimiento.

_ ¿Qué es lo que tenías que decirme? _ preguntó la mujer _ vamos a ver si realmente eso es algo mejor que lo que yo te acabo de decir.

_ Finalmente me otorgaron el préstamo para iniciar con mi negocio _ ella sonrió ampliamente _ voy a tener mi boutique mamá, no tienes idea la felicidad que esto me da.

_ ¿Esa era tu buena noticia? _ ella la miró con las cejas fruncidas _ definitivamente hice algo bien, interrumpirte, lo mío era mil veces mejor. Desde ya te digo que vayas olvidando ese sueño tonto de tener tu propio negocio ya que vas a tener que ser ama de casa a tiempo completo, no puedes desatender a Abel solo por estar queriendo jugar en tus trapos.

_ Lo siento demasiado mamá, pero a eso si que no pienso renunciar, no lo haré en absoluto y punto final. Ni por ti, ni por Abel; ya veré cómo me organizó con el tiempo para tener bien atendido tanto el hogar como mi negocio, no me quemé las cejas en la escuela de diseño por el simple gusto, mi título de diseñadora no merece estar agarrando polvo en una esquina de la casa que voy a compartir con mi marido.

Samantha no dijo nada y simplemente se fue de donde estaba su madre, ya ella había escuchado peores cosas por parte de su progenitora, aunque se suponía que debía estar acostumbrada a tales palabras lo cierto es que cada vez le calaba un poco más en su alma y en su autoestima. Fue al baño de su habitación y ahí miró los chupones que le dejó el misterioso Ares, en sus adentros pensaba que era una descarada al ponerse de melindrosa con la propuesta de matrimonio que le había hecho Abel, al menos él no le fue infiel de ninguna forma durante el tiempo que llevaba de relación.

Un mensaje la sacó de sus cavilaciones, al leer el remitente miró que se trataba de Liah, su mejor amiga y confidente. Ella le preguntaba sobre lo de su préstamo, al menos existía una persona que se encontraba al pendiente de sus sueños.

_ Me han otorgado el préstamo _ le escribió _ pero no solamente pase por eso, Abel me propuso matrimonio y acepté.

En el momento que su amiga leyó esto la llamó directo al celular, ella le pidió que le contará todo y una vez que finalizó se hizo un silencio abrupto en el que un bufido por parte de Liah fue que lo rompió por completo.

_ Ya de por si no toleraba a Abel antes, ahora menos, es un descaro por completo lo que ese tipo quiere hacer _ ella habló con rabia _ ¡Nadie propone matrimonio de esa forma!

_ Pero Liah, lo importante es que me voy a casar con alguien que realmente me ama y lo amo _ ella justificó _ deberías alegrarte por tu amiga.

_ Quizás tú lo amas, pero él definitivamente no, sinceramente no sé que hace contigo y déjame aclararte que no es por tu fisico, si no que no me explicó por qué tomó esta decisión si no hay amor de por medio, es absurdo _ ella hizo una pausa _ estaría feliz si supiera que el hombre con el que te vas a casar realmente es digno de ti, pero aquí no aplica en absoluto, por favor no cometas este error tan grande de casarte solo porque piensas que no hay más opciones allá afuera, las hay, solo que no las buscas.

_ Quizás Abel no es de las personas amorosas pero estoy segura que me quiere, si tan solo le dieras una oportunidad de conocerlo pues te darías cuenta de eso.

_ Ya le di una oportunidad y no me agrado, esto me confirma que es peor de lo que pensaba. Espero de corazón que algún día puedas verlo con los ojos con los que yo lo miró.

Los días pasaron y Samantha fue a vivir con su futuro esposo. De está forma pasó el tiempo, ella ya llevaba varios años comprometida pero nunca se habían dado las cosas para llegar a la unión final. Abel terminó desempleado y Sam no quisó darle la espalda así que lo apoyó hasta el último momento con cada uno de los gastos.

_ Abel _ ella se sentó delante de su prometido _ creo que es hora de hablar sobre lo que significa nuestro compromiso, ya llevamos tres años posponiéndolo por un motivo u otro, sinceramente no sé si te quieres casar conmigo, de corazón te digo que te amo y estoy dispuesta a casarme contigo aunque no sea con todos los lujos, tengo la esperanza de que la boutique en algún momento va a ser exitosa, sólo es cuestión de esperar y respecto a tu mala racha pues no te preocupes, una relación se trata de apoyar a la otra persona en todo momento y lugar.

_ Realmente ya me tienes con dolor de cabeza con lo mismo, quiero casarme contigo, por algo le di ese anillo a tu madre, ¿No crees? Solamente ten un poco más de paciencia, tengo fe en que tú también vas a progresar para así cubrir todos los gastos de nuestra boda.

Una campana sonó y en el momento que la pareja miró hacía la entrada vió que Liah venía entrando, Abel y ella se miraron con completo desagrado que no se molestaron en absoluto al momento de ocultar.

_ Hola Sam _ saludó Liah _ vengo a traerte para ir a comer, vamos y apresúrate que el ambiente es insoportable por aquí.

_ Samantha no puede ir a comer contigo _ dijo Abel _ ella se encuentra planeando lo de nuestra boda, ya pronto nos vamos a casar.

La emoción de Samantha al escuchar a Abel fue tan grande que sus ojos brillaron como dos estelas, finalmente se iba a casar con su prometido de 3 años y su novio por 6 primaveras. Liah se sorprendió pero el sabor amargo de sus labios fue tan grande que su gesto de desagrado fue más evidente.

****

_ No Samantha, definitivamente no es una buena idea que uses uno de tus diseños el día de tu boda, comprendo que confías en tu trabajo sin embargo no puedes arriesgarte a arruinar esa ocasión tan especial con un sueño absurdo. Lo mejor es que viajes hasta New York para escogerlo.

_ Pero mamá, sinceramente quiero usar uno de mis diseños _ la chica la miró con súplica _ estoy segura que puedo lograrlo, además voy mejorando, tengo como clientas a dos personas muy importantes, Katherine LeBlanc y Elizabeth Harris, ellas son señoritas de sociedad que prometieron recomendarme con su círculo social.

_ Ya te dije que no, lo mejor es que viajes a New York, por cierto estoy pasando por algunas dificultades económicas así que necesito que me ayudes un poco más ya que lo que me das no me alcanza.

_ Déjame ver como voy a hacer, con los gastos de la casa y de la boda sinceramente no me doy abasto, es bastante difícil la mala racha que está pasando Abel, no encuentra trabajo desde hace algunos años y pues a mí me toca cargar con todo.

_ Tienes que apoyarlo, pero eso no significa que me debas dejar abandonada, espero que puedas hacer algo al respecto sobre este asunto. Dices que tienes dos señoritas de sociedad como clientas así que perfectamente puedes cobrarle más caras las piezas que les vendes, sea como sea que hagas tienes que conseguirme mi plata, te diría que te prostituyeras pero la realidad es que con ese cuerpo que cargas es imposible que alguien se fije en ti, al menos no alguien de dinero, quizás un pordiosero con mucha necesidad de tener sexo es que lo haga.

_ Mamá, a veces tus bromas son de mal gusto y demasiado pesadas _ ella la miró afectada _ voy a ver como hacerle pero no prometo nada, tengo que viajar a New York para escoger el vestido de novia…

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