Capítulo 6

_ Vaya, finalmente despertó la bella durmiente _ Vlad entró a la habitación mientras estaba con ropa deportiva _ entonces princesita, ¿Cómo va tu resaca? ¿Ya le pediste a Dios ayuda o dijiste que nunca más lo volverías a hacer? Dime cuál es la opción que has escogido princesa.

_ ¿Qué rayos sucedió? ¿Por qué me encuentro aquí? ¿En dónde está Liah? _ ella sintió como le punzaron los sentidos _ madre mía, qué dolor más horrible.

_ Bebe los analgesicos que te deje ahí _ él miró que ya no estaban _ o, ya los bebiste, es bueno saber eso y espero que no pensarás que eran drogas ilegales o algo por el estilo para hacerte algún daño déjame decirte que no soy del tipo de personas que hace esas cosas.

_ No tienes idea como cada vez que te conozco te soporto menos _ ella se levantó de la cama _ eres un narcisista que se cree la divina garza cuando ni siquiera te asemejas a un pato muerto de tres días, ¿Qué me miras tanto? ¿Acaso ya quedaste más idiota de lo que eras?

_ Solamente estoy contemplando tu desnudez _ dijo Vlad casualmente _ aunque no es como que no la hubiera visto antes, al menos invítame un cafecito, ¿No crees que es un poco más decente? Ya después podemos pasar a estás cosas.

Samantha miró que estaba completamente desnuda, ella se sorprendió tanto que terminó por darle una bofetada tan fuerte a Vlad que le dió la vuelta 180 grados, salió corriendo y se refugió en las agradables sábanas masculinas con las que cubría su desnudez tanto antes como ahora.

_ ¿Por qué me encuentro desnuda? _ ella se miró y después regreso su vista al frente _ ¿Acaso hemos tenido sexo? ¿Tú me desnudaste?

_ No tuve más remedio que hacerlo, déjame decirte que no es nada fácil desnudar a un peso muerto pero era necesario quitarte ese atuendo que cargabas. 

_ Madre mía _ Sam se llevó las manos a la cabeza _ ¿Dónde dormiste? Por favor dime la respuesta con total sinceridad y también contesta si tuvimos sexo o no.

_ Dormí ahí _ él señaló la cama donde Samantha se encontraba _ no pensaba dormir incómodo o fuera de mi cama solo porque a la princesa se le antojó beberse mi trago. Respecto a si tuvimos sexo o no desde ya te digo que la necrofilia en definitiva no es lo mío.

Vlad salió del cuarto pero antes de hacerlo le dió a Samantha un vestido que había mandado a comprar, ella tomó las prendas y una vez que estuvo a solas se vistió. Iba a irse sin embargo se quedó varada en la puerta al ver que el ruso se encontraba con una bandeja.

_ Tienes que comer algo, lo que bebiste ayer ni siquiera un profesional lo toma y se levanta tan pronto. No quiero que digan que no te supe cuidar bien durante la estancia que estuviste aquí.

Samantha tomó la bandeja que Vlad tenía en sus manos, ella decidió ir a la cocina para comer ya que no se sentía cómoda en la habitación del hombre. Se sentó en la isla que ofrecía dicho sitio del lujoso penthouse y comenzó a comer, sin embargo salió corriendo para regresar todo lo que había ingerido, se sorprendió en el momento que miró al ruso colocar productos de higiene bucal y salir del baño.

_ Pensé que no te interesaba de esta forma _ dijo Samantha saliendo del baño _ nadie cuida a nadie solo porque si, quiero que me digas el motivo por el cual tienes todas estas atenciones conmigo.

_ Si piensas que tengo algún interés romántico contigo y por eso me encuentro brindando tales atenciones pues déjame decirte que estás muy equivocada, mi madre se encargó de criar a una buena persona y un buen anfitrión; me atraes no lo voy a negar pero en mí no vas a encontrar el hombre que sostenga tu mano o te cuide mientras estás enferma.

_ Pero te encuentras brindando tales atenciones, así que te llevas la contraria con lo primero y lo último que dices, ¿Cómo se supone que debo de creer en tu palabra?

_ Porque aunque estoy haciendo esto, no hay cabida para la palabra amor. Escucha muy bien, puede ser que me tomes como un hombre frívolo pero quiero ser franco por el inicio, si buscas formar un hogar conmigo déjame decirte que no soy la persona que necesitas, sin embargo si deseas pasar el rato en definitiva soy tu mejor opción.

_ Creo que mejor me voy de aquí _ ella respiró profundamente _ te agradezco por todo lo que hiciste por mí y ofrezco disculpas por las molestias que cause.

Samantha salió del apartamento mientras Vlad la miraba fijamente, él recordó que el vestido que usaba la noche anterior lo había dejado así que se fue detrás de ella una vez que tuvo la prenda en sus manos, a lo lejos pudo ver a Sam esperando un taxi, el lujoso Ford deportivo se acercó.

_ Sube, te iré a dejar a tu casa _ Vlad abrió la puerta _ vamos no te quedes ahí y sube que no te pienso hacer nada.

Samantha accedió a ir ya que sentía como su cabeza iba a reventar debido al sol tan fuerte que se encontraba a esa hora, subió al coche y sintió como el lujoso asiento de cuero la abrazaba de forma sutil y se acoplaban a sus curvas.

_ ¿Cuál es tu dirección? Sinceramente no recuerdo haber estado en tu casa, ni siquiera sé si alguna vez fui.

_ Nunca has ido pero en estos momentos no me estoy quedando en mi casa si no que lo estoy haciendo con Liah, por favor no digas nada si no quieres que me baje.

_ Si te bajas no es mi asunto, al final eres tú quien tiene resaca por haber tomado Bacardí, Vodka y Ginebra.

_ ¿Qué rayos has dicho? ¿Mezclaste esos licores? Por Dios al parecer quieres morir por una intoxicación alcohólica.

_ Yo estoy acostumbrado a tomar eso, no te mande a que te bebieras mi trago así que deja de llorar y de regañarme porque ya te pareces a mi madre.

_ ¡Pensé que era agua! Además no te estoy regañando, por mi te puedes morir si quieres pero me parece inconcebible que dejes esas cosas a la disposición, cualquiera puede entrar y beber ese veneno etílico que tomas, es demasiado irresponsable de tu parte y espero que eso no se repita ya que las tragedias pueden pasar.

_ En mi oficina no vas a encontrar agua si no es en el grifo, además quién te mandó de atrevida a tocar una copa que no era tuya, ¿Acaso tu madre no te enseño modales? Se supone que me tenías que esperar para preguntarme si podías beber eso o no, tengo que aclarar que en mi oficina no entra cualquiera y estoy seguro que cualquier persona con cuatro dedos en la frente olfateaba el contenido de esa copa antes de beberlo como si no hubiera un mañana pero como la niña es atrevida pasó tal cosa.

Samantha no quiso decir nada más que la dirección de Liah, sabía bien que Vlad tenía la razón aunque odiaba admitirlo. Se preguntaba por qué aborrecía tanto a este hombre, la realidad era que no se trataba de una mala persona y al menos era más honesto que Abel, se decía que no había conocido al hombre con el cual compartió tantos años no solo la cama si no también muchas otras cosas.

_ ¡Tierra llamando a Samantha! _ gritó Vlad _ ya hemos llegado, ahora baja de mi carro y déjame ir a dormir de una buena vez.

Samantha en el momento que se bajó del carro miró como un taxi se detuvo detrás del lujoso coche, ella vió que Abel bajaba de ahí y al verla se puso furioso ya que pudo mirar como su “prometida” salía del vehículo de otro sujeto.

_ ¡¿Qué se supone que haces bajando de ese coche Samantha?! _ Abel gritó sin pudor _ se supone que vengo a hablar contigo para arreglar las cosas y me encuentro con la sorpresa de que vienes con un tipo de hacer quien sabe que cochinadas.

_ Sinceramente en estos momentos no quiero escuchar tu espantosa voz y tu horripilante cara, eres un hipócrita de primera categoría al querer reclamar algo que tu ya hiciste.

Vlad al escuchar al hombre tratar tan mal a Samantha decidió bajarse del carro y en especial al conocer la hipocresía de Abel al reclamar algo que él ya había hecho a pesar de que nada sucedió entre el ruso y Sam.

_ Bebé _ Vlad la llamó tiernamente _ has dejado esta prenda en mi coche, por favor consérvalo que no tienes idea lo caliente que me pone verte con vestido de novia, te pido que se repita esa noche tan loca que tuvimos.

Samantha abrió los ojos de par en par, ella aunque se molesto no quiso llevarle la contraria a Vlad así que su rostro se adornó por una amplia sonrisa mientras sus brazos se abrían para abrazar al ruso y darle un beso en la comisura de su labio.

_ Gracias amor, claro que lo guardaré después de todo fue una buena noche, al menos este vestido me dejó una buena experiencia y no sólo algo negativo.

Abel se quedó estupefacto al ver a Samantha besar a otro hombre mientras admitía que había hecho cosas, él no supo como actuar así que dejó sacar lo primero que pasó por su cabeza.

_ ¡Eres una zorra! No puedo creer que me hayas visto la cara, ayer con costo dormí la noche mientras que tú retozabas en los brazos de este fulano.

Vlad al escuchar a Abel quisó golpearlo pero Samantha que aún lo abrazaba lo detuvo...

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