Capítulo 3

A pesar de que ella se encontraba conforme con su vestido de novia, en su cabeza aún rondaba aquella hermosa vestidura que usó después del que había elegido para caminar hacía el altar.

_ Bueno, ya tenemos una de las muchas cosas que venimos a ver a New York. Ahora solo quedan los zapatos, ¿Cuándo entregan el vestido señorita? Hablé con ustedes y me dijeron que iban a demorar tres días en entregarlo una vez que se hiciera el pago.

_ Las políticas cambiaron señorita, ahora se lo entregamos de manera inmediata una vez que se cancela el vestido, respecto a zapatos y accesorios tenemos todo lo necesario aquí ya que también nos encontramos implementando cosas nuevas.

_ Es bueno saber eso, entonces después de todo no vamos a demorar una semana como pensaba; hay que ir a ver los accesorios y zapatos entonces.

Samantha compró todo lo que necesitaba en la boutique, se pudo dar el lujo de adquirir todo un poco más costoso de lo que había planificado, su negocio iba viento en popa así que no era necesario estar con tacañerías para el día tan especial en el que toda mujer desea verse hermosa.

_ Bien, ahora vamos a ver cómo regresar a Canadá. No quiero demorar demasiado tiempo aquí y dejar tanto tiempo a Abel a su suerte.

_ Definitivamente solo tú quieres venir a desaprovechar la ocasión de estar en New York, vamos a dar un paseo y luego vemos si hay disponibilidad para regresar antes de tiempo.

_ Bien sabes que no quiero dejar tanto tiempo a Abel solo, lo extraño, además quiero que mire el vestido de novia que voy a usar para desposarme con él.

_ Madre mía, bueno, vamos a llamar al aeropuerto para ver si nos pueden cambiar el vuelo para mañana porque definitivamente hoy no pienso volver a subirme a un avión.

_ Gracias Liah, bien le diré a Abel que hay posibilidades de que regrese mañana mismo, o mejor espero para así hablar con él.

Liah no dijo nada, una vez que estuvieron en el hotel en el que habían reservado se hizo la llamada al aeropuerto para plantear la situación.

_ Lo lamentamos señorita pero no hay nada que pueda hacer para ayudarle, tendrán que esperar a la fecha que hicieron la reservación.

_ Lo entiendo y le agradezco el tiempo prestado, en caso de que se presente algún cambio por favor no dude en contactarme a este número.

Liah colgó y terminó por informarle a Samantha lo sucedido, ella se puso triste por los acontecimientos sin embargo a pesar de eso decidió avisarle a Abel todo lo que había pasado. El celular después de repicar fue contestado.

_ Cariño, las buenas noticias es que ya tengo todo lo necesario para casarnos, la mala es que no podré regresar antes de tiempo, quise adelantar mi regreso sin embargo no hay asientos disponibles.

_ No te preocupes amor, ve a pasear a New York y disfruta de la ciudad, yo me encuentro perfectamente bien. Si me disculpas tengo cosas que hacer, estamos en contacto.

Abel colgó y Liah pudo ver la tristeza de Samantha, al final terminó animándola para ir a una discoteca en donde entraron luego de hacer una fila bastante larga. La música era demasiado fuerte, mientras ellas se encontraban sentadas en la barra, un hombre tomó del brazo a la amiga de Sam.

_ ¡Liah! _ Sam gritó al ver que su amiga estaba siendo jaloneada _ ¡Liah! ¡¿Qué se supone que se encuentran haciendo?!

Dos guardaespaldas detuvieron a Samantha sin embargo a ella poco le importó que los hombres medían el doble de su tamaño y altura, tomó una botella de champagne y les dio un golpe a cada uno pero no los movió en absoluto. Los guaruras al verse agredidos la empujaron, en el momento que Liah miró tal cosa se acercó a ellos y los vió de manera intimidante, ordenó que la música se detuviera y después de eso la discoteca quedó en completo silencio.

_ Quiero que se disculpen con Samantha en este momento _ ella los miró con autoridad y ellos se disculparon _ si vuelven a tocarla atenganse a las consecuencias. Sam dentro de un rato vendré contigo solo necesito hablar con este sujeto, por favor espérame un momento.

Samantha se quedó helada al ver a su amiga, ella no había emanado una autoridad tan grande durante todo el tiempo que llevaba de conocerla, finalmente miró como se alejaba con el misterioso hombre que la había jaloneada y los guardaespaldas se quedaron ahí cuidandola por petición de Liah. Luego de un rato la antes mencionada salió, dado que no tenía ánimos de seguir ahí decidió irse de la discoteca con la misma compañía con la que ingresó.

_ Liah, Liah _ habló Samantha _ por favor detente, me estás matando, voy corriendo detrás de ti prácticamente.

Liah se detuvo y luego que tomaron un taxi se fueron al hotel, una vez que se encontraron en su cuarto, Samantha comenzó a preguntarles muchas cosas pero no fueron contestadas y no quiso seguir insistiendo ya que notaba a su amiga demasiado afectada por encontrarse con ese misterioso sujeto.

Al día siguiente se encontraban desayunando cuando una llamada entró al celular de Liah, se trataba del aeropuerto, ella contestó sin dudar y una vez que le dijeron las novedades cortaron la llamada sin decir nada más.

_ Hay dos asientos disponibles para nosotras, así que prepara tus cosas porque viajamos para Toronto hoy mismo, el vuelo sale a las 7 de la noche.

Samantha no cabía de felicidad, ella después de desayunar se fue a preparar todo lo que había comprado, lo empaco con mucho cuidado para que las cosas no tuvieran ningún daño por muy mínimo que fuera. La noche llegó y después de que ellas llegaran al aeropuerto fueron colocadas en asientos de primera clase.

_ Pero nosotras teníamos boletos de clase turista, no entiendo porque nos han puesto aquí _ dijo Samantha _ estos asientos son carísimos, quizás hubo un error, por favor hay que irnos a nuestros lugares antes de que nos cobren lo que realmente cuestan, por favor Liah vámonos de acá.

_ No seas exagerada, simplemente corrimos con suerte _ ella tomó la mano de Sam para que no se levantará _ la encargada me dijo que dos personas habían cancelado su vuelo y por eso es que teníamos asientos disponibles, por la diferencia de precios no te preocupes que todo está cubierto.

Samantha se tranquilizó al escuchar las palabras de su amiga y disfrutó mucho el viaje en primera clase, ellas llegaron a Toronto luego de un corto tiempo. Liah decidió acompañar a Sam ya que no se arriesgaría a que la maltrataran tanto su futuro esposo como la madre de esta noble chica.

_ De seguro que Abel se va a emocionar al ver que ya me encuentro aquí, no tienes idea lo feliz que me siento al saber que pronto va a ser mi boda, solo falta arreglar el salón y esas cosas.

_ Si esa es tu felicidad te voy a apoyar, aunque ya sabes cual es mi postura con esto que quieres hacer. No te quiero ver sufrir cariño, solamente deseo verte feliz.

Ellas llegaron al piso donde Liah vivía, luego de que ella dejara sus cosas en el apartamento se fue con Samantha a su casa, en el camino pudieron ver a Vlad Petrov manejando el lujoso coche, él al ver a Sam se puso a reír pero permaneció callado.

_ No tienes idea como lo detesto _ le dijo a Liah _ es un tipo guapo, petulante, idiota, narcisista, pendejo, rico, con un cuerpo escultural…

_ Vaya, al parecer entre más lo miras más se nota tu odio hacía él _ Liah empezó a reír _ no sé porque te cae tan mal si se portó bastante bien contigo.

_ Me cae mal porque es un mujeriego empedernido que se disfraza con la frase de que es un alma libre, linda manera de decir que le gusta andar brincando de sábana en sábana.

_ ¿Y eso a ti qué te importa? Al menos es un hombre directo y no anda utilizando frases bonitas para llevarse a la mujer a la cama, si alguna de ellas se hace ilusiones se las hace solita y no porque él disfraza sus intenciones, quizás algún día llega la que va a hacerlo cambiar de parecer, al fin y al cabo hasta los calcetines tienen su pareja.

El tráfico mejoró considerablemente después de un rato, Vlad antes de irse por separado de las chicas le lanzó un guiño a cada una de ellas, Sam rabiaba de cólera y Liah simplemente rió por el gesto del hombre. La amargura de Samantha se fue de ella una vez que se fueron acercando a su casa, pensar en que volvería a ver a Abel era suficiente para eliminar cualquier sentimiento negativo de su vida.

Al llegar a la propiedad tomó su vestido de novia y lo sacó antes de entrar, ella dejó atrás a Liah quién pagaba el taxi para después seguirla. Abrió con total normalidad pero se sorprendió al ver que Abel tenía un tiradero muy grande en la casa, habían zapatos tirados e incluso ropa interior, conforme se acercaba más a su habitación empezó a escuchar gemidos, pensó que quizás estaba viendo un vídeo para adultos sin embargo al escuchar la voz de placer del que iba a ser su esposo se quedó helada.

_ ¡Abel, ¿Qué demonios está pasando aquí?! ¡Dios mío! _ ella se quedó fría _ ¿Qué estás haciendo?

En el momento que Samantha miró a su prometido se quedó helada, le estaba siendo infiel, pero para ella eso no era lo peor, ni siquiera en la postura que se encontraba su futuro esposo, lo que sus ojos no pudieron creer fue que las personas con la que mantenía relaciones sexuales eran dos hombres…

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