DANIELA MOLINAEntro a la empresa y, de inmediato, todas las miradas se vuelcan sobre mí. Me comienzo a sentir fatal al notar cómo la gente me mira con asco. De seguro, todas estas personas vieron la entrevista. Ahora debo ser la mujer más odiada de la ciudad… o del mundo.—¡Dani! —Cami, como siempre, me saluda efusiva, regalándome una sonrisa—. ¡Qué hermosa estás!—No me siento así —respondo, viendo cómo ella comienza a mirar a su alrededor, notando que todas las miradas están sobre nosotras… o bueno, sobre mí.—¿¡Qué miran!? ¡¿Acaso no tienen nada más que hacer?! —grita Cami, logrando que todos desvíen la vista y regresen a su trabajo—. Son unos idiotas.—Me siento fatal, Cami —digo, al borde del llanto.—Ven, entremos a la oficina —me toma del brazo y me guía hasta su oficina. Luego me prepara una aromática—. Debes calmarte, Dani, eso no le hace bien a la bebé.—Es que jamás me había visto envuelta en una situación como esta. Me presté para ser la madre subrogada de Lucas y no solo
Estaba en mi oficina tratando de concentrarme en el trabajo, pero no lograba hacerlo. En mi mente solo estaba Daniela y todo lo ocurrido en la mañana con Sonia. Estaba realmente molesto por lo que hizo y las cosas que dijo. Ahora Daniela estaba dolida y tenía todo el derecho luego de lo que Sonia le dijo. Intento contactarla, pero no me contesta, lo que me empieza a poner más nervioso. Tomo el teléfono y le marco a Camila, ella debe saber de Daniela.—Dígame, señor Mendoza.—Camila, ¿sabes algo de Daniela?—No, señor Mendoza, ella aún no regresa.—Maldita sea, ¿dónde te metiste, Daniela?—¡Ay, por Dios! —escucho que grita Camila—. ¿¡Qué le pasó!?—¿Camila, qué pasa?No recibo respuesta, así que me levanto y camino hasta la puerta para saber qué está pasando, pero al abrirla veo a Lorenzo, quien está cargando a Daniela. Está inconsciente y tiene sangre en los labios.—¡¿Qué pasó?!Lorenzo entra y la deja en el sofá que hay en la oficina.—Lorenzo, habla, ¿qué ocurrió? —Camila nos obser
DANIELA MOLINADecidí irme porque no quería lidiar con el problema de un hombre celoso. Estaba cansada, y hoy habían pasado muchas cosas. Además, esta bebé absorbe gran parte de mi energía. Siempre tengo sueño y ya comer a cada rato se me hizo costumbre.Me pongo la pijama, pero cuando voy a entrar a la cama, siento cómo alguien me jala del cabello y luego cubre mi boca para que no pueda gritar.—Tranquila, nena.—¿Mariano? —¿Qué hace ese desgraciado aquí?—¿No me esperabas? —Suelta una risa burlona—. ¿Sabías que alguien me ofreció bastante dinero por eliminar a ese bastardo que llevas dentro?Me tenso al sentir cómo baja su mano hasta mi vientre.—Vaya, ha crecido… Lástima que no la vayas a conocer.Sentía cómo el corazón se me quería salir del pecho. Mis sentidos estaban en completa alerta. No quería que nada le pasara a mi hija y ahora me sentía completamente expuesta y vulnerable.—Pero tranquila, hoy no será.Mariano retira su mano de mi vientre y me entrega un peluche que se sie
LUCAS MENDOZADespués del altercado con la señora que dice ser mi madre, me siento tan abrumado que camino hasta el bar y me tomo un trago de golpe, pero ese sentimiento de angustia no desaparece. Daniela está en peligro. Lo que me dijo mi madre me hizo dudar sobre si fue ella quien mandó a matar a Daniela. La única persona en mi mente ahora es Sonia.—Deberías dejar de tomar, todavía es temprano y debemos salir.—¡No pienso dejar que salga!—Tú no vas a salir, te quedarás aquí.La cara de Daniela cambia por completo. Me fulmina con la mirada mientras cruza los brazos sobre su pecho.—No me salgas con eso.—Daniela, entiende, es peligroso. - Ella niega con la cabeza.—No quiero estar encerrada, no puedes prohibirme salir.Dios, dame paciencia con esta mujer.—Solo intento cuidarte. -Su expresión se suaviza con mis palabras y se acerca a mí.—Estaré contigo, te juro que no me separaré de ti, pero no me dejes aquí encerrada.Ver sus preciosos ojos me hace caer rendido a sus pies. Su sola
Sonia aparece en la entrada de la sala de conferencias. Todas las cámaras se centran en ella y, con una sonrisa, comienza a caminar hasta donde estamos nosotros.—Se le vio muy pegada a tu amigo Lorenzo. ¿Quién diría? —No podía evitar sentir ciertos celos cuando Sonia menciona su cercanía, pero intento controlarme.—Tú no deberías estar aquí.—Si vas a hablar de mí, prefiero estar presente y que no termines diciendo sandeces.—Pero si tú corriste a dar entrevistas a todos los medios y ni siquiera te tomaste la tarea de decirme.—Eso no importa. —Ella se acerca a Daniela, como intentando intimidarla, pero esta no se deja. Da un paso hacia adelante mientras su mirada se vuelve completamente seria y alerta.—¡Vaya! Pasaste de ser la chica tímida con carita de "yo no rompo un plato" a aparentar ser una chica valiente que se ganó la lotería dándole un hijo a un millonario.—No hables de esa forma, que tú sabes perfectamente cómo terminaron las cosas así —dice Daniela con la voz cargada de
DANIELA MOLINA Ninguno sabía qué había sucedido, pero Lucas estaba fuera de sí. Sus nudillos estaban completamente destrozados y su camisa llena de sangre. Su pelea fue con Lorenzo y ni Gabriel ni yo sabemos en qué estado se encuentra. —Lucas, por Dios, cálmate, estás asustando a Daniela —Lucas posa su mirada sobre mí, dándose cuenta de que Gabriel tiene toda la razón. —Daniela, es mejor que te vayas a casa, ve con Camila. —¿Qué? Está loco si piensa que lo voy a dejar aquí, y más estando en ese estado. —No me pienso ir hasta que me digas qué sucedió —hablo seria mientras cruzo mis brazos debajo de mi pecho. —Daniela, no te metas en esto, no es de tu incumbencia —está tan serio, tan seco, ni siquiera lo reconozco, pero no puedo lanzar algún juicio sin saber qué fue lo que ocurrió—. Solo vete. —Lucas, no es necesario que la trates así. —Entonces hazla entrar en razón y que se vaya a casa —Gabriel me mira como dándome a entender “vete, es lo mejor”. —Está bien, me iré a casa, per
La puerta se abre y corro a abrazar a una de las pocas personas que me acompañan y que considero como una familia. —Dani, ¿qué pasó? ¿Por qué estás así? —Clau… —El llanto no me permite hablar, siento como si tuviera la garganta completamente cerrada. Las manos me tiemblan y el llanto se hace cada vez más fuerte, inconsolable. —Dani, me estás asustando, tienes que calmarte. Niego con la cabeza varias veces y solo me aferro lo más que puedo a Claudia, como si ella fuera mi salvación, mi lugar seguro. —Tranquila, aquí estoy. Soy abrazada por casi una hora. En todo ese rato, Claudia no dijo nada, solo me sostuvo y acarició mi cabello mientras yo lloraba como una niña pequeña. Sentía mis ojos pesados, la nariz tapada y el cansancio me estaba ganando. —¿Quieres dormir un poco? Te veo cansada. Dejo que ella me recueste en el sillón. Me coloca una manta encima y, como me siento tan agotada mentalmente, me quedo dormida. Me despierto al escuchar unos gritos que provienen de la puer
—Es inútil, Lucas. Jamás podremos tener un bebé. —Sonia sale del baño con la prueba de embarazo en la mano. Me la entrega, y veo que solo tiene una raya, lo que indica que no está embarazada.—Cariño, no te desesperes. Pronto tendremos un bebé.—Por Dios, Lucas, ya llevamos un año en este proceso y no logro embarazarme. —Se sienta en la cama y yo me siento a su lado, dándole un abrazo, pero ella me esquiva—. No quiero que me toques.—Sonia, no te desquites conmigo por esta situación. Sabes que el doctor nos dijo que tener un bebé podría ser difícil para ti.—¡Pues ya no lo quiero seguir intentando! —grita ella, lo que activa mis alarmas.—¿Qué quieres decir?—Que vamos a buscar otra manera de tener un bebé porque yo ya no quiero seguir intentando, ya me cansé.—Sonia, se supone que esto debe ser un bebé de los dos, que crezca en tu vientre.—Ahora hay muchas formas de tener un hijo sin necesidad de que yo quede embarazada y destroce mi cuerpo.Lo de su cuerpo siempre fue un problema p