Capítulo 44

Mariana

Siempre me ha gustado el rosa para las decoraciones. Es un color que transmite limpieza y calidez al entorno, recuerdo que mi cuarto en Cuba estaba adornado con cortinas y sábanas rosadas. Para mis quince años exigí que toda mi casa estuviese pintada de rosada o púrpura, y ya que este último fue muy difícil de encontrar, pues se me concedió el primero.

A diferencia de mi país natal, aquí puedo darme el lujo de comprar tapices de paredes, techo y suelo del color que se me venga en gana, con la brillante posibilidad de remplazarlos de forma fácil y rápida en caso de que se dañen.

Me he gastado todo el ahorro del cobro del mes pasado que recibí en Vitale para comprar objetos y adornos. Puedo ser pobre, pero desorganizada nunca.

Isa me ayuda a limpiar el polvo acumulado en las ventanas y una vez pulidas pasamos a acomodar todo lo que esté fuera de lugar.

—Merezco un buen almuerzo por esto —dice limpiando las minúsculas gotas de sudor que se acumularon en su frente.

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