Capítulo 975
En ese preciso momento, se abrió la puerta de la oficina y entró una mujer de unos veinticinco años, con el cabello largo y vestida con un atuendo formal. Llevaba muy diligente una taza de café en la mano:

—Jefe… su cafecito…

Álvaro frunció al instante el ceño sin decir nada, golpeó ligeramente el escritorio y le ordenó:

—Déjalo ahí.

Ella se llama Susan, la nueva asistenta de Álvaro. Después de que Shirley se fue, ella trabajaba temporalmente en este cargo. Ella dejó el café algo inquieta y le preguntó a Álvaro con gran cautela:

—¿En qué más puedo ayudarle? Si no, tengo algunos documentos más que imprimir me retiro…

Álvaro ni siquiera levantó la cabeza, solo le respondió con desinterés:

—Bien, vete a trabajar.

Todos en el grupo sabían muy bien que el subdirector Álvaro era la persona más difícil de tratar, después del presidente, incluso los altos ejecutivos tendrían que mostrarle absoluto respeto. Si alguien cometía un pequeño error, Álvaro definitivamente lo regañaría, incluso podría
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