Capítulo 840
Ahora solo faltaba que el señor Montes asistiese. Su presencia sería la cereza del pastel. Después de todo, el señor Montes había aparecido muy poco frente al público y hace muchísimo tiempo. ¿Quién no querría conocer a alguien tan destacado dentro del mundo del arte?

Ana terminó de maquillarse en el camerino y estaba a punto de salir al evento. La escena era perfecta, mucho más impactante que la que organizó el señor Montes aquel año. Sentada muy erguida frente al espejo del tocador, contemplaba su rostro perfecto.

—¿Preparaste todo lo que te pedí?

—Todo está listo, señorita, no se preocupe.

—Tráemelo en este momento para que lo vea.

Ana parecía estar totalmente convencida de que el señor Montes la aceptaría como aprendiz. Estaba tan segura de que conseguiría la victoria absoluta que no se preocupaba por nadie. Observó con detalle la pintura antigua que el guardaespaldas le trajo. Esa obra era una pintura auténtica de un pintor medieval, una pieza única que el señor Montes estuvo busc
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