Capítulo 135
En el momento en que la sostuvo en sus brazos, algo blanco cayó sobre la nariz de Andrés, que se derritió inmediatamente en su tibia piel. Al mirar hacia arriba, se dio cuenta de que, en algún momento empezó a nevar intensamente; con copos de nieve cayendo.

Cuando Luna tenía ocho años, era su primer año en la familia García. Luna dijo:

—¡Hermano, mira, está nevando!

A los once años, Luna exclamó:

—Hermano, ¿vamos afuera a hacer un muñeco de nieve? Luna te ama demasiado hermano.

A los dieciocho años, Luna dijo:

—Hermano, este año, si todavía nieva en la capital, te confesaré mi profundo y total amor. ¿Quieres estar conmigo?

Luna, no hiciste nada malo. Lo que está mal es haber nacido en la familia García. Y lo que estás sufriendo ahora es solo el comienzo...

Luna caminó sin rumbo en la oscuridad durante mucho tiempo. Se sentía como una marioneta sin alma, sin pensamiento propio, controlada tan solo por la carne, hasta que vio una luz al frente y se dirigió hacia ella.

Poco a poco, su con
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