Además, necesitaba ingresar a la universidad. Debía ser aceptada en la Universidad de Astraluna por su propio mérito. Aunque no podría ir a la Ciudad Boscosa, ni cambiar el resultado de su destino, esta vez ya no quería dejar pasar más las oportunidades que le pertenecían en su propia vida, como lo había hecho antes.Cuando subió al coche, le dijo a Paco que necesitaba ir al hospital, pero no esperaba que este la llevara al Hospital Serenidad.—Hemos llegado, señorita —dijo Paco.—Está bien. Luna salió del coche. Tomó un número de cita y se dirigió directamente a la sala de emergencias. La enfermera quitó cuidadosamente los vendajes aplicados y le preguntó con total curiosidad:—¿Sientes algo anormal en la herida? Si abrimos las suturas aplicadas, podría haber riesgo de causar algún tipo de infección. —Me pica la herida. Quiero confirmar si está infectada —respondió Luna.—Probablemente, la gasa ya está adherida a la herida.En ese momento, una voz surgió desde atrás:—¿Hermanita Lun
Luna fue la primera en llegar al salón de clases, pero al entrar, ya no sabía dónde sentarse. Antes, todos los escritorios estaban ordenados en filas individuales. Sin embargo, ahora cada dos escritorios se colocaban juntos y tenía que buscar uno tras otro, sin tener ni idea de quién sería su compañero de mesa.Por lo general, Luna se sentaba en la última fila. Un rato después se dio cuenta de que su escritorio todavía estaba en su lugar original. Todas sus cosas estaban en su escritorio junto con algo nuevo: un sobre rosa con un corazón dibujado y su nombre muy estilizada mente escrito.Luna dejó su mochila y se sintió un poco curiosa. Era cierto que tenía una buena apariencia y también había recibido varias confesiones de chicos, pero cada vez que eso pasaba, esos chicos siempre terminaban siendo intimidados y acosados por otros. Por lo tanto, día tras día, nadie se atrevía a hacer algo similar.En realidad, Luna nunca había tenido una relación formal. En su vida pasada, se casó con
En realidad, si ella estaba vacilando, la respuesta ya era bastante obvia. Después de todo, Liora podía hacer muchas cosas si vivía con ella: lavar la ropa, cocinar, limpiar la casa, etc. Cada vez que regresaba de la escuela, podría disfrutar de la deliciosa comida preparada por Liora de inmediato. Era evidente que no se permitiría el lujo de dejar que Liora se fuera.Luna tosió ligeramente y su voz sonaba ronca debido al resfriado. Aprovechando la oportunidad, Isabel cambió de tema y dijo:—Luna, no hables más. Mira lo ronca que tienes la garganta. Voy a comprarte algo de medicina. Espera un momento aquí y te traeré un vaso de agua.Isabel dejó rápidamente su mochila y le trajo un vaso de agua. —Luna, bebe un poco de agua —propuso.—Déjalo. No quiero beber agua ahora —respondió Luna apoyándose en el escritorio.— Entonces iré a la droguería a comprarte medicina.—No, no te preocupes. Solo necesito un poco de descanso. Tal vez sea porque no dormí bien anoche. Isabel se agachó frente
Tenían dos clases seguidas de matemáticas por la mañana.Luna se sentía resfriada y tenía un poco de fiebre. Por lo tanto, Isabel quería buscarla para ayudarle con su examen, pero Luna se había levantado de su asiento y se dirigió a la enfermería. Isabel notó que Luna no había bebido el vaso de agua que le había traído, así que decidió vaciarlo y servirle uno nuevo y caliente.Mientras sacaba el vaso, también sacó el examen que todavía estaba en el escritorio y echó un vistazo a las respuestas de Luna. Se dio cuenta, de que había dos respuestas diferentes en las cinco preguntas de opción y comenzó a dudar. ¿Quizás sus respuestas eran incorrectas?Confundida, Isabel pidió ayuda a Olga Valbuena, quien ocupaba el segundo lugar en la clase y quien además era la monitora. Antes de que Luna se convirtiera en la primera de la clase, Olga ocupaba ese lugar. Sin embargo, había una gran diferencia entre ellas dos. Además, Olga había deseado estar en la clase uno, pero con sus calificaciones, par
Olga sacó su bolígrafo y un papel en blanco, luego dijo:—Así que vamos a revisarlo juntos.***Era un día nublado, con la nieve empezando a derretirse. El viento soplaba suavemente su aire frío y húmedo, haciendo caer las gotas de agua que colgaban de las hojas de los árboles. Una gota cayó justo en la nariz de Luna y la hizo temblar un poco por el frío.Luna se envolvió en una gruesa bufanda, mientras se dirigía a la enfermería de la escuela. Cuando llegó, el doctor le tomó la temperatura. Era cierto que tenía un poco de fiebre.El doctor le preguntó:—Tienes fiebre. ¿Sientes algún otro malestar en tu cuerpo? ¿Tienes mucosidad en la nariz?Luna afirmó y respondió:—Sí.—Me esperas un momento. Voy a darte una receta y toma las medicinas durante dos días. Si la fiebre no disminuye, tendrás que ir al hospital.—Muchas gracias.Luna salió de la enfermería con una bolsa de medicinas en la mano. Caminaba con la cabeza agachada y las manos en los bolsillos de su abrigo del uniforme. De rep
La "conversación" entre los dos, no terminó sino hasta que llegó el tiempo para la próxima clase. Si Luna hubiera sabido lo que ocurriría hoy en la escuela, preferiría mejor haberse quedado en casa... Sin embargo, justo cuando estaba a punto de sentarse en su propio asiento, la directora la llamó para que fuera a la oficina.Al entrar a la oficina, Luna vio que la directora estaba buscando algo en el cajón y mientras le decía:—¡Puedes tomar asiento!Luna tomó una silla y se sentó para esperarla. Pronto, la directora sacó una hoja de papel y le dijo:— Has faltado muchos días a clases. Te llamé varias veces, pero nadie respondió. Luna, ¿has tenido algún problema en casa?Su directora era la maestra de español de la clase seis llamada Inés Fernando. Después de que Carolina dejara la escuela, Inés se convirtió en la directora de su clase. De hecho, incluso cuando Carolina todavía estaba en la escuela, Inés se encargaba de la mayoría de los trabajos administrativos de la clase.Luna tambi
De esta manera, Andrés no podría hacerle nada más mientras se vengaba de Miguel. En ese momento, Luna parecía haber comprendido algo muy trascendental para ella. En el pasado, nunca había salido de la Ciudad Astraluna y llevaba una vida como un pájaro enjaulado. Se dio cuenta, de que había estado atrapada en un matrimonio vacío con una mente estrecha sin ningún tipo de visión profunda de este mundo.La universidad podría ser su única oportunidad…Luna completó el cuestionario y decidió considerar la Universidad Astraluna como su primera opción. Después de ingresar a la universidad, participaría en proyectos de intercambio en el extranjero, dejando así atrás a la familia García y regresando después de tres o cinco años. En ese momento, incluso si Miguel dejara de apoyarla económicamente, ya sería capaz de mantenerse por sí misma. Tal vez, después de varios años de desaparición, Miguel habría olvidado por completo a su infeliz e insignificante hija. O... Miguel habría fallecido y toda la
—Voy a cambiarme de clase a Clase Uno —dijo Luna en un tono bastante relajado.Se levantó y se acercó al dispensador de agua para servirse un vaso de agua y tomar la medicina. Sin embargo, al terminar de hablar, el aula se llenó rápidamente de ruido y grandes murmullos.Algunas personas la cuestionaron y se burlaron:—¿En serio? Si ella logra cambiarse de clase haciendo trampa, aseguro que no durará mucho tiempo allí. En Clase Uno la carga académica es mucho más pesada. Apuesto a que no aguanta allí más de tres días.—De acuerdo. Para lograr eso, ¡incluso hizo trampa en los exámenes!—Yo preferiría morir antes que hacer todo eso.Cuando Ana escuchó esas terribles palabras, se enfureció y los contradijo de inmediato:—¡Luna no hizo trampa en los exámenes! ¿Lo han visto acaso? No olviden que acaban de revisar su examen de matemáticas y ¡todos estaban correctos! Si no tienen la capacidad de obtener buenas notas y culpan a los demás, ¡deberían sentirse bastante avergonzados! En mi opinión,