[MAURO]
—Hijo, has estado increíble— Me felicita mi padre y yo tan solo sonrió fingiendo que sus palabras son exactamente el motivo por el cual he aceptado todo esto 《después de todo, busco ser el hijo que siempre quiso, ¿no?》
—Gracias papá, me alegra mucho que este cumpliendo con tus expectativas, además, tengo al mejor maestro, ¿no? — Respondo y mis palabras están llenas de sarcasmo, uno que él no puede percibir.
Él me da un leve golpe en la espalda y se sonríe —Esto era lo que quería de ti, que finalmente fueras un Carballares con todas sus letras y te hicieras cargo de lo que significa serlo— Me dice con ese tono de arrogancia que muchas veces se apodera de él y yo tan solo finjo una sonrisa.
—Me alegra ser el hijo que querías que fuera— Comenta y acomodo mi reloj dándole la señal a Danna que me saque de está situación.
—Querido suegro— Habla ella y se acerca a mi para tomarme de la mano —Si no le molesta, le robare a su hijo un momento y es que quiero bailar con el nuevo presidente de los hoteles Carballares, ¿sí? — Le explica sabiendo perfectamente que mi padre no se negara a esto.
—Por supuesto nuera, y de verdad es una lastima que tu padre no haya podido venir—
—Usted mejor que nadie sabe que se la pasa de viaje— Responde y la ultima sonrisa que le da mi padre antes de que ella me tome de la mano es la contestación sin palabras que ella recibe.
Sin más preámbulos, nos alejamos de todos ellos y vamos a la pista de baile donde los invitados ahora disfrutan de la muisca que toca la orquesta que hemos contratado para está noche —Gracias por sacarme de ahí, no lo soportaba más— Le agradezco en un susurro para que ninguno de los que están a nuestro alrededor puedan escucharnos.
—Es un placer, somos un equipo, ¿no? — Me dice y de repente su mirada se centra en otro sitio.
—¿Qué ocurre? — Inquiero preocupado.
—Ella nos está mirando… ¿no te duele perderla? — Explica y respiro profundo mientras que sus ojos azules se vuelven a centrar en mi.
Cualquier hombre caería rendido ante los encantos de Danna, es sencillamente hermosa, su cabello oscuro hace que esos ojazos que tiene resalten de manera increíble y cada facción de su rostro es perfecta, eso sin mencionar la figura escultural que posee y esa elegancia que puede hacer que todo se vea bien en ella. Tal vez en otro momento de mi vida me hubiera enamorado de ella perdidamente, quizás si nos hubiéramos conocido en otras circunstancias todo sería diferente, pero lamentablemente las cosas son como son —Es el precio que debo pagar para encontrar la verdad— Respondo finalmente.
—¿Crees que todo esto funcione? — Me cuestiona con dudas y le hago un simple gesto.
—Tiene que funcionar, no hemos sacrificado todo para nada, ¿no lo crees? — Me atrevo a responderle y ella asiente.
—Si… perdón, es que es inevitable no sentir dudas y miedo, sigo creyendo que nos estamos arriesgando mucho— Murmura.
—Ellos nos cuidan, no te olvides— Le digo al oído.
Puedo sentir su preocupación en la manera que está respirando —Solo espero que no terminemos como ellos— Susurra y me separo un poco para mirarla a los ojos.
—Danna, no dejare que te pase nada, ¿sí? — Le aseguro y acomodo su cabello.
—Confió en ti—
—Y yo en ti, no estaría haciendo todo esto si no supiera que te mueven los mismos motivos que a mi… estaremos bien— Le repito como aquel día que comenzó todo esto.
—Lo sé… y disculpa, pero es que por momentos la cobardía quiere ganarme— Se defiende y sonrió.
—Es normal, los dos teníamos una vida muy tranquila antes de todo esto— Le aliento y asiente.
—¿Podemos irnos de aquí? Estoy cansada— Me pide y me acerco a su oído una vez más.
—Podemos escaparnos, después de todo, todos piensan que estamos locamente enamorados y que iremos a comernos a besos a la suite donde nos estamos quedando está noche— Le susurro para disimular.
—Entonces escapémonos— Accede y sin decir una sola palabra más, la tomo de la mano para que juntos atravesemos este enorme salón hasta salir del mismo y llegar al elevador.
Conocemos muy bien cada detalle de cada hotel y sabemos que las cámaras de seguridad nos llevan a continuar con nuestro teatro y de esta manera lo hacemos fingiendo unos besos de aquellos que se dan las parejas cuando la pasión comienza a apoderarse de ellos y la urgencia por llegar a la habitación se hace cada vez mayor. Danna y yo somos dos actores improvisados que al salir del elevador fingen reírse mientras corren a la puerta de la suite y una vez allí un nuevo beso fingido se hace presente mientras abro la puerta.
Los dos sabemos muy bien que no podemos fallar ni un solo instante, que, si lo hacemos todo se ira a la basura y todo este esfuerzo no habrá valido la pena, eso sin mencionar el peligro que corremos si todo esto sale a la luz. Está claro que el plan B siempre estará allí, pero esa es la ultima opción, uno que no podemos utilizar al menos que sea un caso de vida o muerte.
—Por fin— Dice cuando cierro la puerta detrás de nosotros y respiramos un poco más aliviados al saber que ya no hay nadie más observándonos.
—Por fin— Repito y me siento en el borde de la cama intentando recuperarme de todo lo que ha ocurrido esta noche.
[MAURO]Estamos sentados lado a lado en el borde de está cama sabiendo perfectamente que está noche nos toca compartir habitación, algo que es la segunda vez que nos toca hacer. La primera vez, fue cuando nos casamos y nos fuimos de “luna de miel” a Paris, aunque en realidad, allí fue donde todo este plan se termino de armar, cada vez que entrabamos a aquel spa no era para relajarnos precisamente… los recuerdos de aquella semana no se me irán nunca de mi mente. Frente a los empleados del hotel de mi familia debíamos fingir ser el matrimonio recién casadoy feliz que se encerraba en la habitación por largas horas, pero en realidad tan solo nos encerrábamos a leer todo el material que necesitábamos e instruirnos para estar preparados.—¿Te estás acordando de Paris? — Me interrumpe su voz y al levantar mi cabeza giro a verla para encontrarme con
[DANNA]Tal vez cualquier otra mujer se hubiera escandalizado por lo que ocurrió hace un momento, pero la verdad es que hasta lo comprendo, todo esto nos ha hecho sacrificar muchísimas cosas, entre ellas nuestros instintos básicos, sobre todo él… no es que crea en eso típico de los instintos de los hombres y demás cosas, pero Mauro tenía una vida antes de todo esto, y era una junto a su novia; supongo que debe extrañarla demasiado.Termino de secarme un poco el cabello y ya con mi pijama puesto, salgo del baño para encontrarme con él acostado en el sofá mirando hacia el techo —¿Apago la luz? — Pregunto y él me mira.—Si— Responde y de inmediato apago la luz principal de la habitación dejando que solo la lámpara que esta en la mesita de noche alumbre el lugar, y me acuesto en la cama. Me cubro con la sabanas y al igual que &eacut
[MAURO]Al día siguiente: 16 de mayoAbrir mis ojos y verla a ella abrazada a mi no es algo que esperaba. Los recuerdos de todo lo que conversamos ayer regresa a mi mente y recuerdo el ataque de pánico y la manera que ella me tranquilizo. Definitivamente Danna es la mujer más fuerte que he conocido, y es que no cualquiera podría resistir todo esto ni mucho menos haberse preparado como ella lo hizo. Intento no moverme para no despertarla, se ve tan tranquila… Casi como un acto reflejo, mi mano comienza a acariciar su cabello suavemente hasta que sus ojos azules me sorprenden y me detengo —Perdón— Me disculpo alejando mi mano y ella al darse cuenta de que está abrazada a mi, se separa de inmediato.—Perdóname tú a mi, no sé en que momento termine de este lado de la cama— Se excusa y se sienta cruzada de piernas en la cama y mira al reloj que hay sobre la mesita de noche &
[MAURO]Observo sus pasos elegantes delante de mi mientras que me lleva a la sala de reuniones donde esta esperándome el periodista, y no puedo dejar de pensar en las muchas veces que esos mismos pasos me guiaron hasta nuestra habitación para amarnos como unos locos. Me duele más a mi que a ella todo lo que esta ocurriendo, y es que yo no soy un cabrón con las mujeres, nunca me ha gustado hacerlas sufrir ni mucho menos humillarlas, pero con ella no me quedo otra opción más que hacerlo…—Si hay algo que no quieres responder, no debes hacerlo, ¿de acuerdo? — Me advierte antes de entrar y asiento.—Es mejor que tú estés presente, no quiero hacer o decir algo que perjudique a la empresa— Sugiero y ella asiente.—Vamos entonces— Me responde y abro la puerta para que entremos.No hago más que poner un pie dentro de la sala de reuniones, y &eac
[MAURO]Cuando Danna y yo nos casamos seis meses atrás, nuestros padres nos regalaron una casa, en realidad, es una exuberante mansión de dos pisos ubicada en una de las zonas más exclusivas de Miami. La mansión costo 34 millones de dólares, y su arquitectura ultramoderna de cristal y sus ocho cuartos y baños parecieran valer eso en esta isla. No nos quedo más opción que aceptar ese regalo y por una parte nos ha servido de mucho ya que el tiempo que debemos pasar en casa pareciera no ser tan tedioso, después de todo tenemos gimnasio, sala de cine, piscina, jacuzzi, sauna, y hasta una casa de visitas, eso sin contar que esta frente al mar y el yate esta amarrado en el muelle privado.—De nuevo en casa— Murmura ella cuando abre la puerta.—Supuestamente esto es una casa— Respondo con este poco animo que tengo dado todo lo que me he enterado el día de hoy.—Ir
[MAURO]La manera que mi boca se apropia de la suya podría describirse como vehemente no me cohíbo ni ella tampoco. Sus manos están en mi nuca mientras que las mías ya aprisionan su cintura provocando que su cuerpo y el mío entren en contacto de tal manera que las ganas queden en evidencia. Hago una leve pausa con la única intención de morder su lóbulo y un leve quejido se escapa de su garganta cuando su espalda choca con la pared de está habitación —Mauro… lo tenemos prohibido…— Murmura entre dientes obligando a que la mire.Sé perfectamente de lo que habla, es uno de los puntos del acuerdo al que ambos hemos accedido cuando iniciamos con toda está situación, eso sin contar que involucrar los sentimientos podría representar el fracaso de todo esto —No tienen porque enterarse… te mueres de ganas de cruzar la línea y yo tambi&ea
[DANNA]Estoy sentada entre sus piernas en esta bañera donde el agua caliente nos cubre junto a la espuma y él no deja de pasear sus manos por mis brazos y piernas —¿En que piensas? — Me pregunta rompiendo el silencio.—En que las consecuencias de lo que acaba de ocurrir pueden ser muy graves— Confieso y siento sus dedos moviendo mi cabello a un lado para después besar mi cuello con ternura.—Solo tenemos que mantenerlo en silencio, si ellos no se enteran no habrá problemas— Expresa con esa calma que a veces contradice todo lo que él es.—Vamos a tener que tener cuidado, hay sitios donde cualquier gesto queda prohibido, ya sabes que tienen acceso a todas las cámaras que ellos quieran——Danna— Me interrumpe y sujeta mi rostro para que gire un poco y lo mire —Ya armaremos un plan, pero dime, ¿Qué ha significado esto para ti
[MAURO]Pensando en las diferentes posibilidades de quien haya podido venir a nuestra casa, abro la puerta y para mi sorpresa me encuentro a mi hermano Martín, su cabello rizado color dorado se oculta bajo una gorra y sus ojos azules se ven tristes —Hola, ¿Qué haces aquí? — Pregunto un poco confundido mientras que abro más la puerta para que él entre.—Discutí con papá, no podía quedarme en casa está noche— Explica y de pronto Danna se acerca a nosotros.—Martín, bienvenido, no te esperaba— Lo saluda y termina de acortar toda la distancia para saludarlo con dos besos.—Siento mucho venir sin avisar, le decía a Mauro que discutí con papá y que no podía quedarme en casa está noche, ¿les molesta si me quedo con ustedes? — Nos pregunta está vez a los dos y de inmediato mi mirada de cruza