[MAURO]
Cuando Danna y yo nos casamos seis meses atrás, nuestros padres nos regalaron una casa, en realidad, es una exuberante mansión de dos pisos ubicada en una de las zonas más exclusivas de Miami. La mansión costo 34 millones de dólares, y su arquitectura ultramoderna de cristal y sus ocho cuartos y baños parecieran valer eso en esta isla. No nos quedo más opción que aceptar ese regalo y por una parte nos ha servido de mucho ya que el tiempo que debemos pasar en casa pareciera no ser tan tedioso, después de todo tenemos gimnasio, sala de cine, piscina, jacuzzi, sauna, y hasta una casa de visitas, eso sin contar que esta frente al mar y el yate esta amarrado en el muelle privado.
—De nuevo en casa— Murmura ella cuando abre la puerta.
—Supuestamente esto es una casa— Respondo con este poco animo que tengo dado todo lo que me he enterado el día de hoy.
—Iré a ducharme— Es lo único que ella dice y se aleja para subir a su habitación.
Cabe destacar que ella se ha quedado con la habitación principal, la cual es inmensa y tiene un baño casi tan grande como el de un departamento de la gente común y un walking closet de esos donde podría caber toda la ropa de una tienda del centro comercial. La observo subir y no sé que le pasa, ha estado en silencio durante todo el camino, supongo que a ella también le ha afectado la noticia que me ha dado Natalia, y es que, hasta ahora, todos los afectados en está historia éramos adultos, pero ¿un bebé? Ya eso es demasiado.
Esta culpa que siento por dentro no me deja en paz, no sé que hacer para sentirme mejor… en realidad, no sé ni siquiera si lo consiga… Respiro profundo intentando calmarme y me doy cuenta de que lo único que puede llegar a ayudarme, es hacer ejercicio. Rápidamente voy a mi cuarto, me pongo un pantalón deportivo color negro, una camiseta blanca, y me coloco mis tenis de correr para después ir al gimnasio.
Como siempre, comienzo mi rutina de ejercicios con treinta minutos en la caminadora, y luego me paso a hacer pesas de diferentes tipos para trabajar los diferentes músculos y áreas de mi cuerpo. Quisiera creer que todo esto me ayudara a olvidar que iba a ser papá, pero realmente es imposible… no puedo dejar de preguntarme si todo esto está mereciendo la pena… 《¿Y si no cumplimos nuestro objetivo? ¿y si todo esto sale mal?》Esas preguntas se repiten una y otra vez. Bastante frustrado conmigo mismo, dejo las pesas a un lado y salgo del gimnasio con una toalla colgada en mi hombro que sirve para quitarme el sudor y voy hacia la cocina donde me la encuentro a ella bebiendo una copa de vino.
—¿Te encuentras bien? — Inquiero y asiente.
—Si, ¿tú? —
—Ahí voy…— Es lo único que consigo responderle mientras que busco un vaso de agua.
De repente nuestro silencio se ve interrumpido por un mensaje que llega al celular que nos han dado y de inmediato ella mira la pantalla —J.K. dice que envió la información a la computadora— Me explica.
—¿Qué información? — Pregunto un poco confundido.
Danna me mira como pidiéndome disculpas —Le pedí que revisara los records médicos de Natalia para saber si lo del bebé era cierto— Me confiesa finalmente y no sé ni siquiera como sentirme con todo esto.
—No debiste…— Murmuro.
—Necesitabas saberlo, ¿vienes o no? — Me pregunta y asiento levemente.
—Vamos—
—Está en el cuarto— Indica y no era necesario, los dos sabemos donde está esa computadora.
Rápidamente Danna y yo subimos la escalera y entramos a su cuarto donde yo me siento en el sofá de dos plazas que hay allí, y una vez que ella regresa del walking closet con la computadora, se sienta a mi lado, abre la computadora, ingresa la clave y rápidamente abre el programa desde donde debemos revisar cualquier tipo de información que nos envían. Ella ingresa la otra clave, y efectivamente hay un archivo con el nombre de “Natalia Valdivia.”
—¿Qué? ¿La han investigado? — Pregunto sorprendido.
—Sabes que han investigado a cualquier persona que estuviera cerca de nosotros— Me dice como si fuera algo obvio y abre el archivo.
Comenzamos a mirar las fotos que hay de ella y no doy crédito a lo veo… le han tomado fotos saliendo y entrando de la empresa, yendo a caminar, cuando iba de compras, e incluso conduciendo, pero la mayor sorpresa me la llevo cuando aparecen las fotos de ella y mi padre en varias ocasiones conversando en diversos restaurantes, cafés, e incluso en el estacionamiento de las oficinas del hotel.
—Hay un audio— Señala Danna.
—Ábrelo— Le exijo y ella de inmediato lo hace.
“Sé muy bien que mi hijo y tú han tenido una relación durante un par de años, ¿crees que no me iba a enterar?”
“Señor yo…”
“Escúchame Natalia, si no quieres perder tu empleo y que haga que nadie te quiera volver a contratar, tú harás lo que yo te digo”
“Usted dirá señor Carballares”
“Pon a prueba a mi hijo, acércate a él y has lo que deba hacer para ver si vuelve a caer en tus brazos. Hay algo aquí que no está bien con su matrimonio… de estar contigo a estar con ella…”
“Ya he intentado recuperarlo”
“Dije que hagas lo que sea, así debas decirle que perdiste un hijo suyo, lo haces, ¿me escuchaste?”
“Lo hare”
“Ahora vete y que nadie se entere de está conversación”
—Dime por favor que no escuche eso…— Le pido a Danna mientras que siento que el mundo ha caído todo de golpe encima de mi.
—Me encantaría decirte eso, pero sabes que hay micrófonos en la oficina de tu padre— Murmura.
Con mi mirada completamente nublada a causa de las lagrimas que se han acumulado en mis ojos, consigo ver un video dentro del archivo —Abre el video— Le pido a Danna y ella me mira.
—¿Por qué mejor no paramos aquí? Te está haciendo mal— Me dice preocupada y niego.
—Abre ya ese maldito video— Le exijo y ella asiente levemente y luego lo abre haciendo que frente a nuestros ojos aparezca la imagen de Natalia en su departamento con otro tipo que no sé quien es. Las imágenes fueron grabadas a través de una ventana, pero claramente puedo ver como ella y ese hombre están teniendo sexo —¡Quítalo! — Exclamo con rabia e intento salir de la habitación a toda prisa, pero Danna me defiende sujetándome del brazo.
—Mauro, no te pongas así…— Me pide y la miro confundido.
—¿Y como quieres que me ponga? ¿Eh? Mi ex se complota con mi padre para joder nuestro plan y de paso la veo cogiéndose a otro tipo… ¿te parece poco? —
—Si le reclamas, sabrá que la tienen vigilada, ¿te das cuenta? — Me dice y asiento.
—No soy tan estúpido, no iré a reclamarle— Respondo firme.
—¿Y que harás? — Averigua.
—Sacarme está rabia que llevo por dentro de alguna manera, no sé…— Respondo sin estar seguro de nada.
—No vale la pena, ¿lo sabes? Todo esto es una mierda, lo sé… pero…—
—Pero ¿Qué? — Presiono.
—No nos queda otra que aguantar— Murmura y sin poder evitarlo, doy dos pasos hacia ella removiendo casi por completo toda la distancia entre los dos.
—¿Cómo haces para mantenerte tan fuerte? — Le pregunto y encoje sus hombros.
—Aguantando, nada más…— Susurra y tomo su rostro entre mis manos para mirarla fijamente.
—Si pudiera…— Digo entre dientes.
—¿Qué? — Indaga y puedo sentir como nuestras respiraciones se han agitado de repente.
—Te besaría— Me atrevo a decirle y sus ojos azules no se separan de los míos.
—Hazlo— Dice con un hilo de voz y como si sus palabras fueran la clave a todo, me lanzo contra su boca para besarla como si el mundo se fuera a acabar aquí mismo.
[MAURO]La manera que mi boca se apropia de la suya podría describirse como vehemente no me cohíbo ni ella tampoco. Sus manos están en mi nuca mientras que las mías ya aprisionan su cintura provocando que su cuerpo y el mío entren en contacto de tal manera que las ganas queden en evidencia. Hago una leve pausa con la única intención de morder su lóbulo y un leve quejido se escapa de su garganta cuando su espalda choca con la pared de está habitación —Mauro… lo tenemos prohibido…— Murmura entre dientes obligando a que la mire.Sé perfectamente de lo que habla, es uno de los puntos del acuerdo al que ambos hemos accedido cuando iniciamos con toda está situación, eso sin contar que involucrar los sentimientos podría representar el fracaso de todo esto —No tienen porque enterarse… te mueres de ganas de cruzar la línea y yo tambi&ea
[DANNA]Estoy sentada entre sus piernas en esta bañera donde el agua caliente nos cubre junto a la espuma y él no deja de pasear sus manos por mis brazos y piernas —¿En que piensas? — Me pregunta rompiendo el silencio.—En que las consecuencias de lo que acaba de ocurrir pueden ser muy graves— Confieso y siento sus dedos moviendo mi cabello a un lado para después besar mi cuello con ternura.—Solo tenemos que mantenerlo en silencio, si ellos no se enteran no habrá problemas— Expresa con esa calma que a veces contradice todo lo que él es.—Vamos a tener que tener cuidado, hay sitios donde cualquier gesto queda prohibido, ya sabes que tienen acceso a todas las cámaras que ellos quieran——Danna— Me interrumpe y sujeta mi rostro para que gire un poco y lo mire —Ya armaremos un plan, pero dime, ¿Qué ha significado esto para ti
[MAURO]Pensando en las diferentes posibilidades de quien haya podido venir a nuestra casa, abro la puerta y para mi sorpresa me encuentro a mi hermano Martín, su cabello rizado color dorado se oculta bajo una gorra y sus ojos azules se ven tristes —Hola, ¿Qué haces aquí? — Pregunto un poco confundido mientras que abro más la puerta para que él entre.—Discutí con papá, no podía quedarme en casa está noche— Explica y de pronto Danna se acerca a nosotros.—Martín, bienvenido, no te esperaba— Lo saluda y termina de acortar toda la distancia para saludarlo con dos besos.—Siento mucho venir sin avisar, le decía a Mauro que discutí con papá y que no podía quedarme en casa está noche, ¿les molesta si me quedo con ustedes? — Nos pregunta está vez a los dos y de inmediato mi mirada de cruza
[DANNA]No me agrada en lo más absoluto haberme convertido en esta mujer tan desconfiada que soy ahora, pero quiero pensar que después de todo lo que ha ocurrido a mi alrededor, es lo más normal del mundo. La cena con mi supuesto cuñado ha transcurrido de una manera bastante tranquila, ni él nos ha hecho preguntas extrañas, ni nosotros hemos hablado más de la cuenta. Mauro y yo nos hemos acostumbrado demasiado a la famosa frase “menos, es más.” Si Martin nos contaba algo de la discusión que tenia con su padre, nosotros respondíamos con una frase simple que no dejara ver que ninguno de los dos soportamos a Francisco, y es que eso sería simplemente contrariar todo lo que hemos trabajado durante estos meses. Si nos pedía un consejo, intentábamos que fuese algo neutral y que no hiciera que Martín se pusiera más en contra de su padre.La verdad es que no sabe
[MAURO]Si ella es mía o yo soy suyo todavía sigue siendo un gran enigma. La única certeza que tengo en estos momentos es que estar en ella se está convirtiendo en una especie de droga, y como toda droga, sus efectos pueden ser dañinos, pero eso ya no me importa, me rehusó a no poder sentirla así, a no tener está hermosa sensación de que mi corazón se saldrá del pecho, de que su mirada azul no se cruce con la mía como lo hace ahora, y mucho menos a no volver a sentir sus uñas arañándome la otra mientras que callamos nuestros gemidos en un beso de esos que son perfectos cuando nuestros cuerpos se rinden a la pasión.Sonreímos cómplices y con cuidado salgo de ella para caer desplomado a su lado en esta inmensa cama que se ha convertido en un nuevo espacio que compartimos los dos. Estamos agitados, ninguno de los dos dice nada, y ella simplemente s
[DANNA]Al día siguiente: 17 de mayo—¿Es aquí? — Me pregunta cuando estamos estacionados frente a una joyería.Miro la dirección una vez más y asiento —Es la dirección que nos envió— Respondo y al igual que él, estoy bastante confundida.—Bueno, pues vamos antes de que se nos haga tarde— Sugiere y se baja del auto para después venir de mi lado del auto y abrirme la puerta para ayudarme a bajar.—Gracias caballero— Le digo sonriente y hace un gesto muy peculiar que me contagia su sonrisa.—De nada, y mejor entremos porque tengo muchas ganas de besarte y no puedo aquí— Murmura y asiento.—Vamos— Es lo único que me limito a responderle y caminamos hacia la entrada de la imponente joyerías ubicada en una de las mejores zonas de South Beach.Siguiendo con su caballerosida
[MAURO]—¿Ves a alguien? — Me pregunta cuando ya estoy llegando a la empresa y volvemos a mirar por el espejo retrovisor del auto.—Ya no, pero ¿Quién es ese tipo? No lo conozco— Me pregunto y detengo el auto en la entrada de coches para que el empleado del valet estacione el coche.—Evidentemente no conocemos a todos los empleados de nuestros padres, pero ya hemos escuchado a J.K. debemos tener cuidado— Me recuerda y tal y como siempre lo hacemos, bajo del auto primero para después ir a su puerta, abrirla y ayudarle a bajar.—Mi amor— Digo ofreciéndole mi brazo para que caminemos juntos y en estos instantes ya no hay falsedad en este gesto tan simple.Lentamente comenzamos a caminar hacia la entrada del exuberante edificio de 35 pisos que conforman la oficina corporativa de los hoteles, y apenas pongo un pie en el lobby, todos los empleados que se encuentran all&iac
[DANNA]Que Mauro haya asumido la presidencia tiene un solo propósito para nosotros dos, encontrar evidencia de lo que ocultan su padre y el mío —Mi padre no es idiota, solo me ha pasado los archivos necesarios de la empresa— Comenta mientras que pretendo ayudarle a acomodar las cosas en su nueva oficina.Sonrió ante sus palabras y tan solo lo miro como intentando entenderlo —Mauro… está claro que esto no será como en las películas donde de repente la información aparece delante de los ojos de los protagonistas, esto será un poco más complicado— Le comento haciéndolo sonreír.—A veces tengo la sensación de que todo esto te divierte— Dice y niego de inmediato mientras que camino hacia él.—No me divierte— Le respondo bien bajito —Créeme que, si a mi hermano no le hubieran pegado un tiro en la cabeza