[DANNA]
Tal vez cualquier otra mujer se hubiera escandalizado por lo que ocurrió hace un momento, pero la verdad es que hasta lo comprendo, todo esto nos ha hecho sacrificar muchísimas cosas, entre ellas nuestros instintos básicos, sobre todo él… no es que crea en eso típico de los instintos de los hombres y demás cosas, pero Mauro tenía una vida antes de todo esto, y era una junto a su novia; supongo que debe extrañarla demasiado.
Termino de secarme un poco el cabello y ya con mi pijama puesto, salgo del baño para encontrarme con él acostado en el sofá mirando hacia el techo —¿Apago la luz? — Pregunto y él me mira.
—Si— Responde y de inmediato apago la luz principal de la habitación dejando que solo la lámpara que esta en la mesita de noche alumbre el lugar, y me acuesto en la cama. Me cubro con la sabanas y al igual que él me quedo mirando hacia el techo para luego apagar la única luz que quedaba encendida. Los dos estamos en absoluto silencio, pero sé que conciliar el sueño será algo complicado —Danna— Murmura.
—Dime—
—Perdón, no quise incomodarte, me siento bastante apenado por la situación— Me dice y sonrió.
—No te preocupes, no me has incomodado… los dos estamos pasando por momentos muy difíciles, nuestra vida personal ha quedado a un lado y tiene sus consecuencias— Respondo tratando de que todo esto no se eche a perder.
—¿Hace cuanto que no tienes sexo? — Me pregunta de la nada y por alguna razón rio —¿Qué? ¿Por qué te ríes? — Cuestiona y sé que se esta sonriendo.
—Perdón… no esperaba esta pregunta, eso es todo— Explico.
—No tienes que responder si no quieres— Indica.
—La ultima vez fue con Cruz dos días antes de terminar con él, así que debemos sumar los tres meses antes de nuestro falso noviazgo, los seis meses que supuestamente fuimos novios y estos seis meses… un año y tres meses— Hago cuentas en voz alta —¿Y tú? —
—El mismo tiempo, me despedí de Natalia de una manera similar— Explica.
—¿No has ido a un bar ni nada de todo eso? — Averigua y ríe.
—No sé quien crees que soy, pero no me gusta ir a buscar chicas para pasar una— Se defiende.
—Claro, ellas caen solas— Bromeo.
—Tampoco, además sabes que cada uno de nuestros pasos son observados por muchas personas— Me recuerda.
—Lo sé… deberíamos intentar de que todo esto termine lo más pronto posible— Murmuro.
—Sabes que eso no depende de nosotros, bueno en realidad si, pero más bien depende de que tan rápido podamos encontrar la información que necesitamos— Me dice y respiro profundo.
Mi cabeza da vueltas al video que vimos aquel día y la misma angustia que sentí en aquel momento se apodera de mi —¿Qué pensaste el día que vimos el video de nuestros padres? — Cuestiono con un poco de tristeza.
Lo escucho respirar, moverse en el sofá —No podía creer que fuera hijo de alguien así, ¿y tú? — Pregunto.
—Asco… desde aquel día me cuesta mucho ver a mi padre a la cara, no entiendo como mi madre puede estar con él— Confieso.
—Tal vez no lo sabe, es una posibilidad— Indica.
—¿Y tú madre? ¿Crees que ella sabe quien es tu padre? —Averiguo.
—No lo sé, la pregunta aquí creo que es si ellas saben las causas reales de la muerte de nuestros hermanos— Señala.
—Espero que no, porque no solo me decepcionaría de mi padre, sino que también de mi madre— Digo firme e inevitablemente mis ojos se cristalizan.
—Me pasa igual— Responde bajito.
—Si yo fuera madre y a mi hijo le pasara lo mismo que a mi hermano, te juro que no descansaría hasta hacer justicia— Admito.
—Lo estás haciendo ahora… no es tu hijo, pero si tu hermano— Expresa.
—Tú también lo haces, Isla era todo para ti— Murmuro y de repente escucho un ruido que me hace encender la luz —Mauro, ¿Qué pasa? — Pregunto alarmada cuando lo veo sentado en el sofá y su respiración pareciera haberse acelerado de una manera sin precedentes.
—No puedo…— Trata de decir y me doy cuenta de que se esta ahogando.
—¡Mauro! — Exclamo y me acerco a él, tomo su pulso, reviso sus ojos, y me doy cuenta de inmediato que está teniendo un ataque de pánico —Respira, mírame— Le pido y tomo su rostro entre mis manos —Todo estará bien, ¿sí? Hay aire… estamos los dos aquí… te juro que no te dejare solo en todo esto, ¿recuerdas nuestro trato? — Le pregunto y él asiente —Bueno, piensa en que los dos nos sentimos iguales, pero que pronto todo esto acabara y Tiziano e Isla tendrán la justicia que se merecen, ¿sí? — Le aliento y vuelve a asentir —¿Quieres que te abrace? — Le ofrezco y él se sonríe.
—Por favor— Me pide y simplemente lo abrazo intentando tranquilizarlo.
Sé perfectamente lo mucho que la muerte de Isla le ha afectado, no es mucho más a lo que yo he sufrido con la muerte de Tiziano… no sé si algún día podamos superarlo, sobretodo por todo lo que hay detrás de aquel hecho, uno que nos despertó a la realidad y nos hizo conocer verdades que desconocíamos.
—Ven, por una noche que durmamos abrazados no pasara nada— Le propongo tomándolo de la mano y lo invito a que durmamos en la misma cama aunque esto no forme parte de nuestro trato.
[MAURO]Al día siguiente: 16 de mayoAbrir mis ojos y verla a ella abrazada a mi no es algo que esperaba. Los recuerdos de todo lo que conversamos ayer regresa a mi mente y recuerdo el ataque de pánico y la manera que ella me tranquilizo. Definitivamente Danna es la mujer más fuerte que he conocido, y es que no cualquiera podría resistir todo esto ni mucho menos haberse preparado como ella lo hizo. Intento no moverme para no despertarla, se ve tan tranquila… Casi como un acto reflejo, mi mano comienza a acariciar su cabello suavemente hasta que sus ojos azules me sorprenden y me detengo —Perdón— Me disculpo alejando mi mano y ella al darse cuenta de que está abrazada a mi, se separa de inmediato.—Perdóname tú a mi, no sé en que momento termine de este lado de la cama— Se excusa y se sienta cruzada de piernas en la cama y mira al reloj que hay sobre la mesita de noche &
[MAURO]Observo sus pasos elegantes delante de mi mientras que me lleva a la sala de reuniones donde esta esperándome el periodista, y no puedo dejar de pensar en las muchas veces que esos mismos pasos me guiaron hasta nuestra habitación para amarnos como unos locos. Me duele más a mi que a ella todo lo que esta ocurriendo, y es que yo no soy un cabrón con las mujeres, nunca me ha gustado hacerlas sufrir ni mucho menos humillarlas, pero con ella no me quedo otra opción más que hacerlo…—Si hay algo que no quieres responder, no debes hacerlo, ¿de acuerdo? — Me advierte antes de entrar y asiento.—Es mejor que tú estés presente, no quiero hacer o decir algo que perjudique a la empresa— Sugiero y ella asiente.—Vamos entonces— Me responde y abro la puerta para que entremos.No hago más que poner un pie dentro de la sala de reuniones, y &eac
[MAURO]Cuando Danna y yo nos casamos seis meses atrás, nuestros padres nos regalaron una casa, en realidad, es una exuberante mansión de dos pisos ubicada en una de las zonas más exclusivas de Miami. La mansión costo 34 millones de dólares, y su arquitectura ultramoderna de cristal y sus ocho cuartos y baños parecieran valer eso en esta isla. No nos quedo más opción que aceptar ese regalo y por una parte nos ha servido de mucho ya que el tiempo que debemos pasar en casa pareciera no ser tan tedioso, después de todo tenemos gimnasio, sala de cine, piscina, jacuzzi, sauna, y hasta una casa de visitas, eso sin contar que esta frente al mar y el yate esta amarrado en el muelle privado.—De nuevo en casa— Murmura ella cuando abre la puerta.—Supuestamente esto es una casa— Respondo con este poco animo que tengo dado todo lo que me he enterado el día de hoy.—Ir
[MAURO]La manera que mi boca se apropia de la suya podría describirse como vehemente no me cohíbo ni ella tampoco. Sus manos están en mi nuca mientras que las mías ya aprisionan su cintura provocando que su cuerpo y el mío entren en contacto de tal manera que las ganas queden en evidencia. Hago una leve pausa con la única intención de morder su lóbulo y un leve quejido se escapa de su garganta cuando su espalda choca con la pared de está habitación —Mauro… lo tenemos prohibido…— Murmura entre dientes obligando a que la mire.Sé perfectamente de lo que habla, es uno de los puntos del acuerdo al que ambos hemos accedido cuando iniciamos con toda está situación, eso sin contar que involucrar los sentimientos podría representar el fracaso de todo esto —No tienen porque enterarse… te mueres de ganas de cruzar la línea y yo tambi&ea
[DANNA]Estoy sentada entre sus piernas en esta bañera donde el agua caliente nos cubre junto a la espuma y él no deja de pasear sus manos por mis brazos y piernas —¿En que piensas? — Me pregunta rompiendo el silencio.—En que las consecuencias de lo que acaba de ocurrir pueden ser muy graves— Confieso y siento sus dedos moviendo mi cabello a un lado para después besar mi cuello con ternura.—Solo tenemos que mantenerlo en silencio, si ellos no se enteran no habrá problemas— Expresa con esa calma que a veces contradice todo lo que él es.—Vamos a tener que tener cuidado, hay sitios donde cualquier gesto queda prohibido, ya sabes que tienen acceso a todas las cámaras que ellos quieran——Danna— Me interrumpe y sujeta mi rostro para que gire un poco y lo mire —Ya armaremos un plan, pero dime, ¿Qué ha significado esto para ti
[MAURO]Pensando en las diferentes posibilidades de quien haya podido venir a nuestra casa, abro la puerta y para mi sorpresa me encuentro a mi hermano Martín, su cabello rizado color dorado se oculta bajo una gorra y sus ojos azules se ven tristes —Hola, ¿Qué haces aquí? — Pregunto un poco confundido mientras que abro más la puerta para que él entre.—Discutí con papá, no podía quedarme en casa está noche— Explica y de pronto Danna se acerca a nosotros.—Martín, bienvenido, no te esperaba— Lo saluda y termina de acortar toda la distancia para saludarlo con dos besos.—Siento mucho venir sin avisar, le decía a Mauro que discutí con papá y que no podía quedarme en casa está noche, ¿les molesta si me quedo con ustedes? — Nos pregunta está vez a los dos y de inmediato mi mirada de cruza
[DANNA]No me agrada en lo más absoluto haberme convertido en esta mujer tan desconfiada que soy ahora, pero quiero pensar que después de todo lo que ha ocurrido a mi alrededor, es lo más normal del mundo. La cena con mi supuesto cuñado ha transcurrido de una manera bastante tranquila, ni él nos ha hecho preguntas extrañas, ni nosotros hemos hablado más de la cuenta. Mauro y yo nos hemos acostumbrado demasiado a la famosa frase “menos, es más.” Si Martin nos contaba algo de la discusión que tenia con su padre, nosotros respondíamos con una frase simple que no dejara ver que ninguno de los dos soportamos a Francisco, y es que eso sería simplemente contrariar todo lo que hemos trabajado durante estos meses. Si nos pedía un consejo, intentábamos que fuese algo neutral y que no hiciera que Martín se pusiera más en contra de su padre.La verdad es que no sabe
[MAURO]Si ella es mía o yo soy suyo todavía sigue siendo un gran enigma. La única certeza que tengo en estos momentos es que estar en ella se está convirtiendo en una especie de droga, y como toda droga, sus efectos pueden ser dañinos, pero eso ya no me importa, me rehusó a no poder sentirla así, a no tener está hermosa sensación de que mi corazón se saldrá del pecho, de que su mirada azul no se cruce con la mía como lo hace ahora, y mucho menos a no volver a sentir sus uñas arañándome la otra mientras que callamos nuestros gemidos en un beso de esos que son perfectos cuando nuestros cuerpos se rinden a la pasión.Sonreímos cómplices y con cuidado salgo de ella para caer desplomado a su lado en esta inmensa cama que se ha convertido en un nuevo espacio que compartimos los dos. Estamos agitados, ninguno de los dos dice nada, y ella simplemente s