Capítulo 13

Llegamos a mi apartamento, el viaje fue corto y en un silencio sepulcral, imagino que al igual que yo, Viktor lo necesita para calmarse. Con los nervios escasamente controlados, me ayuda a bajar de su auto y me acompaña hasta la puerta, donde lo invito a pasar para tomar una taza de té.

—Lo siento, pero es lo más fuerte que tengo en casa.

—Es perfecto. No te disculpes, McKenzie. Estoy conduciendo y lo menos que necesito es alcohol en mi sistema. —Me gusta mucho su respuesta, lo hago pasar a la sala mientras me entrega su chaqueta del traje y me deshago de mi abrigo.

¡Dios! No sé si mejor decirle que se quede con su chaleco o guardarlo tan dentro de mi closet para que no tenga manera de ponérselo de nuevo. Parece una bella y antigua escultura de granito.

—Siéntate, por favor. En un momento estará listo.

—¿Puedo quedarme de pie? Mucha adrenali

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