El fin de semana con Viktor fue agotador. ¡Y no de la manera que me gusta! Tengo la extraña sensación de que, si está fue una muestra de lo que serán los próximos meses, no nos irá bien…
Las mañanas están siendo muy pesadas para mí y con muchas nauseas, parece ser que, con el positivo de las pruebas, se activó esa zona en mi cerebro que le indica a mi cuerpo que estoy siendo invadida por un inconveniente prenatal y que, por esa razón, debe rebelarse y sentirse mal para contrarrestarla.
—No quiero nada, deja que la galleta salada llegue a mi estómago, ve y prepárate tú algo de desayunar mientras yo me ducho. ¡Dame un respiro, Viktor! —Esta es la segunda vez que le comento que no tolero el desayuno y mucho menos tan temprano.
—Lo siento, no es mi intención molestarte ni agobiarte. Sabes que no me gusta que t
Gracias a Dios, Viktor no le puso peros a mi excusa de ayer por no dejarlo ver el informe antes. Esta mañana cuando desperté, él ya se había ido, dejándome como siempre con su ausencia, un crisantemo y una nota.«Moye serdtse», te dejo con lo único a lo que no le tendré celos nunca, para que te haga compañía, sé que te gustan mis notas, por eso no pierdo oportunidad en dejarte cualquiera que pueda. En la mesita de noche te dejé las galletas saladas para tus náuseas y, por favor, dame una video llamada al despertar, sabes que para mí no amanece si no veo a «moi fioletovyye glaza»V.N.»Es tan dulce y considerado... después de asentar mi estómago con la galleta y de hacer una parada en el baño para mi ducha, con mi hermoso crisantemo rojo en la mano, me voy
Despierto y no sé dónde estoy ni qué hora es, mis brazos están entumecidos por la posición en la que me encuentro, ya que estoy amarrada a una silla con las manos en la espalda y mis pies están fijos a las patas de esta. Me han amordazado y no consigo ver bien el lugar sin mis lentes y porque hay una luz cegadora que lastima mis ojos.—¡Vaya! Al fin despiertas pequeña suka[1] —La voz de mujer se me hace familiar, pero siento una bruma que aturde mi cabeza y que aún no me deja dilucidar de quién se trata.—Alex, proshlo vremya pozvonit´Vitya[2]— habla la mujer con un tono seductor.Ha dicho todo eso en ruso y no logro entender nada. Mis sentidos poco a poco van aclarándose y por fin puedo distinguir quién es y, a decir verdad, no me sorprende.—Deja de hablar de ese maldito con tanta
Las horas y pasan sin pedir permiso, ni perdón y mi cuerpo dolorido exige un descanso, duermo cuando el sueño me vence y continúo sin saber nada. Calculo que ha pasado más de dios días sin embargo no puedo asegurarlo, y ninguno de los dos rusos me dice nada que no sean amenazas e insultos.Estoy medio dormida y un estruendo fuera de la puerta de donde me tienen confinada me despierta de manera abrupta.Me pongo alerta por si es alguna otra sorpresa, de pronto, alguien irrumpe en la habitación, es Alexey y parece desesperado, corre hasta mi posición, mientras afuera continua el caos, escucho cosas rompiéndose, incluso algunos disparos y hay personas que no logro distinguir bien, pasan una y otra vez frente a la puerta.El ruso corta las amarras que me mantienen cautiva en la silla, no así la mordaza que me impide preguntar qué es lo que sucede en el exterior, me agarra con fuer
Estoy a salvo gracias a mi amor y justo en este momento alguien llama a la puerta y una enfermera entra. Es una abuela adorable con su cabello blanco y peinado en un moño apretado, con su reluciente uniforme.—Buenas noches, veo que la paciente despertó y usted, no nos notificó —riñe y con una mirada severa intenta reprender a Viktor—. Señor, Novikov, no debe estar en la cama de la paciente, podría interrumpir alguna de las vías intravenosas de la señorita. Es usted el peor acompañante que hemos tenido el disgusto de tener aquí.—Buenas noches, enfermera Rogers, como siempre es usted tan cálida; solo estaba disfrutando un momento con mi novia, ya le iba a informar. —Mi sonrisa de disculpa se planta en mi rostro al ver el intercambio entre estos dos.—¡Ya me iba a informar…! —Resopla sin creer ni un poco la excusa de Viktor—. H
Las cosas después del secuestro no fueron fáciles, con Tatyana muerta y Petrov refundiéndose en la cárcel, no quisimos hablar de nuevo sobre el tema. «Todo comienzo es penoso» como decía mi mamá, adaptarme a la situación con el bebé y el hecho de trasladarme al apartamento de Viktor en Novikov Enterprise, no fue un camino de rosas.Mucho menos, si tomamos en cuenta a la loca de mi cuñada llenando una de las habitaciones con cuantas cosas de bebé veía a su paso. Después de que le dimos la noticia los dos juntos, estalló como bomba de confeti de la alegría y se tomó muy en serio el hecho de consentir al bebé desde antes de nacer.¡Dios, no quiero ni imaginar cuando esté entre nosotros!***Han pasado cinco meses desde que nos organizamos y dedo decir que Viktor, ha resultado ser un amor con respecto a mis
Un año y siete meses después… Soy Viktor Novikov, tengo treinta y dos años y soy dueño de una fructífera empresa. Vivía para trabajar, no trabajaba para vivir. Perder a mis padres en un periodo corto de tiempo, hacerme cargo de mi hermana menor y sentir la traición de la mujer que, en aquel entonces, creí de manera errónea que sería la madre de mis hijos, me hizo ser quien era, un hombre desilusionado de la vida, que solo ocupaba un espacio en este mundo, sin ningún fin, ni propósito. La vida antes de ella era sombría y triste. Hasta que apareció, moi glaza fioletovyye[1], la única capaz de darle un propósito y un sentido a mi existir. Amarla y protégela por el resto de mis días. La única que me plantó los pies en la tierra y se atrevía a enfrentarme. Esa malen'kiy[2], de boca inteligente y respuestas rápidas. Quien pasó por un infierno, antes de poder rescatarla y dar
No me conoces. No sabes quién soy, pero si miras alrededor, me verás. Soy la chica que nadie nota, la que pasa por tu vida sin ser vista, sin que merezca una segunda mirada y, así me gusta. Estudié ingeniería en sistemas computarizados y software avanzados y todo cuanto te puedas imaginar acerca del tema. Lo sé, soy un ratón de computadoras. Eso soy.A mis veinticinco años, no puedo decir que tengo todo lo que he querido, pero no me quejo. Soy dueña de un piso en Manhattan, sin deudas universitarias, ni padres o hermanos que llegan de improvisto a visitar. Trabajo en ocasiones, no necesito de horarios, ni algo fijo.Somos, yo, el teléfono móvil y mis computadoras y así me gusta, ni tan siquiera tengo la necesidad de salir de mi apartamento. No me gusta relacionarme en directo con la gente. Desde mi adolescencia tengo problemas para hacerlo y empeoró m&aa
En las frescas mañanas de principio de invierno, odio levantarme temprano y más aún cuando me desveló trabajando; necesito mi dosis de té…, me encanta el té, de cualquier tipo, es mi vicio particular, lo disfruto muy dulce y concentrado. Una ducha rápida y una jumbo taza de té en las manos y listo. A comenzar la jornada en mi «cueva»,El ala este de mi apartamento, una sección de cinco por cinco metros cuadrados, tengo todo lo que necesito, mis tres computadoras, un escritorio de vidrio templado, un sofá cómodo, mi caminadora para los días de mucho frío que se aproximan y las vista frontal de pared a pared y de techo a piso, y el majestuoso Central Park se deja disfrutar en todo su esplendor en cualquier época del año, por esta razón, decidí remodelar y ubicar aquí la cueva.Instalada ya en m