Capítulo 39

Despierto y no sé dónde estoy ni qué hora es, mis brazos están entumecidos por la posición en la que me encuentro, ya que estoy amarrada a una silla con las manos en la espalda y mis pies están fijos a las patas de esta. Me han amordazado y no consigo ver bien el lugar sin mis lentes y porque hay una luz cegadora que lastima mis ojos.

—¡Vaya! Al fin despiertas pequeña suka[1] —La voz de mujer se me hace familiar, pero siento una bruma que aturde mi cabeza y que aún no me deja dilucidar de quién se trata.

—Alex, proshlo vremya pozvonit´Vitya[2]— habla la mujer con un tono seductor.

Ha dicho todo eso en ruso y no logro entender nada. Mis sentidos poco a poco van aclarándose y por fin puedo distinguir quién es y, a decir verdad, no me sorprende.

—Deja de hablar de ese maldito con tanta

Sigue leyendo en Buenovela
Escanea el código para descargar la APP

Capítulos relacionados

Último capítulo

Escanea el código para leer en la APP