Siento los latidos de mi corazón en la sien, esperando respuesta. —No, llegue hace cinco minutos, y no lo vi cerca, pero me encontré con la sala hecha un desastre, no te encuentro y me preocupe. Menos mal ese desgraciado está bien. —Mel, no te preocupes, estoy bien, lamento lo de la sala, pero no puedo explicarte ahora mismo nada. Cuelgo la llamada, le marco a mi Samantha para que no se preocupe y le digo que no podré ir a trabajar hoy, no quiero, no después de lo sucedido. —¿Me ocultas algo amiga? ¿dime que es? Ella es muy intuitiva y supongo que después de tanto tiempo, me conoce realmente muy bien. —No es nada —no quiero hablar de eso—mañana hablamos. —¿Dónde estas Rachel? No sé cómo engañarla, ya que nunca le he dicho mentiras. —Voy a decirte dónde estoy. Pero no quiero que me pidas explicaciones en este momento no estoy para dártela. —Que agresividad, pero está bien. Sigo acostada en la cama. —Estoy en la mansión de Maximiliano —¿Que? ¿porque? —empieza —¿qué h
Reparo el movimiento de su boca cuando come los espaguetis. Rachel es una mujer muy hermosa y no comprendo cómo alguien puede hacerle daño a una criatura tan tierna. Sus ojos por unos momentos se unen a los míos y comemos en silencio, no sé qué decirle a una mujer como ella. Es bella, y muy sensible, fuerte, además su cabello me fascina. —Maxi—es ella quien rompe silencio entre los dos—muchas gracias, por lo que hiciste esta tarde, yo... —No te preocupes Rachel, hubiera lamentado llegar tarde y de hecho lamento el no llegar antes. Asiente terminando de darme de comer a su hijo, la nana se lo lleva dejándome a solas con la madre con la cual comparto una copa de vino. Se nota nerviosa y supongo que es por estar a solas conmigo, apenas me conoce un par de días y ya está en mi casa. —Mañana iremos a casa de mi abuela, ella quiere conocerte, así que no podemos postergar más esto. Insiste en verla y conociéndola, es capaz de buscarla por sus propios medios, —El golpe de mi rost
No puedo olvidar las nalgas de Rachel. No es la. Primera vez que veo el cuerpo de una mujer. Conozco el cuerpo de muchas, pero ella, no sé, me genera demasiado curiosidad, su cuerpo es perfecto y soy hombre. Me gusta si trasero, me gusta lo poco que me dejó ver ayer. Mando la mano a mi hombría, la tengo dura y por ello, decido meterme a la ducha para bajar mis pulsaciones, y la dureza qué me está matando. Hacia tiempos no me sentía así por una mujer, ponerme duro con solo verle las nalgas. Sacudo mi cabeza saliendo de mi habitación ya organizado. Duerme frente a mí y me encuentro con ella, saliendo con el Matías qué apenas me ve, me abraza. Cargo al. Niño, no soy de niños, pero Matías me genera la sensación extraña y cedo ante él. —Hola campeón, como amaneciste. —Bien y tú. Es un niño muy educado y se nota que su madre lo ha educado muy bien. —Muy bien—miro a Rachel—como amaneciste. —Casi no pude dormir, pero todo está muy bien, gracias por preguntar. Caminamos directo
Matías se ha quedado dormido en la silla, lo acarició mientras espero obtener noticias de mi abuela. Mi amiga Sammy está conmigo gracias a Dios y no me siento sola, estos momentos están llenos de angustia y temor, pero con la llamada de Máx. y la compañía de mi amiga, es más llevadero. Los momentos difíciles se vuelven un poco más liviano cuando estas rodeado de buenas personas, estas envueltas en buenas energías. —Maximiliano ahora se convierte en mi héroe—dice Sammy—además de ser un hombre atento, apuesto y millonario. —No tengo tiempo para pensar en eso amiga—en verdad que a veces ella se pasa. Quiero pensar, concentrarme solo en mi abuela. Aunque ayer que lo vi con el dorso descubierto, el corazón se me aceleró. Nunca había visto a un hombre con un cuerpo como en vivo y directo. El único hombre que tuve en mi vida fue al padre de mi hijo, y no era así, en este momento debe tener unos 37 años, y aunque físicamente no era muy atractivo, me enamoro en ese tiempo su inteligenci
Miro a Maximiliano qué me toma de la mano dándome un apretón qué siento que me revitaliza. No quiero sentirme así vulnerable y más teniendo esa sensación de seguridad a su lado. Pero todo en él, desde su mirada y su calor me hacen sentir en una fortaleza. Desde la muerte de mis padres siempre hemos sido mi abuela y yo solas luchando y siento que, con él, a mi lado, ya no estoy sola. No quiero desviarme, las palabras de mi amiga ahora toman fuerza y nunca me imaginé que Max se presentara en el hospital. Me salvo de nuevo, y ya debo parecer la damisela en peligro. —Deberíamos salir los cuatro, sería genial. Dice mi amiga y ella como siempre adelantándose a las cosas. —Tu idea no me desagrada, de hecho, estoy muy de acuerdo. Secunda Benjamín qué al parecer se llevan muy bien. Mi hijo duerme en mis brazos y escuchamos la plática que tienen los dos, Maximiliano y yo. Mi hijo lo entretengo cuando lo acerco a la ventana para que observe las calles. Estacionamos al frente de su ca
Cuando pensé ir de compras con él, pensé algo muy diferente, pero Maximiliano ha dispuesta la tienda solo para mí. La nana se quedó con mi bebe y estamos él y yo solos, en una tienda exclusiva de ropa. —Escoge lo que quieras. Toma asiento en un mueble mientras no sé qué hacer con todo lo que hay a mi disposición. Nunca me había imaginado algo así y creo que Sammy se volvería loca en mi lugar. —Trata de escoger vestidos de coctel, ya que vas acompañarme a muchas reuniones. Recomienda y asiento. Menos mal hay una dependienta que me ayuda a escoger ropa, una cantidad absurda, pero Maximiliano así lo exige. Supongo que no debo quejarme, simplemente disfrutar de este momento que no se presenta dos veces en la vida. Me voy al probador donde me mido un vestido blanco con escote pronunciado en la espalda. No estoy usando ropa íntima, no tengo y mis senos son demasiado grandes, lo más grande que tengo, aunque de nalgas no estoy nada mal. Diría que soy proporcional, pero mis senos son
El rostro de Nastia no luce muy amigable y no entiendo porque tiene esa actitud si ella y yo no tenemos nada en lo absoluto. Se ve enojada, pero si soy sincero, realmente no me importa, como lo dije desde un principio, nunca le prometí nada, de hecho, le deje las cosas claras qué sería solo sexo ya qué desde que me engañaron, jamás volví a creer en el amor. Respeto al sexo femenino, no generalizo, pero jamás vuelvo abrir la puerta de mi corazón para que me hieran. Duele, cuando el sentimiento es real y yo moría por esa mujer.—¿Nastia qué estás haciendo aquí? —tantos restaurantes y vengo a dar aquí y más ella, que hace madrugando, son las once de la mañana, pero para esta mujer es madrugar.—Eso mismo te pregunto yo a ti, y más con esta mujer que según ella, dice que es tu prometida. Miro a Rachel qué baja la cabeza apenada. Y no debería sentirse así porque es la verdad.—¿Y si eso fuera así que?—ella abre la boca sorprendida, actuando ofendida, miro a todos lados, las personas aq
Observó la casa del tío de Rachel el cual parece que vive en un basurero. Botellas de alcohol en el piso, preservativos, colillas de cigarrillo. No entiendo como una persona, con casa puede vivir en estas condiciones, es un total abandono. Me concentro en lo que vine hacer, no me importa para nada ese hombre como vive, o que hace, porque lo único que quiero es que deje en paz a Rachel. No me gusto en lo absoluto la forma en que la trato en el hospital. —¿Entonces a que debo la visita? —No quiero que este señor moleste más, eso es todo. Rachel tendrá contacto con mi familia siendo parte de esta y no quiero discriminar, pero no es una buena persona y no lo quiero molestando más adelante. —Vengo a exigirte qué dejes en paz a Rachel, qué nunca más vuelvas acercarte a ella porque no respondo de lo que pueda suceder. Hablar diplomáticamente con este hombre es una pérdida de tiempo, por ello utilizo la mejor manera. —Rachel es mi sobrina y usted no tiene ningún derecho de prohibir