Mis padres murieron hace siente años en un accidente automovilistico donde tambien murio la otra pareja del auto con el cual chocaron. tenia 21 años y estaba en estudiando en
Harvard cuando me dieron la noticia. Fue un momento duro para la familia. Sobre todo, para mí que me quedaba huérfano con mi hermano de 19 años y el cual se comportaba como un chico rebelde alegando que mis padres tenían preferencia conmigo.
Cuando no era así, simplemente era más aplicado, responsable y por ello tenía más afinidad con los dos. Alexander y yo nunca hemos tenido una muy buena relación, pero todo se estropeo el día que lo encontré en la cama con la que era mi novia y futura esposa. De eso ya son dos años, no he vuelto a saber de Grece y por ello tampoco creo en el amor.
—No te creo hermano—expresa Benjamín—tu abuelo si te la puso difícil esta vez.
Se burla mi amigo Benjamín, cree que estoy jugando cuando nunca he hablado más serio en mi vida. Me masajeo la sien, este problema va acabar con mi estabilidad emocional.
—¿Tu crees? —suelto con sarcasmo—esto es una pesadilla benjamín, sabes perfectamente lo mucho que amo mi soltería, disfrutar de las mujeres, ser libre, vivir sin ataduras, sin responsabilidades emocionales de nadie.
Me quejó frustrado poniéndome de pie y dirigiéndome hacia la pared de vidrio para divisar la ciudad.
Dejo las manos en los bolsillos de mi pantalón para perder la mirada en el cielo. Quiero calmarme y esa es la mejor forma de todas. Me duele la cabeza, si esa mujer no me llama, no sé qué voy hacer.
Desde la muerte de mis padres en un accidente no me habia sentido asi de angustiado. Con un peso encima ya que de este paso, depende toda mi familia.
—Entonces niégate, no puedes sacrificar tu facilidad por una estúpida promesa.
No entiende nada, no solo es una promesa, no dimensiona que lo pierdo todo si me niego.
—Es que Benjamín no estás entendiendo, si no me caso con esa desconocida para mí —enfatizo—perderé la presidencia de la constructora y yo no quiero eso, sabes lo mucho que he trabajado para obtener este puesto y ahora que lo tengo y la empresa está entre las mejores no quiero dejarlo. No me parece justo para nada.
Y menos que se la entreguen a mi hermano, no tiene las capacidades, no es profesional y mi abuelo supo hacer una buena jugado ajustando la soga a mi cuello.
—Entonces que piensas hacer, porque como yo veo las cosas, y como las expones, no tienes más salida.
—No creo tener más opción que aceptar, sabes que tengo otros negocios, podría tranquilamente vivir sin la constructora, pero no mi familia y tantas personas que trabajan para ella.
—Eso es un buen punto amigo, pero también míralo de esta manera, vas sentar cabeza y creo que eso era lo que tu abuelo buscaba.
Solo tengo 25 años, soy exitoso, millonario, poliglota, estudios profesionales, soy un hombre que sabe lo que quiere, acertado en sus decisiones, no creo ser un loco desadaptado, yo no necesito sentar cabeza casándome.
—Eres un exagerado, yo quiero seguir con mi libertad, aun no creo encontrar a la mujer que me haga sentir—por un momento unos ojos verdes pasan por mi mente, inexplicablemente—en fin, debo hacerme a la idea.
—Y es bonita—ruedo los ojos con su pregunta—es normal que pregunte hermano.
—Lo es, además de una guerrera, tiene dos trabajos, mantiene la casa, su hijo y su abuela, solo tiene 22 años, pero es una mujer muy centrada y trabajadora.
—Bueno, al menos no es una vividora como las modelos que estás acostumbrado estar, ella al parecer es una mujer que se sale de lo común.
—Si, solo que tiene un niño.
Vuelve a reírse burlándose de mí. Pero sabe bien que a mí los niños no me gustan. Me ingresa una llamada la cual tomo y asiento a todo lo que me dice. A ella no podría decirle nunca que no.
—Bien iré para allá—le digo—necesito hablar una cosa contigo.
—Y yo contigo, es importante.
No lo pienso dos veces, necesito desahogarme, pensar y despejar mi mente por un rato después de la bomba lanzada por mi abuelo en su testamento. Mi familia tampoco está muy contenta de tener a una desconocida en la familia, pero sabe que, si no lo hago, perderemos la constructora.
—Bien, hablamos entonces.
Cuelgo la llamada prestándole atención a mi amigo.
—Iras a verte con ella—noto un tono molesto—cuando vas aprender hermano.
—No pienso hablar de esto contigo ahora—busco mis cosas—me voy.
—Está bien, necesitas que haga algo por ti.
—Sí, necesitare pronto una secretaria, así que, si tienes a alguien, házmelo saber.
Mi secretaria se encarga de eso, pero Benjamín y yo conocemos a muchas personas que requieren de una oportunidad como esta y por ello siempre busco una persona que necesite un trabajo con urgencia.
Salgo de la empresa conduciendo a la mansión de mi abuela la cual ha quedado sola debido a la muerte de mi abuelo y me apena que este sola.
Yo los amo, ellos más que abuelos, fueron mis padres haciéndose cargo de mí y Alexander. Mi hermano y yo no somos iguales, el digamos que es muy poco aplicado, le gusta las cosas fáciles y no luchar por ellas para nada.
Estoy seguro que, si la presidencia pasa a ser suya, esta empresa caería en menos de dos meses. Mi abuelo sinceramente me cerro las puertas y pienso en esa mujer con su hijo y pienso realmente si aceptara, aunque por su situación creo que no se negara.
Llego a la mansión, mi abuela está en la sala bebiendo el té y me sonríe apenas me ve.
—¿Estás sola abuela? —asiente, me da tristeza verla así, mi abuelo era su única compañía—y mi hermano.
La saludo de un beso en la mejilla y la abrazo, siempre me gusta estrecharla entre mis brazos, para que sienta mi amor y admiración.
—No lo sé hijo—me enoja su respuesta—pero no te preocupes que estoy bien y más viéndote.
—Es un desconsiderado abuela—me quejo—debería acompañarte, no hace nada en todo el día, solo dormir.
No se que hacer con mi hermano y esa actitud, ya esta muy grande y se comporta como un crio.
—No te preocupes por eso, mejor cuéntame cómo te fue con la chica, si es una mujer recatada, decente y honesta.
Pienso en decirle que es madre soltera, la abuela es, como lo digo, muy conservadora, hay cosas que ella no apoya y el que una mujer sea madre soltera para ella deja mucho que pensar de su persona.
—La chica es humilde abuela—le digo—pero es una buena chica sin duda alguna y muy bella también.
Sonrió con lo último.
—Sabes que no me interesa que tenga o no dinero, pero quiero que sea una mujer digna de nuestro apellido, digna para ti, ya que deseo que seas feliz y sobretodo hagan crecer a la familia.
Mi abuela no sabe del todo la verdad. Y me duelo mentirle, pero no se como tomaría el hecho de saber que podríamos perder todo.
—Lo es abuela—prefiero no decirle nada—solo que hay que esperar que acepte.
—Tienes que convencerla hijo, y además quiero conocerla también, tráela, muero por saber cómo es.
Se ve muy entusiasmada pero no sé cómo tomaría el hecho de que es madre soltera, no puedo ocasionar una negativa en ella y mucho menos alterarla.
—Si no llama de aquí a mañana e insistiré, pero quiero que te quedes tranquila—acaricio su mano, no quiero perderla a ella también—me voy.
—Quédate hijo—niego—pero cuando vivas con la mujer me gustaría que vivieras aquí con ella, esta casa sin tu abuelo es demasiado grande para mí.
—Lo pensare.
Le digo para tranquilizarla. Me duele el saberla tan sola.
—Me quedare—suelta una sonrisa.
—Sabes que tienes todo aquí hijo—se alegra tanto que me da un beso—gracias.
La abrazo y noto que ingresa mi tío, Alfred, quien no quedo del todo contento con el testamento del abuelo. Al único que le puso condiciones fue a mí, todo está nombre de la abuela y es quien decide cómo repartir todos los negocios que maneja la familia.
—¿Y entonces, ya sabes con quien debes casarte? —es hermano de mi madre, la cual falleció cuando tenía 21 años dejándome devastado.
—Hijo no bebas más—le pide mi abuela, Alfred tiene problemas serios con el alcohol desde hace meses y no quiere ayuda. No lo reconoce tampoco y es lo peor.
—Solo es un poquito madre, relájate.
No me gusta que la alteren.
—Abuela déjame es hora de que descanses—su enfermera personal ingresa.
—Pero—no quiere, sabe lo que pienso hacer.
—Nada abuela, iré a darte las buenas noches.
La expresión de tristeza cuando ve a mi tío beber como si no tuviera vida propia me parte. La enfermera se la lleva dejándome a solas con él.
—No voy a permitir que alteres la paz de mi abuela, si no puedes compórtate es mejor que aquí no vuelvas.
—Es mi casa también—alega.
—Es de la abuela, no tuya, como tampoco mía—lo enfrento—ella necesita calma, la muerte del abuelo la afecta demasiado y sabes bien que no anda bien de la presión, a ella no le gusta que bebas y parece que lo haces de aposta.
—No tienes derecho hablar—tira la copa contra la pared que se fragmenta y miro atrás preocupado por la abuela.
No está menos mal, así que me concentro en mi tío.
—Yo hago lo que se me da la gana, el hecho que tengas la presidencia de la constructora no te hace mejor que yo niño.
Realmente no sé qué le sucede, de un tiempo para acá anda así, no sé si tiene que ver con su matrimonio, pero Lorna su esposa luce muy normal y en el entierro del abuelo se notó que lo apoyaba.
Nuestra familia no era tan disfuncional, con la traicion de mi hermano, las cosas se complicaron, tenemos nuestras diferencias todos, pero con la muerte de mi abuelo, las diferencias se han vuelto mucho más graves.
—Basta ya, te comportas tío Alfred o aquí no vuelves a ingresar, mi prioridad ahora es mi abuela.
No quiero perderla como mi abuelo y mucho menos porque no puede tener la paz que necesita. Lo dejo en la sala subiendo las escaleras directo a mi habitación. Quiero darme una ducha, no hice nada, pero el día estuvo demasiado pesado.
Mi móvil suena cuando ingreso a mi habitación queriendo descansar. Lo saco de mi pantalón mirando la pantalla. Es de noche, también es un número desconocido y contesto sin saber quién está en la otra línea.
—Maximiliano—esa dulce voz la conozco—buenas noches.
—¿Rachel? —no me esperaba su llamada tan pronto, pero me alegra escucharla—¿dime para que me llamas?
Espero sea para lo que estoy pensando y necesito.
—La misma—contesta y muevo mi cuello quitándome los zapatos con la punta de los pies—quería hablar contigo sobre los términos que existen en la cláusula, ¿podemos almorzar mañana?
—Claro—su voz es muy tierna, además de ella ser muy bella. No se porque pienso en eso ahora—mañana un chofer pasara a recogerte para llevarte al restaurante donde cenaremos con calma.
—De acuerdo, hasta mañana.
—Hasta mañana.
Sonrió desnudándome y metiéndome a la ducha para refrescarme mientras no puedo sacar de mi mente sus lindos ojos.
—El pedido de la mesa 6 Rachel —dejó todo encima de la bandeja. Camino en dirección al cliente y uno por uno voy acomodando en la mesa, pero estoy tan distraída que... Se me riega el jugo encima de la mesa y maldigo para los adentros. —Yo lo siento, lo siento de vedad.Me disculpo, esto jamás ni empezando me había pasado, pero la situación de mi abuela, iban, el cuidado de mi hijo me tiene muy mal. Comienzo a limpiar el reguero mientras los clientes se quejan. No tienen un poco de empatía conmigo g para acabar de completar, se ponen de pie para irse. —Lo lamento, pero si quieren les pueden pasar a esta mesa. —No, muchas gracias, no queremos que nos atiendan torpes como tu. Vieja maldita. Levanta su mentón mientras me mira como si fuera una cucaracha. —¿Que pasa aquí? —llega el jefe del restaurante el cual es un desgraciado que odio y soporto nada mas porque aqui las propinas son muy buenas.—Que su mesera es una inepta—desdeña—que no sirve para nada y por ello pienso irme de su
Acerca su boca a la mía buscando el contacto de mis labios que le niego. —No Michael—paso saliva con los latidos acelerados—sabes perfectamente que no me gustas y nunca vas a gustarme. —Veo que no amas como dices hacerlo a tu abuela—no entiendo cómo puede decir algo así—si la quisieras, aceptarías salir conmigo cuando sabes que, si eres mi amante, la vida se te arreglaría. Michael tiene aproximadamente unos 37 años, es un hombre con buen aspecto físico, pero no me gusta, no me atrae y además de eso es un hombre casado, que tiene tres hijos y una esposa la cual no respeta para nada. —No me meto con hombres casados Michael—le dejo claro poniéndome de pie para irme, pero me toma del brazo llevándome contra su cuerpo—no. Lo empujo cuando intenta besarme a la fuerza y me resisto porque me da asco hasta su simple olor. Me toma de la cintura llevándome contra la mesa donde me besa el cuello y grito pidiendo ayuda, pero me cubre la boca. —Quédate quieta Rachel—siento su hombría dura ent
Observo el golpe en el espejo, es demasiado notorio, ayer no estaba así, pero ha tomado una coloración oscura, morada y cuando me toco, siseo porque me duele. Es un animal, no pensé que llegara tan lejos.El idiota me abofeteo demasiado duro. Me limpio las lágrimas recordando y nunca había vivido una situación como esa. Fue espantosa, pensé que de verdad sucedería, y agradezco sacar fuerzas no se de dónde, pero no me deje.Ya me duché y ahora solo intento cubrirme el golpe porque ya que no iré al restaurante, quiero visitar a mi abuelita. Si me ve así hará preguntas que no quiero responder, y menos quiero alterarla.—Mamá, hambre. Mi mundo pequeño me habla rascándose los ojos y dejo lo que estoy haciendo para ir por él. Lo cargo dándole besos, mientras salgo de la habitación directo a la cocina. Ya la niñera se ha ido y me encargo de mi hijo hasta la noche que tengo esa reunión con Maximiliano. —¿Qué quieres para desayunar mi amor?Le pregunto bajando las escaleras. —Wafless. —¿C
Quiero que me escupan en marte. No tengo cara para ver a este hombre y siento que tengo piedras en mi garganta.—Lamento mucho el mal entendido—dice mi amiga—no quería tratarlo así, pero me asusté mucho cuando Sali del baño y no vi al niño y cuando lo vi en sus manos, pensé que deseaba llevarse al niño.—De acuerdo ya dejemos este incomodo momento a un lado—dice Max—lamento hablarle de la manera que lo hice.—Yo entrare con el niño—se lo entrego a mi amiga—discúlpeme nuevamente.Me deja en el pasillo con el millonario. Me siento un poco nerviosa cada que estoy a su lado. Nos quedamos mirando sin decir nada, siento que tengo las mejillas incendiadas y el no deja de repararme el rostro.Debo elevar mi cabeza, el millonario es demasiado alto, tiene hombros anchos y su aspecto deja claro que debajo de la ropa, aguarda un cuerpo tonificado.—¿Qué haces aquí? —rompo el silencio.—Vine hablar con un amigo—responde—por temas de mi fundación.Es buena persona, además Maximiliano no se ve como
Estoy enfadado, preocupado y e irritado. La situación me tiene estresado lo que me provoca estar cada día más insoportable con los empleados. Me desquito con los que no debo, pero estoy últimamente más exigente con los empleados ya que estoy detrás de un negocio grande.—Gabriel se supone que debías de tener ya los permisos para presentarlos, no entiendo porque no están aún listos. Es uno de mis trabajadores, su aporte es importante, tanto que me retrasaría si no obtengo rápido lo que requiero. Miro a mi secretaria la cual siempre está a mi lado en estas reuniones para tomar apuntes importantes por lo que no debo preocuparme después.—Sí, señor estoy trabajando en eso, pero esta vez no quisieron darnos prioridad por más que pedí que lo hicieran. Resoplo enojado, como un toro embarbecido porque estas cosas no me gustan. Estoy detrás de un gran proyecto y no quiere que nada le salga mal. —Necesito mas compromiso de parte de ustedes—le digo—Debiste decirme, quiero para mañana mismo
—Estas muy hermosa Rachel—se me incendia las mejillas con la pena repentina que me invade, sus ojos me escrutan de pies a cabeza y por el contrario a otros hombres no me desagrada que me mire así, con él se siente muy diferente y hasta me gusta—siéntate por favor. Me corre la silla amablemente y tomo asiento frente a el. Me siento muy nerviosa, pero trato de comportarme como una persona normal. Soy una mujer de 22 años, responsable y con un hijo, asi que las niñerías no tienen cabida.Sin embargo, es la primera vez que tengo una cita de esta índole. Espero no comportarme como una idiota en todo caso. Las palabras de mi tio no salen de mi cabeza, continua amenazandome con desaoljarme y es una presion mas que tengo.Estamos sentados en el balcón del restaurante, la noche es estrellada y el lugar perfectamente iluminado. Tiene orquesta en vivo y el piano interpreta una linda melodía, aunque soy más aficionada al Jazz. —Gracias Maximiliano—me apeno, quiero decirle que él también está m
Espero respuesta, el me observa mientras siento que la piel se me eriza y no por el frio. Que calor siento de un momento a otro. alguien encendio la hoguera a mi alrededor. Me confunde las sensaciones que se vuelven contradicctorias.—No te preocupes Rachel—aclara su voz—que no pienso tocarte.Se sintió feo que lo dijera de esa manera. No es que quisiera tener sexo con él, pero lo dijo como si yo no fuera una mujer atractiva. —Entiendo —estoy decepcionada y no sé por qué. Creo que la última vez que me sentí así, fue cuando el padre de mi hijo me dejo al enterarse que estaba esperándolo. Creo que me enamore de el, era mi profesor, un hombre con un conocimiento y experiencia que me llevo a la locura en ese tiempo que no medí las consecuencias, sin embargo, era una inexperta que se dejó envolver de sus palabras bonitas, hasta enterarme que no solo a mí, me hablaba así.Que traicioneros y malos son algunos hombres.Yo solo quiero un amor bien bonito y me encienda nuevamente la piel.—Y
—Cuando puedo hacer uso del dinero, me urge pagar la operación de corazón abierto a mi abuela. Soy intensa con el tema, pero es muy importante para mí.—No te preocupes por eso por ahora, ya sé después de casarnos es que puedes hacer uso del dinero—eso me decepciona—así que eso tomara un poco de tiempo, pero mañana hablaremos sobre el dinero y haz los trámites que por el momento yo me haré cargo—No yo... Me niego a deberle algo además, es demasiado. —Tranquila eso será como un préstamo si no quieres que yo pagué la operación, aunque me harias feliz ya que quiero ayudarte, Pero si es urgente no puedes esperar hasta recibir la herencia como te dije tomara tiempo. No veo otra opción. —Está bien, espero tu llamada. Me sonríe antes de subirme al auto que avanza de nuevo a mi casa. Llevo los documentos conmigo y creo que la noche no estuvo de un todo mal.Me siento feliz porque por ahora tengo el dinero para la operación de mi abuela qué es lo más existente en este momento. —No te