Mis mafiositas este es el último cap de la historia de Alexei y Tatiana. Nos falta el epilogo... xoxo
MESES DESPUES...Alexei se volvió a enamorar ese día, cuando colocaron en sus brazos a la personita cubierta de mucosidad, la cara roja y que lloraba a todo pulmón. Una sonrisa se formó en sus labios y sus ojos se encontraron con los de Tatiana.—Voy a necesitar más armas —dijo en tono serio.Luego no pudo evitar mirarla con asombro. Era simplemente perfecta. Su pecho se llenó de amor instantáneo y supo que esa pequeña niña sería su punto débil, lo tendría comiendo de su mano.—Alexei —la voz de Santino lo hizo salir de sus recuerdos.Hacía un día que Tatiana había dado a luz a su hija.—¡Felicidades, amigo! —Santino lo rodeó con sus brazos antes de inclinarse hacia atrás y agarrarlo por los hombros—. ¿Cómo está Tatiana?—Pues, diría que bien. Me maldijo varias veces durante el parto, pero he escuchado que es un clásico.Santino se rio de sus palabras.―Ni lo digas, siempre dicen lo mismo, pero ya se les olvida. Santino se puso serio un momento y agregó:—De verdad estoy muy feliz por t
― ¡Te odio! —¿Qué acabas de decir? —El hombre miró a la mujer y en sus ojos azules se desató una tormenta. Pero ella no se inmutó y se mantuvo firme, alzó la barbilla demostrándole que ya no era esa chiquilla tonta e ingenua. —Lo que escuchaste. Si hubieras sabido quién eras en realidad, jamás… —sus ojos verdes se clavaron en el hombre — jamás me hubiera entregado a ti Las palabras de la mujer eran como gasolina al fuego y los pensamientos de Santino fueron en todas las direcciones, la sola idea de que ella pudiera pertenecer a alguien más hacía que sus demonios afloraran. Lo hacían querer acabar con cualquiera que se atreviera a posar sus ojos en ella. Curvó sus labios en una sonrisa y luego llevó sus manos a los botones de su camisa, y el corazón de Sophia se agitó. No había nada que hacer; ella lo deseaba, aunque le hubiera mentido, le hubiera vendido la fachada de alguien que no era, su corazón, así como su cuerpo le pertenecían. Santino caminó lentamente hacia ella al momento
「 ✦ SOLO ERES UNA BASTARDA ✦ 」UN AÑO ANTES…― ¡No voy a casarme! ¡No! ¡De ninguna manera! ―Sophia se mantuvo firme, su mirada ardía con una mezcla de miedo y desafío.Norma, su tía, la miró con sus ojos inyectados en sangre por la furia, se levantó de su silla y caminó alrededor del escritorio con pasos medidos que resonaban en el lujoso estudio.― ¿Cómo dices? ―preguntó, aunque más parecía una demanda que una pregunta.―Lo que escuchaste, tía. No voy a casarme solo porque tú no quieres sacrificar a tu hija ―replicó Sophia, su voz era temblorosa, pero llena de valentía.La ira de Norma estalló como un volcán; su mano se alzó y abofeteó a Sophia con una fuerza que la hizo tambalearse.―Escúchame bien ―gruñó, para luego agarrar el cabello de Sophia con tanta fuerza que las puntas de sus dedos se volvieron blancas. ―Has sido una maldita carga en esta casa, una molestia, y si digo que te casas, ¡te casas!Sophia, con el rostro enrojecido por la bofetada y los ojos acuosos no por el dolor
「 ✦ TE COMPRE UNA ESPOSA ✦ 」―Los envíos están listos. ―dijo André, el mejor amigo y mano derecha de Santino.Santino D’ Luca, sentado en su silla de ruedas, asintió levemente. Sus ojos azules, normalmente llenos de una intensidad ardiente, parecían distantes, perdidos en pensamientos más allá de los negocios.―Los mexicanos estarán contentos con la mercancía. ―continuó André, una sonrisa sutil asomando en sus labios. ―Nos han hecho el pago adelantado. Este será el primero de muchos negocios.Hubo un silencio. André observó cómo su jefe procesaba la información, esperando una reacción que confirmara su presencia en el momento. Pero Santino estaba en otro lugar, su mente atormentada por recuerdos y preguntas sin respuesta.―Santino… ¿Santino, estás escuchando? ―preguntó André, su tono ahora teñido de preocupación.El hombre parpadeó, volviendo al presente con un suspiro casi imperceptible.―Sí. ―respondió con voz ronca, como si cada palabra le costara. ―Dijiste que los mexicanos pagaro
「 ✦ SIN CORAZÓN ✦ 」―Santo cielo, Sophia, ¡estás muy caliente! ―exclamó, Janna, su voz teñida de ansiedad mientras tocaba la frente de su amiga, buscando confirmar sus sospechas.Sophia intentó ofrecer una sonrisa tranquilizadora, aunque pálida y débil.―No te preocupes, estoy bien, solo es un resfriado ―respondió con una voz que pretendía ser firme, pero que no lograba ocultar el leve temblor provocado por la fiebre.Janna frunció el ceño aún más preocupada.―Pero eres asmática y… ―Hizo una pausa, sopesando sus palabras antes de continuar con determinación. ― ¿Sabes qué? Vayamos al hospital.La reacción de Sophia fue inmediata, levantando una mano en señal de detención.―No ―dijo con firmeza, aunque su voz se suavizó al explicar su situación. ―Estoy bien, de verdad, además… no tengo dinero para pagarlo.Su expresión se tornó triste al recordar la dependencia financiera de su tía, ella era quien administraba su herencia y apenas le proporcionaba lo justo para sus gastos universitarios
「 ✦ NO QUIERO QUE MUERA EN MI CASA ✦ 」Cuando Sophia abrió los ojos, su frente se arrugó cuando vio la extraña habitación. Se levantó lentamente y miró a su alrededor solo para encontrarse con una anciana de aspecto dulce.―Qué bueno que despertó, señora ―dijo la mujer acercándose.Sophia frunció más las cejas y repitió.― ¿Señora? Yo… ¿Dónde estoy?―No se levante todavía, pasó una mala noche y el médico dijo que debía descansar. ―dijo la mujer instándola a acostarse.―No… yo… quiero saber dónde estoy.El corazón de Sophia latía a toda velocidad y un nudo se formó en su estómago.―Quiero irme, esta no es mi casa.Salió de la cama tambaleándose y la empleada se apresuró a ayudarla.―Señora… no es bueno que…― ¡No me llames, señora! ―Sophia dijo demasiado alto ―No soy ninguna señora. Esta no es mi casa y exijo saber por qué estoy aquí. Yo… ―se llevó una mano a la cabeza para calmar el dolor.―Señora, usted no puede irse, el joven Santino ya sabe que está aquí y ordenó que le prepararan
「 ✦ PRIMER DESAYUNO EN FAMILIA ✦ 」―Señora, por favor… ―el ama de llaves trató de hacer entrar en razón a Sophia.―Ya te he dicho que me voy. No sé qué demonios pasa, pero no soy ninguna señora y no sé por qué estoy aquí. ¡Exijo ver a ese tal Santino!―Mi señora, por favor, baje la voz. ―El tono de la empleada era nervioso. ―Al joven Santino no le gustan los escándalos y además tiene mal carácter, lo mejor será que lo obedezca en todo.― ¿Obedecer? ―Sophia alzó una ceja. ― ¿Y qué se supone que soy: un perro amaestrado?―No, no, mi señora ―el ama de llaves se apresuró a explicarle. ―Es solo que… ― ella miró hacia la puerta y bajó la voz. ―Él no era así, se volvió así.Las cejas de Sophia se fruncieron y la curiosidad picó en ella.― ¿A qué te refieres?―Bueno, él cambió mucho después del accidente ―dijo la mujer en tono bajo. ―El auto donde viajaban él y su padre explotó, el señor murió y el joven Santino sobrevivió, pero a un alto costo. Su cuerpo quedó lleno de quemaduras y… ―la muje
「 ✦ NO TE CREAS LA SEÑORA ✦ 」Cuando Sophia bajó las escaleras, Santino ya los estaba esperando. El hombre sentado en su silla de ruedas no dejaba de ser atractivo, y ella no pudo evitar detallarlo. Llevaba un antifaz que cubría casi todo su rostro, sin embargo, los apetecibles labios estaban a la vista, y se demoró demasiado tiempo en ellos.«¿Qué te pasa, Sophia? ¡Deja de mirarlo y termina con esto de una buena vez!» Se regañó a sí misma.Sin embargo, sus ojos curiosos no obedecieron; siguió mirando y se detuvo en los guantes de cuero, asumió que seguramente las llamas habían quemado también sus manos. Siguió mirando y, cuando finalmente sus miradas se encontraron, vio los ojos más hermosos que jamás hubiera visto, eran de un azul casi verdoso, y estos hicieron que su corazón se agitara y que su estómago se tensara.Era un hecho: él la ponía nerviosa.De repente, Ángelo soltó su mano y corrió hacia él.― ¡Papi! ―gritó el pequeño, sentándose en su regazo. ― ¡Cumpliste tu promesa, has