「 ✦ NO TE CREAS LA SEÑORA ✦ 」
Cuando Sophia bajó las escaleras, Santino ya los estaba esperando. El hombre sentado en su silla de ruedas no dejaba de ser atractivo, y ella no pudo evitar detallarlo. Llevaba un antifaz que cubría casi todo su rostro, sin embargo, los apetecibles labios estaban a la vista, y se demoró demasiado tiempo en ellos.
«¿Qué te pasa, Sophia? ¡Deja de mirarlo y termina con esto de una buena vez!» Se regañó a sí misma.
Sin embargo, sus ojos curiosos no obedecieron; siguió mirando y se detuvo en los guantes de cuero, asumió que seguramente las llamas habían quemado también sus manos. Siguió mirando y, cuando finalmente sus miradas se encontraron, vio los ojos más hermosos que jamás hubiera visto, eran de un azul casi verdoso, y estos hicieron que su corazón se agitara y que su estómago se tensara.
Era un hecho: él la ponía nerviosa.
De repente, Ángelo soltó su mano y corrió hacia él.
― ¡Papi! ―gritó el pequeño, sentándose en su regazo. ― ¡Cumpliste tu promesa, has traído una mamá a casa!
Sophia abrió los ojos y estaba a punto de sacarlo de su error otra vez, cuando Santino le ordenó al ama de llaves que sirviera el desayuno. La piel de Sophia se erizó por todas partes y, sin poder evitarlo, su cuerpo reaccionó a su voz. Era el tipo de voz que haría que obedecieras, esa voz que querrías te dijera cosas prohibidas al oído.
Sophia se obligó a salir de su trance.
«Basta, Sophia, ¿qué te pasa? Eres virgen, sí, pero eso no quiere decir que vas a fantasear con desconocidos» se dijo a sí misma. Miró nuevamente a Santino y agregó en su mente «aunque sean atractivos y con labios perfectos para besar»
Mientras el desayuno se servía, el silencio se instaló por un momento, solo roto por los sonidos cotidianos del ama de llaves preparando todo. Sophia intentaba recomponerse, luchando internamente con sus emociones y la extraña atracción que sentía hacia el hombre en silla de ruedas.
― ¿Vas a quedarte ahí mirando? ―dijo Santino con frialdad.
Sophia salió de su estupor y tomó asiento donde le indicó el ama de llaves, estaba dispuesta a ir al grano, pero la queja de Ángelo la interrumpió.
―No me gusta el tomate, ¿por qué siempre le ponen tomate a mi sándwich?
―Joven Ángelo, son órdenes de su padre. Debe comer vegetales, es…
Pero Ángelo interrumpió.
― ¡Pero no me gustan! Papá, no quiero comer tomate.
Santino, que no estaba para las malcriadeces de su ahijado, le gruñó severamente.
―Te comerás todo lo que hay en el plato, Ángelo, y espero que esto no se repita. No quiero castigarte de nuevo.
El chiquillo le dio una mirada triste y replicó.
―Es solo el tomate, papá, no me gusta… Dile a…
― ¡He dicho que te lo comas! Y no quiero volver a escucharte. No te levantas hasta qué…
―Oiga, no le hable así ―interrumpió Sophia sin poder evitarlo. ―Es solo un niño, sea más amable y explíquele.
Ángelo miró a Sophia como su salvadora, se levantó y caminó hacia ella para abrazarla.
―Mamá me apoya, papá, por favor escúchala.
Santino miró fijamente a Sophia y su paciencia se agotó.
―Llévate a Ángelo ―le ordenó al ama de llaves.
La mujer no se hizo esperar, tomó al pequeño de un brazo dispuesto a llevárselo, pero el joven luchó.
― ¡No, no quiero! ¡Quiero comer con mi nueva madre!
―Joven Ángelo, haga caso, su padre…
― ¡Déjalo! ―ordeno Sophia con dureza. ―No quiere ir, así que no debes obligarlo.
El ama de llaves la miró estupefacta y luego buscó la mirada de Santino, era como si estuviera buscando una respuesta a quién obedecer. Santino dejó sus cubiertos con brusquedad y rodó su silla de ruedas en dirección a Sophia.
―Veo que te tomas muchas atribuciones, Serena ―escupió el nombre como si le asqueara.
Sophia se sorprendió, pero mantuvo la fachada. Recordó las palabras de su tía el día anterior y cómo quería que ella suplantara a su prima; esta hubiera sido una excelente oportunidad para desenmascararla, pero no iba a poner en riesgo a su madre. Sabía que su tía Norma era capaz de cualquier cosa.
―¡¡¡Lina!!! ―de pronto Santino gritó con ira y casi de inmediato apareció una mujer con el rostro pálido.
― ¿Sí, señor?
―Llévatelo ―ordenó.
La mujer agarró a Ángelo en brazos, y este pataleó y lloró.
― ¡No quiero a mi mami! ¡Quiero quedarme con ella! ¡Mami!
―Vamos, Ángelo, pórtate bien ―dijo la mujer tratando de calmarlo, aun cuando el pequeño dejó salir sus lágrimas, ella no se detuvo y subió las escaleras con él.
Luego, Santino miró al ama de llaves de nuevo.
―Llévale su desayuno y dile que está castigado hasta que yo lo decida.
―Sí, señor ―la mujer asintió y tomó el plato para luego irse.
Cuando finalmente estuvieron solos, Santino dejó salir todo su veneno.
―Llevas aquí solo unas horas y ¿crees que puedes convertirte en la señora de esta casa? ¿Crees que puedes complacer a mi hijo? ¿Piensas que por el hecho de que te enviaron medio muerta a la puerta de mi casa voy a aceptarte? ―él formó una sonrisa burlona en sus labios. ―Pues déjame decirte esto, Serena Michel, no me interesa emparentar con una vagabunda como tú. Una que es solo una fácil que se vende al mejor postor y créeme, puede que esté en silla de ruedas y sea un monstruo, pero, aun así, tengo mis límites y nunca caería tan bajo con una mujerzuela como tú.
Sophia abrió los ojos con sorpresa; jamás en sus 22 años había sido insultada de tal manera, sabía que se metería en problemas, pero ella iba a defender su honor. Sin pensarlo y con la sangre hirviendo, levantó su mano dispuesta a abofetearlo; sin embargo, su movimiento falló. Santino fue demasiado rápido y sostuvo su muñeca antes de que ella le volteara la cara del bofetón.
El silencio se apoderó del ambiente por un momento, mientras ambos se miraban fijamente. La tensión se volvió palpable, un combate de voluntades donde cada uno sostenía la mirada del otro sin ceder.
「 ✦ UN HOMBRE AMARGADO✦ 」 ―Suéltame ―exigió Sophia con firmeza, su voz temblaba ligeramente por la emoción contenida. Santino apretó su muñeca al punto de que Sophia pensó que le quebraría el hueso. Él la miró fijamente, detallando cada rasgo; sus ojos recorrieron sus labios rosados, ligeramente brillantes por la saliva, vio su pequeña nariz respingona, sus pestañas oscuras que resaltaban aún más el verde furioso de sus ojos. Bajó lentamente la mirada y lo que vio hizo que tragara saliva y que su entrepierna se tensara; la respiración agitada movía de arriba a abajo los redondos pechos de Sophia. Ese día llevaba una camiseta de tirantes, y para su mala suerte, la postura no le ayudaba, así que le estaba dando una vista perfecta a Santino de ellos. ―He dicho que me sueltes ―gruñó nuevamente Sophia forcejeando con él. Por un momento, ambos se perdieron en la mirada del otro, pero no fue hasta que el chófer se aclaró la garganta que cada uno salió de su trance. Santino soltó a Sophia
「 ✦ UN TRABAJO TEMPORAL✦ 」― ¡¿Qué diablos hiciste?! ―gruñó Norma agarrándola del cabello con fiereza.Sophia sintió las uñas clavándose en su cuero cabelludo y sin que lo viera venir fue empujada al suelo. Su cabeza cocho contra la esquina de la mesa y al instante la sangre comenzó a deslizarse por sus sienes.Norma no mostró la mínima empatía o remordimiento por sus acciones.―Lo hiciste a propósito, ¿verdad? ¡Intentaste deliberadamente arruinar el matrimonio acordado entre nuestras dos familias!―No, no, yo no he hecho nada. ―Sophia lucho por levantarse, pero antes de que pudiera hacerlo, Norma pateo con fuerza su estómago.—¡Dime, ¿qué demonios hiciste?! —Norma pateó nuevamente con fuerza el estómago de Sophia. —Ya te dije que no hice nada —respondió Sophia, luchando por agarrar aire. —Él solo me echó, yo… no dije nada.—¡Mentirosa! — gritó su prima Serena, quien la agarró del cabello y la jaló al punto de que unas cuantas hebras quedaron en su mano. —Seguramente lo hiciste para m
「 ✦DESPEDIDA✦ 」 —¡¿Oye, que te pasa?! Es mi teléfono, estaba...—No, no estabas en nada. Recuerda cuál es tu lugar aquí o ¿es que necesitas otra dosis de golpes?Sophia apretó las manos con impotencia. —Dame mi teléfono —exigió.Pero Serena no iba a complacerla, había escuchado un poco de la conversación y la palabra abogado llamo su atención, ella estaba al tanto sobre la herencia de Sophia y lo mucho que su madre anhelaba adueñarse de ella. No podía permitir que ella lo supiera. —Tu aquí no tienes nada, no lo olvides, solo eres una simple recogida. Y esto —movió el teléfono ante ella —Se queda conmigo. No lo necesitas, ¿quien podría querer llamar a una huérfana como tú?La impotencia vibro dentro de Sophia, pero se obligo a contenerla. No obstante replicó. —No soy ninguna huérfana, mi madre sigue viva. Serena se echó a reír divertida.—Oh querida, a tu madre solo le queda poco tiempo, así que... ve considerandote una huérfana desde ahora. No tienes nada, ni a nadie Sophia, estás
「 ✦NOS VOLVEREMOS A VER✦ 」―No lo hagas ―fue lo único que escuchó en un tono grave y decidido. Lentamente, abrió los ojos y se encontró siendo sostenida con fuerza contra un pecho masculino. El corazón le latía desbocado no solo por el acto fallido, sino también por la cercanía de este desconocido.― ¿Quién…? ―comenzó a preguntar, pero el hombre la interrumpió.―No es el final, no para ti ―dijo el hombre con una voz que transmitía una mezcla de autoridad y gentileza.Sophia se giró lentamente y Santino se lo permitió, era consciente de que no podía permitir que nadie viera su rostro, pero en ese momento sintió la necesidad de que ella lo viera. Cuando Sophia se giró, sus pupilas se dilataron al ver los ojos del hombre frente a ella, eran del más hermoso azul, un azul que ya había visto antes.De repente, el rostro cubierto por un antifaz de Santino D’Luca brilló en su mente. Quiso reír en ese momento, pensando que podría tratarse de la misma persona.«¿Cómo un hombre condenado a una
「 ✦UN CONTRATO DE MATRIMONIO✦ 」―Mama ― Sophia murmuro suavemente y tomo la mano de la mujer en la cama.La mujer mantuvo los ojos cerrados, pero apretó suavemente la mano de su hija, ignorando el pitido ensordecedor de la máquina conectada y que registraba los lentos latidos del corazón. Nora Sanz abrió los ojos y le dio un intento de sonrisa a su hija. ―Cariño… ―susurro mientras un leve ataque de tos la asalto. ― ¿No deberías estar en casa? Un hospital no es lugar para ti.Sophia esquivo su mirada un instante y sonrió como todas las veces que venía.―Sabes que no me molesta madre, me gusta venir a verte.La madre apretó con poca fuerza la mano de su hija y Sophia se tragó la emoción que amenazaba con cerrarle la garganta.―Sé que me queda poco tiempo, cariño… ―dijo luchando por respirar adecuadamente ―Y por eso es momento de que hablemos.―Mama… no digas eso, ¿de acuerdo? No te irás, tú…Nora sonrió nuevamente y miro con ojos maternales a su hija, ella quería creerlo también, pero e
「 ✦SOLO UN AÑO✦ 」―Recuerda nuestro acuerdo ―dijo Norma Sanz, mientras acomodaba el velo de su sobrina.Finalmente, Sophia terminó firmando el contrato de matrimonio enviado por Santino, y la mujer solo podía pensar en la gran suma de dinero que obtendría una vez finalizara la ceremonia, aunque internamente seguía disgustada por el hecho de que alguien como Santino haya despreciado abiertamente a su hija.La ceremonia se haría en una capilla sencilla, con los invitados más cercanos a ambas familias. Mientras tanto, Sophia recordó nuevamente las palabras del abogado el día anterior.«―Señorita Sanz, mi cliente pide que por favor firme este contrato.Jonathan le entregó los papeles y Sophia los leyó ligeramente; a decir verdad, no entendía lo que contenían y él pudo verlo.―Supongo que no sabe de qué trata, ¿verdad?Ella negó con la cabeza.―Bien, mi cliente Santino D’ Luca exige estar casado con usted por un plazo de 1 año, en donde usted solo se limitará a ser su esposa nominal. Sin e
「 ✦SOLO UN AÑO (II)✦ 」En el altar, los susurros entre los invitados crecían mientras Sophia se mantenía de pie, tratando de encontrar un poco de dignidad en una situación tan desoladora. “¿Crees que de verdad esté enamorada? Todo parece indicar que es una chica oportunista, una que se vende al mejor postor” murmuró alguien en las filas traseras. “Seguramente no le importa estar con un hombre que no podrá cumplirle en la cama, mientras tenga dinero” “¿Y qué pasará ahora? ¿Se considera casada o no? Es un poco confuso todo esto,” comentó otro, intentando entender la situación. “Pues considerando el poder que tienen los D’ Luca pueden hacer lo que deseen” dijo una mujer mirando en dirección a Sophia “Pobre chica”“¿No es esa la chica del crucero? ¿Qué tan bajo han caído los D’ Luca para que tenga que casarse con una simple camarera?”, se burló otro invitado “Aunque es comprensible, ¿quién desearía casarse con un inválido?”La ceremonia continuó en silencio, con el sacerdote pronuncia
「 ✦EXTRAÑOS SENTIMIENTOS✦ 」 Cuando el auto se detuvo en la mansión D’ Luca, Sophia le dio la bienvenida a su nueva vida. El chófer abrió la puerta para ella y ella tomó una respiración antes de enfrentarse a lo que vendría, y eso significaba su nuevo marido. ―Gracias ―le susurró al chófer antes de caminar hacia la entrada principal. Para su sorpresa, no había nadie esperándola y un rastro de tristeza la invadió. «¿Qué esperabas, Sophia?» Se reprochó. «Recuerda lo que es esto» Antes de que pudiera dar un paso, el ama de llaves apareció. ―Señora, ya está aquí ―dijo con una sonrisa. ―Venga, la llevaré a su habitación. Sophia miró alrededor como si estuviera buscando algo, y el ama de llaves supuso que estaba buscando a Santino. ―El joven Santino no está, señora. Pero dijo que se instale y que hablaría con usted por la noche. Sophia no dijo nada y asintió; obviamente, la trataba como su empleada y no como su esposa, le había quedado claro cuando no se presentó en la iglesia. De he