CAÍTULO 8
No sabía qué hora era cuando su celular comenzó a sonar, pero sabía que no había pasado tanto tiempo de haberse dormido.

Se quejó en voz baja, pataleó en la cama y se levantó maldiciendo mentalmente a quien le marcaba; de hecho, si era alguien conocido, lo insultaría seguro.

Pero el número no era conocido, por eso dudó en responder. Ella no necesitaba otra promoción de su banco, y eran ellos usualmente quienes marcaban insistentemente aprovechándose de que ingenuamente les había entregado todos sus datos personales.

«¿Y si es de la editorial?», se preguntó de pronto, volviendo a sentir la incomodidad en su estómago y un nudo en la garganta.

Respiró profundo, alisó su cabello con la mano libre del teléfono, aunque nadie la fuera a ver, y aclaró la garganta antes de deslizar el dedo para aceptar la llamada.

—¿Hola? —su saludo parecía más una pregunta que un saludo en sí.

—¿Hablo con María Aragall? —preguntó alguien por el intercomunicador.

—Sí —titubeó la joven escritora antes de aclarar
Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo