VERONICABruno me tomó de la mano y me llevó a un lugar íntimo. Me sentó en una silla y se puso detrás de mí. Me susurró al oído, su voz baja y sensual.—No te muevas —me dijo—. Solo siente.Me sentí un escalofrío recorrer mi espalda. Su voz era como una orden, y me gustaba. Me gustaba la sensación de estar bajo su control.Luego, me cubrió los ojos con una suave venda de seda. La oscuridad me envolvió, y mis otros sentidos se agudizaron. Sentí sus manos en mis hombros, y luego en mi cuello, acariciándome con suavidad.—Eres mía —me susurró al oído—. Solo mía.Su voz era como un susurro en la oscuridad, y me sentí completamente suya. Me sentí relajada, pero al mismo tiempo, mi corazón latía con fuerza. No sabía qué iba a pasar después, pero estaba dispuesta a dejarme llevar.Mi amo continuó acariciándome, sus manos moviéndose con precisión sobre mi piel. Me sentí en un estado de trance, como si nada más importara excepto él y yo. La oscuridad y la incertidumbre me hacían sentir más vi
VERONICAMe follaba muy duro, sin contemplaciones ni pudor.—Amo—no podía ver, pero si sentir su forma descomunal de darme como si quisiera desbaratarme.—Siénteme Vero, siente a tu amo partirte en dos—lo hacía, cada centímetro de su polla me invadía y provocaba temblores internos que me tenían con la mente perdida.No podía verlo, pero Me sentí nerviosa cuando presentía sus ojos en mi, como si pudiera ver más allá de mi exterior. Su mirada era intensa, me hacía sentir vulnerable. Me pregunté qué estaría pensando, si estaría viendo algo que no quería mostrar. Mi corazón latió un poco más rápido, sentí un cosquilleo en la piel. Me gustaría saber qué pasaba por su mente cuando me follaba de esa forma.Intenté mantener la compostura, pero sentí que mis manos temblaban ligeramente mientras trabajaba mentalmente. Su presencia en la habitación parecía llenarlo todo, y me sentí pequeña en comparación.Sinceramente, no se si él notaba mi nerviosismo, si se daba cuenta de que estaba tratando d
VERONICAMe sudaban las manos mientras mi jefe me miraba fijamente, su expresión era seria y penetrante. Sentí un nudo en el estómago y mi corazón latía con fuerza.— ¿Qué estás haciendo, Verónica? —preguntó con una voz baja y grave que me hizo temblar ligeramente.Me sentí nerviosa y tartamudeé, mi voz temblaba ligeramente.—Disculpa, no quería hacerlo —dije con una voz apenas audible.Mi jefe levantó una ceja y su mirada se volvió aún más intensa.—¿Hacer qué? ¿Husmear donde nadie te ha llamado? —preguntó con un tono de incredulidad y desaprobación.Sentí un rubor en mis mejillas y mi garganta se secó.—Sí... no... no era mi intención —tartamudeé de nuevo, sintiendo que mi nerviosismo aumentaba.Mi jefe se acercó un poco más a mí, su presencia me intimidaba.—Verónica, necesito saber qué estás haciendo aquí. ¿Puedes explicarme? —preguntó con una voz firme pero controlada.Me tomé un momento para calmarme y responder, tratando de encontrar las palabras adecuadas.—Sí, claro... estaba
Me limpié las lágrimas mirándome el espejo, tratando de calmarme después de leer el mensaje que me envió mi amiga Alejandra. Me confirmó que mi ex la persona que me engañó con Daniela que era mi supuesta mejor amiga, irían juntos a la boda de Luciana, otra de nuestras amigas comunes.Perra maldita.Chille mas alto destrozada por la traicion de los dos y lo peor, era que sentia que mis amigas no me apoyaban en nada. Tres años con Jack y resulta que todo era un mentira.No entendia porque las personas hacian eso, si ya no aman a su pareja, porque no terminan, antes de cometer ese acto tan despreciable.—Estás bien, Verónica? —preguntó, su voz fría y calculadora.Rápidamente me limpié las lágrimas y respiré profundo antes de responderle.—Sí, señor, estoy bien —dije, tratando de mantener la calma—. Ya salgo. Discúlpeme.Lo escuche gruñir y eso me puso más nerviosa.—Por favor, hazlo rápido —dijo—. Y ven a mi oficina inmediatamente.Asentí y me apresuré a salir del baño, tratando de recom
VERONICA—Lista para el espectáculo.—Estoy lista, señor —respondí, intentando mantener la calma.—Muy bien —dijo, sonriendo—. Vamos. Necesito que estés segura de que no eres tú la que va a casarse, pero sí la que va a robarse todas las miradas, porque estás muy hermosa.Me sorprendí de nuevo al escuchar sus palabras. Nunca pensé que fuera un hombre tan elocuente o que le gustara elogiar la belleza de una mujer. Sin embargo, guardé silencio y no me bajé del auto inmediatamente. Esperé a que Bruno Romano bajara primero y me abriera la puerta.Le ofrecí la mano y noté cómo me admiraba. Había optado por un vestido rojo, tal como él me había recomendado. Sus palabras habían calado profundamente en mí y había sentido que mis amigas no eran realmente mis amigas cuando apoyaron a Daniela después de su traición.Iba a ser la dama de honor, pero después de todo lo que había pasado, decidí no presentarme como dama de honor a la boda. Quería estar ahí para mi amiga, pero sabía que las cosas iban
VERONICAEmpecé a hiperventilar mientras me acercaba a los padres de Luciana y a ellos, a mi mejor amiga y a mi novio, los dos traidores que me habían destrozado el corazón.—Mantén la cabeza en alto, no les demuestres debilidad —me dijo Bruno, su voz baja y penetrante.—¿Cómo me dices esto? —le respondí, mi voz llena de incredulidad. —Si tú me estás enfrentando a ellos. Desde que supe que me traicionaron, no los había visto.Bruno se rió suavemente.—Es mejor ahora —dijo—. Es mejor enfrentarlos ahora y no después.—No me siento preparada —admití, mi voz temblando ligeramente.—No estabas preparada cuando te engañaron, ¿verdad? —dijo Bruno, su mirada intensa—. Y aun así sobreviviste. Sobrevivirás a esto también.—¿Y si no puedo? —le pregunté, mi voz apenas un susurro.—La mejor forma de enfrentar a unos traidores es mostrarles una sonrisa radiante —dijo Bruno, sonriendo—. Y tú tienes una perfecta.Me aclaré la garganta y me recompuse, revelando un destello de determinación en mis ojos
VERONICALa ceremonia se llevó a cabo en un hermoso jardín al aire libre, con el agua del lago como telón de fondo. La novia, Luciana, mi mejor amiga, caminó hacia el altar con una sonrisa radiante en su rostro.Las damas de honor, amigas nuestras desde la universidad, estaban sentadas en la primera fila, sonriendo y llorando al mismo tiempo. Me sentí un poco extraña al verlas allí, sabiendo que debería estar sentada junto a ellas, pero en ese momento no me importaba. Había distanciado a esas amigas después de todo lo que había pasado.El oficiante de la ceremonia comenzó a hablar, su voz clara y resonante. Habló de la importancia del amor y la compromiso, de la unión de dos personas en matrimonio. Luciana y su novio escuchaban atentamente, sus ojos fijos el uno en el otro.Después de un rato, el oficiante les pidió que se intercambiaran los votos. El novio comenzó a hablar, su voz llena de emoción. Prometió amar y proteger a Luciana por el resto de su vida.Luciana hizo lo mismo, pro
VERONICAMe encontraba en mi apartamento de dos piezas, que había sido mi refugio y mi hogar durante tanto tiempo. Sin embargo, después de descubrir la traición de mi ex novio y mi amiga, la habitación principal se había convertido en un espacio insoportable para mí. Había pasado todas mis pertenencias a la segunda pieza, que era mucho más pequeña, pero al menos me permitía dormir sin sentirme invadida por los recuerdos dolorosos.Mientras me preparaba para la noche, no podía evitar pensar en cómo mi vida había cambiado en tan poco tiempo. Mi trabajo como secretaria de Bruno me había permitido pagar las cuotas del banco por mi apartamento, que había comprado con un préstamo. Sin embargo, después de la traición, me sentía como si estuviera viviendo en un lugar que ya no me pertenecía.Pero no tenía tiempo para pensar en eso ahora. Tenía solo 4 horas para alistarme para la cena con Bruno, y estaba decidida a hacerlo. Me pasé horas buscando el vestido perfecto, hasta que finalmente encon