Un escalofrío recorre mi espalda al escucharla, pero no puedo evitar sonreír ante su tono amenazante, que más que darme miedo, me provoca otra sensación completamente distinta."¿Castigo, eh?" murmuro, acercándome aún más. "Eso suena... interesante."Samantha solo sonríe, un brillo travieso en sus ojos. "Vamos, busca la película. Ya tendremos tiempo para hablar de castigos más tarde."Solo dejo que mis sentimientos fluyan a través de ese beso, largo y profundo. Siento cómo su respiración se entrecorta, y aunque intento no apurarme, el beso termina como siempre. Le dejo pequeños mordiscos en su labio inferior. ¡Qué delicia!Me río y la sigo, sabiendo que, con ella, cada momento es una mezcla perfecta de pasión, tensión y diversión. Aunque Kevin se haya salido con la suya esta vez, sé que lo único que realmente me importa es estar a su lado, disfrutando de esos pequeños momentos que hacen que todo lo demás parezca insignificante.Nos acomodamos en la cama, listas para nuestra tarde de p
"Sam, no sé por qué tu padre te ocultó esto. Me imagino que no quería que buscaras a nadie más," dice Blue, acercándose un poco más. "Pero tu madre y yo... éramos más que hermanas. Éramos aliadas, cazadoras. Hasta que ella se enamoró y se alejó para proteger a su familia. Después, pasó lo del hombre que se obsesionó con ella y asesinó a toda su familia, a todos menos a la menor de sus hijas. En cuanto supe todo, te busqué. Siempre quise encontrarla, encontrar a su hija. Quería que supieras de dónde vienes, quién eres."Las palabras de Blue parecen tocar una fibra sensible en Samantha. La confusión se mezcla con la tristeza, y veo cómo la rabia comienza a transformarse en una búsqueda de respuestas. "Si mi madre tenía una hermana... ¿por qué no me lo dijo? ¿Por qué todo este tiempo me han hecho creer que estaba sola?""No puedo responder eso," dice Blue, su voz ahora quebrada por la emoción. "Todo lo que sé es que tu madre amaba a su familia y quería protegerte.""Pero entonces, Alvaro
Padres míosJeanet MonttDespués de la transformación, ocurrió esa pelea en medio del bosque en donde Casandra salió lastimada. Me he negado rotundamente a volver a mi cuerpo humano; por más que los demás me dicen que no fue culpa mía, no puedo evitar sentirme culpable por lo que sucedió. Si no me comportara como una adolescente, nada de esto hubiese pasado, y Casandra estaría bien, no estaría durmiendo para poder recuperarse.No entiendo qué me sucedió. Sentía tanta ira y estaba perdiendo el control, se nublaba mi visión y mis pensamientos no eran coherentes, tenía tanto miedo de dañar a Isabella, por eso la solución fue querer salir corriendo, jamás pensé en todos las consecuencias que eso traería, nunca imagine que podría pasarme algo o a los demás, de verdad mi cabeza no funcionaba normalmente y si sumamos el dolor corporal que estaba sintiendo mas el dolor por sentirme rechazada la noche anterior, todo en mi se volvió un caos y solo podía correr, alejarme, para no dañarla."Por
No lucho más. Todo el peso que he estado cargando se disuelve en el viento frío de la noche. Me doy vuelta, y allí está ella, tan serena, tan hermosa. Dios... nunca he visto algo tan lindo en mi vida. La luz de la luna cae suavemente sobre su rostro, resaltando cada línea perfecta, cada curva de su piel pálida, como si el universo entero hubiera decidido que solo ella debería brillar esta noche.Mi corazón late tan fuerte que siento como si estuviera a punto de romperme por dentro. Cada respiración es un esfuerzo, porque estar tan cerca de ella, mirarla de esta manera, me llena de una sensación que apenas puedo soportar. No debería estar sintiendo esto, no con tanta intensidad. Pero aquí estoy, incapaz de apartar la vista, incapaz de controlarme.Isabella me mira con esos ojos profundos, tranquilos, pero tan llenos de algo que no puedo descifrar. ¿Acaso sabe lo que está provocando en mí? ¿Siente esta conexión que me está destrozando desde adentro? No lo sé, y eso me asusta, pero al mi
"Yo... también", le respondo, apenas capaz de articular las palabras antes de que ella se lance a mi boca.El mundo se detiene una vez más. Sus labios se encuentran con los míos en un beso que enciende todo lo que hemos mantenido a raya. Es una conexión profunda, como si cada sentimiento reprimido finalmente encontrara su camino a la superficie.Su calidez se irradia a través de mí, y el beso es suave al principio, exploratorio, pero pronto se convierte en una danza apasionada. Me aferro a ella, y cada segundo que pasa me hace desear más. Hay un fuego que arde entre nosotras, un reconocimiento de lo que hemos sentido desde el principio, y cada caricia, cada roce, me confirma que no estoy sola en esto.Cuando nos separamos, nuestros rostros aún tan cerca que puedo sentir su aliento entrelazándose con el mío. Hay una mezcla de asombro y felicidad en su mirada. "¿Lo sentiste?", pregunta, sus ojos brillando con una luz que apenas puedo describir."Sí", murmuro, incapaz de quitarle la vist
“No queríamos preocuparte hasta estar seguros” dijo mi madre, conteniendo las lágrimas “Los exámenes están en la casa de tu abuela. El doctor nos explicó todo. Por favor, ven con nosotros. Necesitamos hablar de lo que sigue...”No podía pensar en otra cosa que no fuera en mi padre. El cáncer. ¿Cómo no me lo dijeron antes? ¿Cómo había sucedido tan rápido?“Papá... ¿Es cierto?” pregunté, buscando desesperadamente algo que me dijera que no era real. Pero en su mirada no había duda, sólo resignación.“Quiero que lo veas con tus propios ojos, Jeanet” me dijo mi padre, con la voz quebrada “Ven a la casa de tu abuela. Hablaremos tranquilos, en familia”.No dudé ni un segundo. No había espacio para pensar en nada más que en mi padre. Las reuniones, el trabajo, todo eso podía esperar.“Está bien, vamos” accedí, sin dudar, sin cuestionar. Lo único que me importaba era estar con él, hacer algo, cualquier cosa para ayudarlo.Durante el trayecto, mi madre seguía hablando de médicos, de tratamiento
Las lágrimas comienzan a arder en mis ojos, pero no las dejo salir. No puedo. No se merecen mis lágrimas. "¡Me traicionaron, los dos! ¡No hay justificación! ¡Yo era su hija y me abandonaron como si no fuera nada! ¿Y piensan que ‘sanar’ significaba quitarme lo que soy? ¡¿Cree que me cambiarán como si fuera una prenda vieja?!"Mis palabras salen como cuchillos, cargadas de la verdad que ellos nunca quisieron enfrentar. El dolor que me consume es más profundo de lo que puedo explicar. No es solo el hecho de que me traicionaron. Es que eligieron hacerlo. Y ahora, la realidad cae sobre mí con toda su crudeza.Mi madre da un paso adelante, extendiendo una mano hacia mí. "Jeanet, solo queríamos lo mejor para ti..."Pero Isabela se interpone, su figura firme y protectora. "No se acerquen," dice con voz baja, pero llena de determinación. "No tienen derecho a tocarla después de lo que han hecho."Mis padres se detienen, sorprendidos por la defensa de Isabela. El miedo brilla en sus ojos. Mi mad
“Qué lamentable. Es increíble que el muy hijo de perra siga causando problemas y no podamos encontrarlo. Pero bueno, en algún momento aparecerá”, dice Cassandra. “Eso esperamos todos”, le respondo mientras Estefan cierra su computadora.“Quiero preguntarte algo, pero quiero que me digas la verdad”, le digo a Cassandra. “¿Cuándo te he mentido?”, responde. No miente, pero es buena escondiendo cosas importantes.“La cicatriz en tu pecho, ¿a qué se debe?” Su mirada cambia a una de incomodidad; no esperaba que preguntara sobre eso. “No me quedan cicatrices del ataque, Issa.” “No es de este ataque, es de algo anterior. Y sé perfectamente que no es vieja, porque jamás te habían herido tanto como ahora. ¿Qué apareció…?” “No es nada.” “¿Cómo que no es nada, si está a unos centímetros de tu corazón?”, le digo, parándome del cómodo sofá en el que me encontraba.“¿Cuál cicatriz? ¿A qué te refieres?”, pregunta Estefan, ahora completamente alerta, mirándonos a las dos, intentando entender de