Dante Mancini, regresa con todo. Pero esta vez para hacerles pagar a todos sus enemigos, protegerá a su familia contra todo peligro, aunque de nuevo tenga que arriesgar su vida. Ahora volverá con más furia y crueldad. Y esta vez no estará solo, su mujer, su fiera la dama de la mafia italiana estará con él. Pero una decisión forzada, hará que su relación pierda fuerza, tanto… que podrá en riesgo su amor. Seguirán enfrentando muchos obstáculos y la rivalidad en ese mundo nunca dejara de existir, y las llamas jamás serán apagadas porque ellos no solo son parte del infierno, sino que son el mismo fuego que los hace arder.Muy pronto todos sabrán lo que es arder, lo que es quemarse al tocar su infierno, porqué el Diablo no perdona y mucho menos si se trata de su mujer e hijos.Tercer libro de la trilogía infierno. Este no es el final de su historia, es el comienzo, porque su infierno no dejara de arder, y su legado será su fortaleza.
Leer másDANTE Un año después. Esto era peor que el puto infierno, mi hermosa Fiera se había apagado con el tiempo, sus esmeraldas ya no brillaban como antes, y es que nos habían arrebatado una parte muy valiosa de nuestra vida, nuestro hijo Adamo. Yo le volví hacer una promesa, pero con el trascurso del los meses ella termino por ya no confiar en mis palabras. Estuvimos distantes un tiempo, quise darle espacio, pero el dolor que estábamos viviendo era de ambos y decidí hacer algo y nunca más apartarme de ella. Nos necesitamos, este dolor era de los dos. Y pueden pasar meses y años, nunca iba a bajar la guardia. Iba a seguir buscando por tierra y mar, hasta traer de vuelta a mi hijo. Después del infierno el que vivieron y la muerte de mi querido amigo, ellos llegaron a casa a sa
LILLIE Minutos más tardes, mis hijos se habían puesto inquietos por el viaje. Nos llevaba largo el camino, mis pequeños tenían mucha energía y estaban ansiosos por liberarse de sus cinturones. —No, pronto llegaremos —digo en un tono severo mientras trato de sacar mi móvil de mi bolso y con la otra sujeto al pequeño diablillo que quiere liberarse de la correa del asiento —por Dios Alessio, quédate quieto. Mi móvil vibra y timbra sin parar. Quizás sea Dante, estaba esperando su llamada. Contesto sin mirar la pantalla, tampoco es que pueda fijarme en ella ya que Antonella también se inquietó, ya estaban desesperados por llegar a casa. —¿Quieres que tome a Anto en los brazos? —se ofreció Enzo, amablemente. Asentí, necesitaba refuerzos y Alan y el chófer solo miraban la escena asustados. Definitivamente estos hombres podría ser
LILLIEHe tomado una decisión. Me llevo mucho tiempo culminar este asunto, pero por fin había decido avanzar y perdonar a ese hombre quien es mi padre.Después de ver a mis hijos el como van crecido y los felices que eran, llegué a la conclusión de que ellos tenían derecho de conocer a su abuelo. Dejando mi resentimiento a un lado llevaré a mis pequeños a verlo.Tengo entendido que vino de visita a Italia, pero a las afueras de Sicilia, muy lejos del territorio principal de Dante. Su enemistad seguía y eso nunca iba acabar, pero el hecho no era por sus negocios o algo relacionado a ello, era por mí.Dante estaba molesto con Lionel por haberse callado todo y no hablarlo con la verdad. Aún así él mismo me dijo que lo fuera a ver y que llevará conmigo a los
LILLIE Tres años después. En este tiempo podría decir que todo ha marchado a la perfección pero no era tan cierto. El peligro siempre asechaba a nuestra familia y a pesar de que aquel día fue el último atentado que sufrimos, no estábamos de todo al salvo. Ese día Bruno había asaltado el yate y puso una bomba en el, provocando la explosión. Dante no me quiso contar nada, pero después de un tiempo me entere por parte de Mika que a ella si le había contado su marido. Y supuestamente él había muerto en su misma explosión, pero no estaban seguros de ello porque nunca encontraron rastros de él. Todo este tiempo viví un poco tranquila ya que la tempestad de calmo, los conflictos que tuviera Dante eran asuntos de sus negocios, nada que relacionara la vida de nuestros hijos. Aunque mi marido siempre estaba en peligro. ― ¿A dónde me llevas? ―inquirí, mientras me llevaba tapada de los
DANTE Los meses habían pasado. En este tiempo había aprendido a valorar muchas cosas, como mi vida, ahora tenía sentido. Tenía una familia que se había convertido en mi prioridad y lo único bueno que había sabido hacer en este puto mundo. Mi primer trabajo ya no era ser el mafioso más poderoso de Europa, sino proteger a mi familia. Era mi primera tarea y deber, y lo que más quería hacer, sin ellos muy infierno seria otro, uno al que no quería volver nunca. Quizás muchas cosas no cambiaron, seguía siendo un jodido mafioso, pero para mí ellos lo hacían un poco mejor entre tanta oscuridad y maldad. Jamás quise un destino así para mi familia, pero no tenía otra opción, mis hijos heredarían el infierno del Diablo y no había elección alguna, como me paso a mí. Lo único que me quedaba era protegerlos. Y para empezar debía acabar con algunos enemigos que estaban detrás de mi familia. Carlo fue el p
LILLIEQuedaba una hora para irnos al lugar en donde haríamos la pequeña reunión. Habíamos invitado algunas conocidas y amistades de Mika. Alexa y yo habíamos pensado en rentar un salón pero Dante dijo que no era necesario y que podíamos tomar y cerrar unos de sus club nocturnos y hacerlo privado por una noche. Mi hombre me consentía y me complacía en todo, y esas eran las ventajas de ser la esposa del Diablo de Italia.Después de terminar y arreglarnos salimos para irnos al club donde sería la pequeña fiesta de despedida de soltera. Opte por un antro pequeño, era difícil elegir uno donde no asistiera mucha gente, para no quitarle cliente al club por una noche, pero esas cosas no le importaban a mi marido asi que me dio a elegir.Decimos dejar música pero no tan elevado el sonido, por los pequeñ
LILLIEUn nuevo día. Tres meses han pasado de la partida de mi madre, y hoy sigo tratando de que esto no duela demasiado, pero es imposible. Hoy debo estar al cien, por mi familia y mi amiga que esta muy pronto a casarse.Ella quiso posponer su boda por el fallecimiento de mi madre, pero le pedí que no lo hiciera, mamá no hubiese querido eso y ella quería verla vestida de blanco como me vio a mí el día de mi boda, ya que Mika era una hija para ella.Convencí a mi amiga de que no cancelara la ceremonia, igual sería algo sencillo y solo los más allegados. Debía ver boda, sí que sí, ya que el nacimiento de mi ahijado había llegado y ella había planeado tener primero a su hijo y después casarse.El pequeño Santino, era tan precioso como mi amiga. Moreno, pero con unos ojos claros como su pad
LILLIEEl funeral término, ni tiempo había tenido de despedirla, de decirle todas esas cosas que sentía y que estaban guardas, ahora todo eso iba quedar ahí. Ahora solo deseaba detener el tiempo, en aquel día cuando la mire por última vez, por estar con mis problemas no le di de mi tiempo, cosa que siempre me voy a lamentar.Los brazos de mi esposo me envuelven en un cálido y reconfortante abrazo, mientras lloro sin control alguno. Perderla y decirle adiós, era de las cosas más difíciles que había hecho en mi vida, pero debía saber enfrentar esto con todo el dolor de mi corazón.―Tranquila mi pequeña ―susurra Dante, besa mi cabeza mientras me aprieta entre sus brazos ―ella no quisiera que estuvieras así y yo tampoco.Él tenía razón, mi madre jamás hubiese querido verme triste, siempre me lo dijo. Pero era inevitable no estarlo, ella me hacía falta y siempre seria así.―Estaré bien ―respondo ―solo que… duele mucho…Suelto un sollozo que no pude retener. Dante me abraza con más fuerza si
LILLIEItalia, dos semanas después.Un nuevo día, un nuevo amaneces, una nueva vida con mi familia. Nunca me cansare de disfrutar cada día junto a ellos, cada momento. Después de todo lo que hemos pasado, merecemos esta tranquilidad, aunque ese que no siempre me debo acostumbrar. Ser la esposa del mafioso más poderoso de Europa y tener sus hijos, nunca será algo fácil de conllevar. Sé que muchas veces habrán obstáculos, más cosas que enfrentar y personas que nos querrán separar, pero nada ni nadie podrá con nuestro infierno.Mis preciosos hijos, llevan la sangre Mancini, y sé que con eso tengo para nunca descansar. Nadie más volverá a tocarlo y mucho menos apártalos de mi lado.―Creo que es el momento de levantarnos, mis pequeños ―digo, a mis diablillos, y besos su