—Buenos días señor Bensiali, es un gusto tener la oportunidad de saludarlo tan temprano en la sala de juntas. — saludaba Julio Hancock con hipocresía a Massimo.—Buenos días joven Hancock, solo vine a dejar algunas cosas, hoy no asistiré personalmente a la junta matutina, mi asistente tomará nota de lo importante. — respondió Massimo dejando una caja blanca en las manos de su secretario.Mirando aquella caja, Julio suponía que dentro de ella se encontraban las invitaciones de la boda del magnate Bensiali para los socios y personal de rango.—Veo que se casará muy pronto…debe de estar bastante ocupado con los preparativos de su boda, y debe de saber que los Hancock estamos felices por usted, ya sabe, no siempre se tiene la oportunidad de casarse con quien realmente se ama, sin importar de que tipo de cuna provenga. Que pase usted muy buenos días. — respondió Julio para luego salir de aquella sala de juntas.Massimo sonrió. Por supuesto, los Hancock no se iban a quedar con los brazos cr
Massimo les sonrió a los pequeños, notando que todos llevaban ropa muy vieja y de tallas no adecuadas para sus aparentes edades. Ángelo miró con desconfianza al rubio.—Aurora es nuestra mamá, ella es la única fuera de las hermanas a la que le importamos, no puede quitárnosla. — dijo Ángelo.Agachándose para quedar a la altura del pequeño, Massimo lo tomó por los hombros. Aquel adolescente de piel morena clara, bonitas facciones, y vivaces ojos color miel, tenía una mirada fiera que no le mostraba temor, y eso le agrado.—No voy a robártela mi amigo, es más, como seré el esposo de Aurora, creo que eso me convierte en su padre, ¿No es así?, y yo también me preocuparé por ustedes, lo prometo galán. — respondió Massimo.Repentinamente al escuchar aquello, los niños más pequeños se emocionaron y abrazaron a Massimo llamándolo papá. Aurora sonrió, y dio una mirada hacia el rubio quien le sonrió a cambio. No entendía porque les había dicho aquello, pero de alguna manera, se sintió bien con
El tono de llamada seguía sonando, pero nuevamente nadie respondía. Ese era el tercer día que Aurora intentaba comunicarse con sus padres, pero estos no respondían a ninguna de sus llamadas ni mensajes. ¿Les había ocurrido algo? La pelirroja se sentía nerviosa y mentalmente agotada, tan solo deseaba saber cómo era que se encontraba su madre ahora que habían comenzado sus tratamientos, pero no tenía respuesta alguna.Angustiada, Aurora escribió aquel mensaje de texto pidiendo a sus padres que le dijeran al menos si se encontraban bien pues no había tenido noticias de ellos y estaba a nada de llamar a la policía para reportarlos como desaparecidos. Enviándolo, en menos de un minuto recibió un mensaje desde el celular de su madre junto a una fotografía de sus padres sonriendo sentados en alguna cafetería, pero las palabras eran todo menos amables.“Estamos bien, deja de molestar, estoy cansada por las quimioterapias y no tengo tiempo para atender tus delirios, no envíes más mensajes porq
—Juliana Hancock está en la ciudad, joven señor. — decía Giuseppe a Massimo, quien se estaba probando su costoso y elegante traje de novio hecho a medida por un demasiado importante diseñador.Massimo se mantuvo sereno a pesar de haber escuchado lo dicho por Giuseppe.—¿Y qué es lo que esperas que haga? Enviaron las invitaciones electrónicas, seguramente ha llegado para asistir a mí boda con Aurora. — respondió Massimo con calma.Giuseppe negó.—¿No le preocupa que intente hacer algo?, se me informó que el joven Julio hizo una gran compra por una mansión cercana a la suya, una lujosa limusina y muebles de alta calidad; parece que la señorita Hancock planea quedarse un largo tiempo en Palermo. También me dijeron que la señorita fue vista hospedándose en el Four Seasons Deluxe en el centro de la ciudad cuando arribó esta mañana a la ciudad. Lo correcto joven señor, es ir a visitarla, después de todo su familia es socia suya, y la empresa B&H les pertenece a ambos lados, los socios querr
Aquella mañana era diferente. Los sirvientes corrían apresurados terminando de alistar los últimos preparativos. Los pensamientos se fundían con el viento que entraba agradable entre las cortinas de aquella lujosa habitación de Massimo, quien sentía sus emociones pendiendo de un hilo e iban desde la alegría más sincera a la angustia repentina. Las personas iban y venían, quizás, con demasiada prisa, para que todo estuviese mucho más que perfecto, tal y como el amo y señor de aquella casa. Acomodando su corbatín negro, y aquellas flores blancas de su bolsillo, Massimo Bensiali le mostró una radiante sonrisa a su mentor y maestro de toda la vida.—Bueno, estoy listo, ¿Qué es lo que opinas maestro Giuseppe? — cuestionó Massimo disfrazando de arrogancia sus evidentes nervios.El viejo tutor asintió aprobatoriamente.—Me parece que luce tal cual debe de lucir un gran señor: simplemente perfecto. — respondió con honestidad el anciano.Massimo sonrió. Aquel era el día más importante de toda
—Lo siento madre, pero no iré. Yo no quiero tener nada que ver con ese mundo. — respondió Leandro.Su madre de nuevo se mostró decepcionada.—De acuerdo…pero menospreciar lo que eres, no te hace mejor que lo que tanto juzgas…tenlo en mente. — respondió la mujer.Leandro sintió un nudo lastimando su garganta en el momento en que vio salir a la hermosa mujer que le dio la vida de su departamento. En ese instante, el pelinegro deseo correr tras ella y abrazarla sin soltarse…deseo sentirse seguro en sus brazos como en aquellos ya muy lejanos días de su temprana niñez. Apretando los puños, sin embargo, se quedó estático en el mismo lugar sin ser capaz de moverse. Aurora se casaba con un despreciable magnate, y él había renunciado a serlo.En la mansión Bensiali.—Los padres de la señorita Bianco no asistirán, jamás respondieron a la invitación que les fue enviada, y apenas hace un momento avisaron en un correo que no asistirían, aunque no especificaron las razones de su inasistencia. — inf
—Todos están a la gran expectativa sobre la llamada boda del año. El joven Magnate multimillonario Massimo Bensiali, único hijo del ilustre y magnate de negocios Mauro Bensiali. La boda se realizará en privado dentro de la lujosa mansión Bensiali y fuentes informan que se han mandado a traer rosas de la india, así como el banquete estaría a cargo del famoso chef Ramsés Gordon, pero la pregunta que todos nos hacemos, es ¿Quién esa la misteriosa novia? Fuentes confidenciales afirman que la novia no es nadie más que la heredera de la familia estadounidense Hancock, Juliana Hancock, quien arribó ayer a la ciudad… —En las televisiones se escuchaba la nota del día que había acaparado todos los encabezados de los medios. Varias cadenas de noticias se hallaban apostadas fuera de la mansión Bensiali, intentando ser las primeras en obtener alguna primicia exclusiva de la lujosa boda que se había elevado por todo lo alto. Nadie sabía en realidad la identidad de la esposa de Massimo.En los herm
Todas las miradas en aquel hermoso jardín rodeado de rosas blancas, se habían quedado enteramente fijas en la hermosa pareja que se hallaba en el altar. El cielo celeste con algunas nubes blanquecinas se miraba precioso, y la mansión Bensiali, vestida para la boda, resplandecía bajo los tenues rayos del sol de otoño. Todos los días anteriores a ese tan especial, habían sido tan grises y lluviosos que presagiaban un panorama gris y entristecido, pero aquel día, como si el sol también deseara celebrar, el hermoso astro había salido a saludar a los novios.Aurora, ya al frente de aquel hermoso altar, para su gran sorpresa pudo ver a los niños del orfanato y las hermanas al frente ocupando asientos preferenciales; todos los niños estaban vestidos con vestidos y trajes elegantes, y mirando a Massimo con sorpresa y conmoción, Aurora se había quedado sin palabras. Aquellos invitados que eran tan apreciados por ella, sin embargo, eran observados extrañamente por los demás asistentes que se no