Todos los ángeles salían todos los días en busca de pistas sobre el paradero de la gente del cielo. Yo sólo pasé dos semanas practicando mi magia. Pasando por feas pesadillas donde luego no podía dormir una vez que me despertaba a medianoche.
Leer me ayudaba mucho a pasar esas noches en las que no podía conciliar el sueño. Sumergirme en esos libros tan interesantes sobre los reinos, me ayudaba a sobrellevar este trabajo.
Will me acompañaba la mayoría de las noches, el resto se las pasaba durmiendo en mi regazo. No sé cómo sobrevivía con esas pocas horas de sueño, la verdad es que a día de hoy me lo pregunto.
Aquella mañana, si me vencía el sueño. Mis ojos se cerraban automati
Esa misma tarde, después de almorzar me quedé mirando la taza con el té que habia dejado en la mesita de noche.Mi nueva habitación poseía una cama grande de uno treinta donde podía tumbarme muy a gusto. Las almohadas eran muy blandas, seguramente de algodón. Las sábanas eran tan suaves que me recordaban a las que tenía mi abuela. También poseía un sofá donde solía leer y un pequeño escritorios que se había adueñado Will.Solo tenía un pequeño equipaje que constaba con una cesta para llevar a Will y el abrigo que me dio Sasha antes de salir del reino de las brujas. Solo tenía dos pantalones y tres camisas con las que me apañaba y guardaba en una mochila de tela vaquera.Volví
Di un paso muy nerviosa. Estaba alerta a sus movimientos.—¿Cómo podéis verme?—Tenemos ese poder—respondió el de las espirales—. ¿Quién eres? Me eres muy familiar.—Intentasteis matarme, hace un año—les recordé.—No queríamos matar a nadie aquel día—dijo el que estaba detrás de las espirales. Este tenía una rosa en el brazo derecho—. Queríamos las llaves, pero se puso en medio tu amigo.—Y después desataste tu magia—el que habló estaba sentado en una piedra. Parecía más mayor—. Pero dejemos este mal rollo aparte— se levantó
Hacía un año que no volvía. Trescientos sesenta y cinco días que no pisaba mi antiguo piso. Doce meses que sentí que la gente de mi edificio miraba a otra persona pero solo uno de los jóvenes que tantas veces me había gritado insultos por la calle me reconoció.Había algo en mi aura que le hizo callarse cuando me vio entrar al portal y volver a entrar a su casa. Ojalá hubiera tenido esa habilidad hace mucho.Aún tenía las llaves de ese piso, entré en silencio. No quería llamar la atención de todos los vecinos. Dejé las llaves sobre la repisa junto a la entrada y me dirigí a la cocina donde todo ocurrió. Estar ahí me hizo revivir aquella noche varias veces.La casa estab
Me senté a pesar de que dijo que iba advertirme brevemente de algo. Necesitaba respirar. Verlo actuar como un humano en mi propia casa después de haberles avisado a todos los reinos que había fallecido me descolocó demasiado.—No tengo mucho tiempo—volvió a decir—. Por suerte pude convencer a la reina de ese sitio.Yo lo miré sin entender nada.—Sé que no entiendes nada de lo que está pasando pero te daré mi versión de la historia—me dijo—. Un día tuve la oportunidad de obtener el poder de ver el futuro, algo que no entraré en detalles, y vi varias cosas claras."Una de ellas era que algo malo est
A partir de este capítulo, han de saber que esta historia esta muy desarrollada en mi cabeza pero no en otro formato por lo que es posible que haya muchos errores.Tardaré en subirlo pero espero que les guste y lo espere con ganas. Habrá muchas personas que se cabreen por los sucesos que ya tengo planeadas pero es lo que tiene. No todos nos gustan las mismas cosas (ojala eso se lo hubieran dicho a mis excompañeroos de clase) y espero que minimamente lo acepten.En cuanto al final tengo dudas, pueden hacer teorias de lo que quieran pero no leere suguerencias. Lo digo de antemano para que lo sepan
Hacía mucho frío. El repiqueteo de la lluvia contra las ventanas se intensificaba cada vez más.—Maldita estufa. —Golpeé de nuevo el aparato mientras iluminaba con una vela la casa—. ¿Por qué todo lo malo me pasa a mí?La única compañía en mi casa me respondió con un leve maullido. El vaivén de la llama de la vela proyectaba sombras un tanto terroríficas en la pared de color azul.—Espera, Will, arreglo esto y te doy de comer.—Volvió a maullar impaciente. Aparté la cabeza de la estufa, me levanté y agarré la vela en el camino. El gato me siguió con la mirada mientras se relamía sus bigotes, seguramente pensaba en lo delicioso que estará el atún que se tragará sin masticar siquie
Capítulo 2 Mi mente estaba en otra parte. Un policía no dejaba de preguntarme que había pasado pero mis pensamientos estaban en otro lugar. ¿Quiénes eran esas personas? ¿Porque ha tenido que morir él y no yo? Estaban en mi casa entonces venían a por mí. ¿Qué he hecho para que me persiguiesen? Soy una mujer que no se mete en problemas, tengo un trabajo honrado y no le debo nada a nadie. —Señorita Moore. —Levanté la vista y el comisario me tendió una taza de café mientras no dejaba de apegarme a mi gato— Le sentara bien. —Gracias—musite. —No quiero presionarla, ¿recuerda algún detalle de los atacantes? —Iban cubiertos. No les vi la cara—respondí tajantemente. Se dice que cuando un suceso traumático pasa por la vida de una persona esta empieza a cambiar de forma gradual. Pero llegar a oír a mi gato hablar se pasó tres pueblos. —Debería haber dicho algún chiste para amortiguar el golpe. —Miró a la cobaya que empezó a hacer ruiditos de frustración—. Entiendo. Empiezo por el principio. —¿Qué demonios está pasando? ¿Por qué hablas? ¿Por qué...? —Para mi sorpresa Will se acercó a mí y se coloca a dos patas para acariciarme la cara. —Layla mírame. Necesito que me escuches atentamente. —Asentí desesperada—. Todo esto te va a sonar raro. Antes debes prometerme que no me vas a interrumpir. —Volví a asentir—. Para empezar cada objeto mágico en este mundo tiene un guardián que protege a su Portador y al objeto. En este caso soy yo. Mindi. —Señala a la cobaya—. Es mi antecesor. EsCapítulo 3