Cuando por fin le pongo el anillo, suelto un suspiro de alivio, sentir como la tensión y los nervios me abandonan es tan relajante, que siento que me voy a desplomar en el suelo en cualquier momento. Una vez que le entregan mi anillo a Derek, toma mi mano izquierda con firmeza y ternura, me mira directo a los ojos y sin un atisbo de nervios o arrepentimiento lo coloca.—Yo, Derek Baker, te acepto Astrid Williams como mi futura esposa, juro amarte, protegerte y asegurarme de que nada malo te pase, juro que seré el mejor compañero de vida que puedas tener.Sin poderlo resistir ni un segundo más, me tiro a sus brazos y le doy un largo y dulce beso, todos los presentes aplauden, luego de la ceremonia religiosa, nos fuimos al lugar en donde se llevará a cabo la fiesta. Todo es tan perfecto y surreal, que siento que estoy soñando. Mi vida, sin duda alguna, es maravillosa.La noche cae y Derek me avisa que tenemos que ir a dormir, porque mañana tenemos un largo viaje que hacer, fruncí el ceñ
Gran parte de la noche nos quedamos en el balcón haciendo el amor, menos mal que hace calor y no frío. Debido al gran desvelo de anoche, no pudimos levantarnos a desayunar, aunque tampoco es que le importe mucho al señor Baker, ya que ha pedido servicio a la habitación mientras me hacía suya. La luna de miel fue bastante entretenida, paseamos por muchos lugares y visitamos restaurantes realmente interesantes, extraños, pero interesantes, también nos tomamos muchas fotos, en todas él siempre salía bien, sin importar la posición en la que la tomara… que envidia.Me divertí mucho en el viaje y la pasé de maravilla, pero no hay nada mejor que volver a casa con mi familia y Derek está totalmente de acuerdo conmigo, ambos extrañamos mucho a los niños. Como todos los fines de semana nos encontramos acostados en la cama, mirando el techo por unos instantes antes de que Grace entre al cuarto corriendo y gritando que ya debemos levantarnos, para después meterse entre las sábanas.—Debo admitir
—Tendrás que ponerte a trabajar. —Estoy consciente de ello. —¿Qué piensas hacer? —¡Pues buscar un trabajo, que más! — Exclamo entre risas nerviosas mientras resoplo con fuerza, recargando mi frente en mi escritorio. —Astrid, sé que tienes mucho estrés en la escuela, pero cariño.... de verdad ya no podemos seguirte ayudando. —No tengo estrés de la escuela, mamá, es sólo que.... me siento mal, siento que soy estoy siendo egoísta. —Para nada, cielo... estamos felices de que estés estudiando en la universidad, tu papá y yo estamos orgullosos de ti. Giro mi cabeza para ver a mi madre, ella me dedica una enorme sonrisa cálida y suave, acaricia mi cabeza con delicadeza y luego deposita un pequeño beso en mi frente. Cierro los ojos por unos momentos y un suspiro se me escapa. —Lo bueno de conseguir un trabajo de medio tiempo, es que, podré tener dinero en mis bolsillos... claro, siempre y cuando me quede después de hacer todos mis pagos— Lo último lo murmuro para mí, más que hablar con
Miro la hora de mi despertador y veo que ya van a dar las dos de la mañana, me levanto de mi asiento y me estiro con toda la pereza del mundo, luego guardo mis cosas y me meto a la cama, debo dormir, aunque sea un poco ya que tengo varias cosas que hacer mañana.La alarma suena de forma estruendosa, mi mano busca el despertador sin éxito, un gruñido de enojo se me escapa y vuelvo a buscar de forma torpe el despertador, pero al no usar los ojos, el endiablado reloj se cae al suelo.Un bufido de enojado se me escapa y ahora si decido separar la cara de mi almohada, busco en el suelo el despertador y veo el reloj, lo tomo torpemente entre mis manos para por fin apagarlo, cuando el silencio se apodera de mi cuarto, un suspiro de alivio se me escapa. Decido no darle más vueltas al asunto y me resigno a levantarme de mi cama, menos mal que hoy simplemente voy a la entrevista de trabajo.Estando arreglada, tomo mi bolso, reviso que tengo mis cosas y después salgo de mi casa a paso apresurado
Una vez que termina de darme la explicación de lo que tengo que hacer, me pide que vaya al piso veinte a hablar con el de recursos humanos y a ver el trámite de mi contrato. Entusiasmada, hago lo que me dice y me voy directo al ascensor, lista para irme a encontrar con el de recursos humanos, estoy nerviosa.Una vez que llego con el encargado, me hace una serie de preguntas en cuestión al trabajo, pero he sido completamente honesta con él de que es mi primer empleo, que no tengo experiencia pero que estoy dispuesta a aprender todo lo que haga falta y que no me da miedo quedarme hasta tarde a limpiar las oficinas; que ese es el turno que me ha de tocar, el turno nocturno.... qué horror, pero es mejor ese ya que así me da tiempo de estudiar y hacer mi tarea. El señor me da el contrato y cuando lo termino de leer lo firmo.—Hoy mismo inicias, recuerda, entras a las 9:00 pm, no llegues tarde.—Está bien.Me despido del señor y salgo de su despacho con una enorme sonrisa dibujada en mi ros
—Muchas medias de seguridad.—Te digo, es donde los hombres con mucho poder buscan compañía, pero no la de cualquier ramera— Hace un puchero. —Cuando mi padre salga de sus terapias, voy a darle de baja a mi perfil, no me veo haciendo esto eternamente, lo bueno es que he guardado dinero en una tarjeta.Guardo el pedazo de papel en mi bolsa, arrugándola y enterrándola entre el montón de cosas que tengo ahí, espero nunca necesitarlo, pero... “Nunca digas nunca”, dejando atrás el tema, hablamos de cosas más agradables, como que ya nos queda menos para terminar la universidad, que por fin vamos a dejar los días de instituto, sólo esperamos a que nos vaya bien a la hora de conseguir trabajo.Estuvimos por horas platicando hasta que mi madre me ha llamado, diciéndome que regrese a casa porque ya era muy tarde, menos mal que mi amiga y yo vivimos en el mismo bloque de apartamentos, nos regresamos juntas a casa.Durante las próximas semanas, el trabajo ha sido demasiado sencillo, la verdad es
Rose arquea una ceja y me mira como si fuera un bicho raro, estoy acostumbrada a ese tipo de miradas, de hecho... incluso yo creo que soy un bicho raro, pero no me importa, a estas alturas de mi vida, lo único que me importa es sacar la universidad, ayudar con los gastos de la casa y de que mi hermano no haga idioteces.El hombre enciende un cigarro y lo miro espantada, veo como algunas cenizas caen sobre la alfombra, enseguida paso mi dedo pulgar y mi dedo anular por mi lengua y corro hacia él, apagándolo enseguida ¡Hijo de su madre, es él quien deja esas quemaduras y manchas, muy difíciles de quitar u ocultar!Él me voltea a ver como si fuera a matarme, esa mirada gélida hace un perfecto contraste con sus ojos azules, trago saliva con dificultad, pero luego recuerdo las horribles manchas que quedan en la alfombra y se me pasa casi por completo el miedo. Tomo un poco de aire y le frunzo el ceño, limpiándome los dedos, cuando estos tocan la tela, me doy cuenta de que me he quemado y d
Tomo mis cosas y salgo corriendo de mi casa, doy por perdidas las primeras tres horas, voy a preguntar las tareas a uno de mis compañeros. Como siempre, parece que el autobús va más lento de lo normal, parece que lo hace a propósito, pero no es su culpa, el tráfico no ayuda en nada. Resoplo con fuerza y miro al frente, siento que hoy será el día más aburrido de mi vida.Las clases han terminado y mis maestros han dejado una espantosa pila de tareas, lo peor no es eso, lo peor es que, se acercan los exámenes y tengo que estudiar, espero que esta noche, el señor “voy a tirar miles de dólares por una alfombra” no haga mucho desastre hoy, que me urge volver temprano a casa, dormir un rato y ponerme a estudiar y hacer tarea.Estando en el trabajo, limpio lo más rápido que puedo, pero sin dejar de ser cuidadosa, no quiero que luego me vengan a reclamar que se ha roto algo o que se les perdió algo, que no tengo paciencia ni ganas de lidiar con esas tonterías. Una vez que he terminado con los