Elizabeth entra a su suite de recién casada, entra con muchos nervios, con miedo a lo que ella sabe que será difícil de borrar, difícil de llevar.De repente la habitación queda sumergida en una gran oscuridad, en unas tinieblas que solo hacen que su cuerpo se estremezca, que el miedo se apodere de ella. Su cuerpo grita que corra, que salga de ese lugar, pero su corazón le repite una y otra vez, ¡esto es por amor, por ayudar al hombre que amas, hazlo por el! Escucha la puerta abrirse y ve como una sombra grande y corpulenta entra y se acerca a ella, no hace ningún ruido y mucho menos pronuncia algún sonido, la recuesta en la cama y le retira todas sus prendas de vestir, la toca por todas partes, ella solo puede llorar en silencio, dejar que las amargas lágrimas caigan.Siente un dolor fuerte en su intimidad y unos minutos después ese hombre se levanta, Elizabeth trata de ver en la oscuridad, pero es imposible, sabe que nunca sabrá quien es ese hombre que acaba de salir. Lo que nunca
Las palabras de Lorenzo hacia Elizabeth son frías, son vacías, el solo ve por los ojos de aquella mujer, la forma en que le habla, la forma en que la trata, es como si estuvieran enamorados.Elizabeth sigue parada ahí observando toda la escena con un gran dolor en su corazón, ella no entiende que pasa, porque su esposo le hace esto, porque esta con otra mujer, porque la trata con desprecio después de todo lo que ella ha hecho por él.Su mente divaga en tantas cosas, que no se da cuenta que ella ya conoce a la chica, que tiempo atrás fue víctima de Elizabeth y su padre, ellos la hicieron sufrir mucho al dejarla en la ruina, al destruir todos sus negocios, también perdió a sus padres quienes acabaron con su vida al estar en la quiebra total.El corazón de Elizabeth en ese momento solo siente dolor, decepción de esa persona que ha sido todo para ella.-¿Quién es esa mujer, por que la tratas con tanto cariño? –indaga con temor a escuchar lo que ya sospecha por ser tan obvio.-No tienes por
Elizabeth no puede creer lo que está escuchando, un hombre como ese pidiéndole que sea su esposa, el hombre que todas las mujeres de sociedad quieren tener, no solo por su aspecto físico, si no por su poder, un hombre como este intimida a todos.-Señor Dubois, yo no soy una mujer digna para usted, estoy casada, tuve un…mi padre está en la ruina, no puedo lo siento.-Es bueno que sepas quien soy, pero solo te diré esto una vez más, piénsalo bien, yo quiero que seas mi esposa, cásate conmigo –expone con una cara neutral, no hay ninguna expresión en su rostro, es un hombre tan frio que es difícil de descifrar.Elizabeth no sabe qué pasa, ¿Por qué un hombre como el que puede tener la mujer que quiera a sus pies quiere casarse precisamente con ella sin importar nada? Ese misterio la confunde.Pero su respuesta es la misma, le dice que no puede casarse con él, ella cree que no es correcto casarse con un hombre que no conoce bien, además a pesar de todo lo vivido sigue pensando en Lorenz
La noche está muy fría, las calles un poco húmeda, pero eso no es impedimento para Elizabeth, ella quiere llegar pronto a ese club, quiere ver a ese hombre llamado Richard Leroy, el socio y abogado de la empresa que antes era de ella.Llega y en la entrada hay muchos hombres de seguridad, este lugar es muy elegante y las personas entran con invitación y muy bien vestidas, los trajes de las mujeres y hombres de este lugar cuestan millones de dólares, no cualquiera puede entrar.Las personas que entran la miran de arriba a bajo, ella es muy popular aquí, pues es la mujer más codiciada del país, la llaman la musa de Francia, pues todos quieren estar a su lado por ser la mujer más bella.Ella trata de entrar, pero los guardias la detienen, nunca antes lo habían hecho.-Solo puede ingresar con invitación –dice con desprecio uno de ellos.Las personas la miran y murmuran de ella.-No tiene cordura esta mujer, acaba de perder a su hijo y su padre está en ruina muriendo en una clínica,
Elizabeth le suplica a Bastián, pero sus palabras son directas.-Te advertí que no doy segundas oportunidades, así que levante y no supliques más – dice con una mirada fría, una expresión tan extraña que Elizabeth supo que estaba perdida.Pero siempre escucho que el señor Dubois es un hombre que nunca se negaba a un desafío, o a una apuesta, que le encantan las carreras y ella es muy buena en esas cosas, a pesar de ser una mujer delicada y muy culta, le encanta la adrenalina y en las carreras de motos con Lorenzo siempre fue feliz, juntos disfrutaban de ellas.Sin pensarlo una vez más él estaba en sus pensamientos. El señor Dubois se aleja con elegancia al lado de más de trece guardaespaldas.Elizabeth le grita. Bastián te reto a una carrera.Él se detiene, pero aun no la mira, sigue de espaldas, las personas a su alrededor se quedan sorprendidas y empiezan a comentar.-Que tonta, no sabe que ese hombre nunca pierde, está loca esta mujer terminara muerta.-Te reto, sé que nunca
Elizabeth entra al taxi, le dice al conductor a donde se dirige, el conduce y nota que su pasajera esta totalmente dormida. Desde que Elizabeth tuvo él bebe no ha descansado lo que una mujer en su estado debería, han sido muchos problemas, muchos inconvenientes en los que se ha visto envuelta. Llegan a la clínica en la que se encuentra su padre, el conductor la llama hasta por fin lograr despertarla, en su rostro se nota el cansancio, el agotamiento, después de pagarle al chofer sube a la habitación en que se encuentra su padre, al entrar ve a un Jacobo muy preocupado.-Señorita, disculpe que me meta, sé que no debo hacerlo, pero su padre preferiría mil veces ir a prisión a que usted se case con ese hombre, las cosas que dicen de él son muy malas, piénselo bien.-¿Qué haría mi padre si yo estuviera en la situación de él? -Entiendo, usted es la persona que el señor Petit más ama en el mundo, el daría la vida por usted.-Exacto, mi padre es a quien más amo, es la única persona
Al salir de la ducha Elizabeth no sabe que ponerse, busca entre sus cosas con una actitud extraña, en su ropero aún hay pertenecías de Lorenzo, él se quedaba con ella a dormir en ocasiones, incluso días antes de la boda se había mudado con ella en su casa, pues su padre lo quería tanto que se lo propuso.Llega un paquete y una de las empleadas se lo entrega, mira que es y su corazón siente desfallecer, son unas rodilleras especiales, un recuerdo doloroso y fugaz llega a su mente. Dos años atrás Elizabeth y Lorenzo estuvieron en unas competencias en otra ciudad con unos amigos, esa carrera fue muy peligrosa, pues fue cerca de unas montañas, Elizabeth conducía aquella noche, un animal se atravesó de la nada y tuvo un casi fatal accidente, Elizabeth quedo tirada en calle llena de sangre, estaba inocente, se veía muy mal, Lorenzo estaba muy lastimado, su pierna sufrió una lección muy grave, pero aun así no le importo, la tomo en sus brazos y corrió con ella hasta el hospital más cercan
La mirada de Lorenzo es de rabia, de furia, nunca se imaginó que Elizabeth haría algo como eso, él siempre pensó que ella no era una mujer fuerte, él se la imaginaba en casa llorando y al verla pensó que venía a suplicar por volver, pero al verla enfrentarlo, al verla quemar esos recuerdos como si no significara nada le dolió más de lo que quiere reconocer, se ofendió.-Por ultimo quemare esto con mi promesa, nunca te lo dije, pero el día que salvaste mi vida hice un juramento, y lo cumplí hasta el último momento, jure que te protegería, que haría lo que sea por ti, pues cuando me salvaste, pusiste en riesgo tu vida y las cosas que más te gustaba hacer, en esta caja estaban unas rodilleras especiales, que aliviarían en algo el dolor que sientes en estas temporadas, pero con ellas doy por terminada mi promesa.-¡He…! Lorenzo trato de decir algo, pero no pudo, solo la observo.Elizabeth se voltea y deja caer una que otra lágrima que se escaparon sin permiso, ella se limpia y sube en