Las palabras de Lorenzo hacia Elizabeth son frías, son vacías, el solo ve por los ojos de aquella mujer, la forma en que le habla, la forma en que la trata, es como si estuvieran enamorados.
Elizabeth sigue parada ahí observando toda la escena con un gran dolor en su corazón, ella no entiende que pasa, porque su esposo le hace esto, porque esta con otra mujer, porque la trata con desprecio después de todo lo que ella ha hecho por él.Su mente divaga en tantas cosas, que no se da cuenta que ella ya conoce a la chica, que tiempo atrás fue víctima de Elizabeth y su padre, ellos la hicieron sufrir mucho al dejarla en la ruina, al destruir todos sus negocios, también perdió a sus padres quienes acabaron con su vida al estar en la quiebra total.El corazón de Elizabeth en ese momento solo siente dolor, decepción de esa persona que ha sido todo para ella.-¿Quién es esa mujer, por que la tratas con tanto cariño? –indaga con temor a escuchar lo que ya sospecha por ser tan obvio.-No tienes por qué hacer reclamo, mejor vete, no quiero volver a verte, desaparece de nuestras vidas.Esas palabras destruyeron todas sus esperanzas, fueron como miles de puñales en su pecho, siente que no puede respirar, que pierde las fuerzas, aun esta débil por el parto y las complicaciones que tuvo.-Es triste que no me reconozcas, pero si Lorenzo no te dice la verdad yo sí. Tú te mereces todo lo que te esta pasando, ahora la que está en la ruina eres tú y tu padre, ¿no sabes que por eso sufrió ese infarto? ese bebe que tuviste, fue para salvarme a mí de no ir a la cárcel, no a Lorenzo, te explico, la que cometió ese gran error fui yo, no el, por eso pagaste, esa fue la única razón por la que te casaste, todo fue planeado, después entenderás todo – dice riéndose de ella.Elizabeth con las pocas fuerzas que le quedan la toma del brazo con gran fuerza, pero ella le responde con una fuerte bofetada, el ardor de la cara es fuerte, el sabor de su sangre la hace sentir mucha ira, se repone del golpe e intenta golpearla, pero Lorenzo no se lo permite y la toma con fuerza y la tira al suelo, ese suelo mojado y frio.-Vete, espero entiendas todo de una vez por todas –expresa con desprecio Lorenzo y sube a su auto con aquella chica.Ella los ve alejarse y lo único que puede hacer en ese momento es llorar, es sacar ese dolor tan grande que la atormenta en estos momentos. Aun se hace muchas preguntas, no entiende que paso, si la compañía de su padre tiene muchos socios, Lorenzo es solo uno de ellos, ¿cómo pudo planear todo esto sin que los demás se dieran cuanta?Elizabeth toma su pequeña, maleta y camina bajo la lluvia, la que cada vez es más fuerte, pero no le importa, lo único que quiere en ese momento es dejar de sentir tanto dolor, dejar de pensar que ha sido una estúpida, su corazón se reúsa a aceptar que todo lo que vivió con su esposo es mentira.La tristeza se convierte en agonía, las pocas fuerzas que le quedaban ya la perdió, está muy débil y sin más se deja caer, pero unos brazos fuertes la sujetan de la cintura evitando el golpe y estrellón con el suelo.Su mirada rápidamente se encuentra con la de aquel hombre que por segunda vez la salva de una caída, esos ojos oscuros, esa imponente mirada que le provoca miedo y temor.Ella sin más se desmaya en los brazos de Bastián Dubois un hombre poderoso, fuerte, imponente, uno de los más influyentes de la ciudad, una persona con una carácter fuerte y que para lograr lo que quiere no le importa pasar por encima del que sea.El guardaespaldas de Bastián y hombre de confianza queda muy confundido, pues él nunca ayuda a nadie, esta es la primera vez que hace algo por alguien que no sea el mismo, incluso a su hermano lo metió a la cárcel por involucrar a las empresas en negocios turbios y a su padre lo desterró de la empresa, hizo que le firmara un poder y se quedó con todo. Por ese motivo y muchos más que iremos conociendo, le apodan el hijo del diablo, la gente piensa que no tiene corazón, que es una persona fría.-¿A dónde llevaremos a la señorita Petit, que haremos con ella? – pregunta Richard.-Iremos a casa.-Pero señor, Katherine acaba de tener su bebe, hoy le dan salida de la clínica.-No te pedí tu opinión, cállate y maneja hacia la casa.El ve como ella se encoge de frio en la parte de atrás del auto, no puede evitar sentir algo de lastima por ella y le pone el abrigo que traía puesto porque ella está toda mojada y no para su boca de titilar por el frio.Llegan a su gran mansión, tienen más de cincuenta cuartos, unos jardines inmensos, dentro de ella tiene su propio parque, es la propiedad más grande en todo el país.Bastián la toma en sus brazos y se dirige a su habitación.-Señor, me dicen que Katherine ya está en casa, ¿quiere que le ayude a llevar a la señorita Petit mientras usted se desocupa?-No, yo mismo me encargare, llama a una de las empleadas, dile que vengan a mi cuarto ahora mismo – dice con su voz imponente y se la lleva a su habitación.El no para de contemplar la belleza de Elizabeth, a pesar de que está un poco pálida y subió de peso por su embarazo siempre ha sido una de las mujeres más codiciadas en la ciudad, su bello rostro, su cabello con unos hermosos rizos castaños, sus hermosa silueta que a pesar del embarazo es única, sus ojos color azul profundo.La recuesta en su cama mientras la chica de servicio le cambia la ropa, le pone una camisa de Bastián, él espera afuera y apenas ella termina al abriga y se queda a su lado esperando su despertar, el percibe ese aroma tan delicado que solo lo había sentido una vez, y fue con aquella mujer que mejor prefiere no recordar.Elizabeth despierta muy asustada, alterada por que no sabe dónde se encuentra y más cuando está en manos de ese hombre del cual no conoce ni el nombre.-¿Qué hago aquí, dónde estoy? – pregunta angustiada.Ella se mira y queda más aterrada al ver que esta con una camisa de seda grande, debajo solo trae su ropa interior, no sabe que paso y eso la pone más nerviosa.Bastián le explica que por estar su ropa mojada una de las empleadas le cambio la ropa para que no enfermara.-Señorita Petit, yo la conozco a usted desde hace mucho, siempre he admirado su belleza y entrega para los negocios, por eso quiero hablar algo muy importante con usted –expone.Ella se queda sorprendida pues ella no tiene idea de con quien está hablando, le pregunta su nombre y al escucharlo se queda mas sorprendida, pues todos conocen el nombre del diablo, de ese hombre sin corazón y que no tiene piedad por nadie ¿por qué por ella si está demostrando piedad?-Lo siento señor Dubois, pero todo el mundo conoce de su vida, y lo más importante, todo el mundo le teme, no creo que usted y yo tengamos algo en común como para hablar –dice sincera, no soy digna de hablar con un Ceo como usted.Él le expresa que es bueno que tenga claro quién es, pero que conoce todo por lo que ella está pasando en este momento, y el necesita algo que solo quiere de ella.-Quiero que usted señorita Petit se case conmigo…Elizabeth no puede creer lo que está escuchando, un hombre como ese pidiéndole que sea su esposa, el hombre que todas las mujeres de sociedad quieren tener, no solo por su aspecto físico, si no por su poder, un hombre como este intimida a todos.-Señor Dubois, yo no soy una mujer digna para usted, estoy casada, tuve un…mi padre está en la ruina, no puedo lo siento.-Es bueno que sepas quien soy, pero solo te diré esto una vez más, piénsalo bien, yo quiero que seas mi esposa, cásate conmigo –expone con una cara neutral, no hay ninguna expresión en su rostro, es un hombre tan frio que es difícil de descifrar.Elizabeth no sabe qué pasa, ¿Por qué un hombre como el que puede tener la mujer que quiera a sus pies quiere casarse precisamente con ella sin importar nada? Ese misterio la confunde.Pero su respuesta es la misma, le dice que no puede casarse con él, ella cree que no es correcto casarse con un hombre que no conoce bien, además a pesar de todo lo vivido sigue pensando en Lorenz
La noche está muy fría, las calles un poco húmeda, pero eso no es impedimento para Elizabeth, ella quiere llegar pronto a ese club, quiere ver a ese hombre llamado Richard Leroy, el socio y abogado de la empresa que antes era de ella.Llega y en la entrada hay muchos hombres de seguridad, este lugar es muy elegante y las personas entran con invitación y muy bien vestidas, los trajes de las mujeres y hombres de este lugar cuestan millones de dólares, no cualquiera puede entrar.Las personas que entran la miran de arriba a bajo, ella es muy popular aquí, pues es la mujer más codiciada del país, la llaman la musa de Francia, pues todos quieren estar a su lado por ser la mujer más bella.Ella trata de entrar, pero los guardias la detienen, nunca antes lo habían hecho.-Solo puede ingresar con invitación –dice con desprecio uno de ellos.Las personas la miran y murmuran de ella.-No tiene cordura esta mujer, acaba de perder a su hijo y su padre está en ruina muriendo en una clínica,
Elizabeth le suplica a Bastián, pero sus palabras son directas.-Te advertí que no doy segundas oportunidades, así que levante y no supliques más – dice con una mirada fría, una expresión tan extraña que Elizabeth supo que estaba perdida.Pero siempre escucho que el señor Dubois es un hombre que nunca se negaba a un desafío, o a una apuesta, que le encantan las carreras y ella es muy buena en esas cosas, a pesar de ser una mujer delicada y muy culta, le encanta la adrenalina y en las carreras de motos con Lorenzo siempre fue feliz, juntos disfrutaban de ellas.Sin pensarlo una vez más él estaba en sus pensamientos. El señor Dubois se aleja con elegancia al lado de más de trece guardaespaldas.Elizabeth le grita. Bastián te reto a una carrera.Él se detiene, pero aun no la mira, sigue de espaldas, las personas a su alrededor se quedan sorprendidas y empiezan a comentar.-Que tonta, no sabe que ese hombre nunca pierde, está loca esta mujer terminara muerta.-Te reto, sé que nunca
Elizabeth entra al taxi, le dice al conductor a donde se dirige, el conduce y nota que su pasajera esta totalmente dormida. Desde que Elizabeth tuvo él bebe no ha descansado lo que una mujer en su estado debería, han sido muchos problemas, muchos inconvenientes en los que se ha visto envuelta. Llegan a la clínica en la que se encuentra su padre, el conductor la llama hasta por fin lograr despertarla, en su rostro se nota el cansancio, el agotamiento, después de pagarle al chofer sube a la habitación en que se encuentra su padre, al entrar ve a un Jacobo muy preocupado.-Señorita, disculpe que me meta, sé que no debo hacerlo, pero su padre preferiría mil veces ir a prisión a que usted se case con ese hombre, las cosas que dicen de él son muy malas, piénselo bien.-¿Qué haría mi padre si yo estuviera en la situación de él? -Entiendo, usted es la persona que el señor Petit más ama en el mundo, el daría la vida por usted.-Exacto, mi padre es a quien más amo, es la única persona
Al salir de la ducha Elizabeth no sabe que ponerse, busca entre sus cosas con una actitud extraña, en su ropero aún hay pertenecías de Lorenzo, él se quedaba con ella a dormir en ocasiones, incluso días antes de la boda se había mudado con ella en su casa, pues su padre lo quería tanto que se lo propuso.Llega un paquete y una de las empleadas se lo entrega, mira que es y su corazón siente desfallecer, son unas rodilleras especiales, un recuerdo doloroso y fugaz llega a su mente. Dos años atrás Elizabeth y Lorenzo estuvieron en unas competencias en otra ciudad con unos amigos, esa carrera fue muy peligrosa, pues fue cerca de unas montañas, Elizabeth conducía aquella noche, un animal se atravesó de la nada y tuvo un casi fatal accidente, Elizabeth quedo tirada en calle llena de sangre, estaba inocente, se veía muy mal, Lorenzo estaba muy lastimado, su pierna sufrió una lección muy grave, pero aun así no le importo, la tomo en sus brazos y corrió con ella hasta el hospital más cercan
La mirada de Lorenzo es de rabia, de furia, nunca se imaginó que Elizabeth haría algo como eso, él siempre pensó que ella no era una mujer fuerte, él se la imaginaba en casa llorando y al verla pensó que venía a suplicar por volver, pero al verla enfrentarlo, al verla quemar esos recuerdos como si no significara nada le dolió más de lo que quiere reconocer, se ofendió.-Por ultimo quemare esto con mi promesa, nunca te lo dije, pero el día que salvaste mi vida hice un juramento, y lo cumplí hasta el último momento, jure que te protegería, que haría lo que sea por ti, pues cuando me salvaste, pusiste en riesgo tu vida y las cosas que más te gustaba hacer, en esta caja estaban unas rodilleras especiales, que aliviarían en algo el dolor que sientes en estas temporadas, pero con ellas doy por terminada mi promesa.-¡He…! Lorenzo trato de decir algo, pero no pudo, solo la observo.Elizabeth se voltea y deja caer una que otra lágrima que se escaparon sin permiso, ella se limpia y sube en
Bastián se va en su auto, el nunca falta a su palabra, ni siquiera por una diosa como lo es Elizabeth.Elizabeth se queda parada con lágrimas en sus ojos, ella piensa en su horrible destino, en lo que le espera al lado de esos hombres, ella sabe que Bastián no es el hombre que ama, pero al menos es una persona joven y hombre muy apuesto, su rostro es de dioses de época romana, si Poseidón, hades y Zeus tienen un rostro hermoso seria como el de Bastián.Simón se queda mirándola y le pide que se olvide de todo, que lo mejor será que cuide de su padre ahora que ya no están los hombres para cuidarlo, porque su vida corre peligro, Elizabeth le pide a Jacobo que corra a cuidar de su padre antes que sea tarde, pero él no sabe qué hacer, porque también Elizabeth lo necesita.-No te preocupes por mí, yo me se defender sola, lo único que te pido es que cuides de mi padre, dame las llaves del auto porque yo no dejare las cosas así, me hare cargo de esto.Jacobo sale rumbo a la clínica en un
CAPITULO 10 Elizabeth presencia como se llevan aquella mujer que minutos antes era secretaria personal de Bastián y que ahora no solo se quedó sin empleo, sino que también será sacada del país.Bastián Dubois, una persona fría y cruel, ese es el pensamiento de todos sus empleados, pero también dicen que es un hombre justo, que si cumples sus reglas te ira bien a su lado, el trata a la gente con justicia, pero no perdona los errores.Todos están aturdidos por lo que paso, en ese momento se ve abrir el ascensor personal de Bastián Dubois, el viene con todos sus guardaespaldas, los empleados se hacen a los costados y se inclinan al verlo, Elizabeth aprovecha ese momento para entrar corriendo.-Por favor escúchame, déjame hablar contigo, tienes que saber mis razones – dice Elizabeth poniéndose enfrente para obstruirle el paso.-Señorita Petit, fui muy claro con usted, quiero que se retire y me deje en paz, ya no me interesa verla, ni oírla.Todos observan y murmuran al ver el atrev