Elizabeth no puede creer lo que está escuchando, un hombre como ese pidiéndole que sea su esposa, el hombre que todas las mujeres de sociedad quieren tener, no solo por su aspecto físico, si no por su poder, un hombre como este intimida a todos.
-Señor Dubois, yo no soy una mujer digna para usted, estoy casada, tuve un…mi padre está en la ruina, no puedo lo siento.-Es bueno que sepas quien soy, pero solo te diré esto una vez más, piénsalo bien, yo quiero que seas mi esposa, cásate conmigo –expone con una cara neutral, no hay ninguna expresión en su rostro, es un hombre tan frio que es difícil de descifrar.Elizabeth no sabe qué pasa, ¿Por qué un hombre como el que puede tener la mujer que quiera a sus pies quiere casarse precisamente con ella sin importar nada? Ese misterio la confunde.Pero su respuesta es la misma, le dice que no puede casarse con él, ella cree que no es correcto casarse con un hombre que no conoce bien, además a pesar de todo lo vivido sigue pensando en Lorenzo, lo sigue amando.-Lo siento, pero mi respuesta es la misma –indica y sale corriendo de la habitación en busca de la salida.Él se queda furioso y manda a las empleadas a lavar toda la casa, no quiere sentir más ese aroma que le resulta tan perturbador y lo llevan a esa noche meses atrás.Su ira es tan grande que destruye todo a su paso.-Quiero que todo lo que toco, que el piso donde piso lo laven, no quiero ni un rastro de que ella estuvo aquí, no quiero sentir más ese maldito aroma – grita y se va para su estudio con fuego saliendo de sus ojos.Elizabeth corre por esa enorme mansión buscando la salida, no le importa ni un poco la vestimenta que trae, esta prácticamente en paños menores, pero es lo menos importante con el miedo que siente, con el dolor que alberga en su corazón después de lo ocurrido, siente que su vida se acabó con la llegada de ese bebe, en solo pocos días lo perdió todo y está a punto de perder a su padre también. Es mucho dolor para tampoco tiempo, siente que pierde la razón, que nada tiene sentido.-Señorita ¿a dónde va con esa tormenta? Es peligroso puede enfermar – señala un joven de cabello rubio hermoso, lo extraño son su ojos, son oscuros, Elizabeth siente que esa mirada ya la ha visto y no se equivoca, solo han pasado minutos desde que salió de esa habitación.-Solo quiero saber dónde está la salida, no importa lo demás – expone nerviosa.Él le indica porque pasillo es y ella corre en busca de aquella salida que piensa es su libertad, el chico de nombre Simón la sigue, él sabe que esa mujer necesita ayuda.Las calles de aquel lugar están solitarias y el frio es inevitable con esa gran tempestad, los rayos caen, el miedo de ser cogida por uno no está, piensa que es lo mejor que podría pasarle.-Ven, sube, yo te llevo donde quieras, está muy fuerte esta tempestad, es mejor que subas –indica Simón. En un coche deportivo y de gran valor, tiene incluso incrustes de oro.Elizabeth no entiende cómo puede confiar en alguien que acaba de conocer, pero ese joven le produce eso.Camino hacia la clínica donde se encuentra su padre deja salir una que otra lágrima, solo puede revivir en su mente lo vivido.Se repite con frecuencia como una película, pasan todos esos lindos momentos donde creyó tenerlo todo.-Gracias por traerme –dice cortante y se baja del auto. Va hacia la habitación donde está su padre, al llegar ve que todo está destruido, hay vidrios y cosas así en el suelo, los muebles están volteados y a lo lejos ve a su padre en esa camilla.Los responsables de ese desastre son las mismas personas con las que se relacionan, son dos de los socios de la empresa. Jair y Walter.-¿Qué hacen como pueden tratar así a mi padre? El confió en ustedes, eran sus mejores amigos – llora la ver tan cruel escena.-Si al igual que Lorenzo pequeña Elizabeth, Pero la vida es así, solo lo más listos resultan vencedores, y Lorenzo hizo muy buen trabajo al deshacerse de ustedes ¿sabes? siempre lo envidie por estar con una belleza como tú, ahora es mi turno de mostraste que es un hombre de verdad, por mucho tiempo calle esta sentimiento y las ganas de hacerte mía por respeto hacia él y no arruinar los planes, pero ya no es necesario.Ella mira con asco a aquel hombre feo, gordo y desagradable que es Walter, Jair solo ríe y pide que luego será su turno, en ese instante llega Jacobo y comienza a luchar con ellos, pero es en vano, está herido por una pelea que tuvo con unos hombres que minutos atrás intentaron matar al señor PetitTodo se vuelve un caos, una locura, Walter agarra con fuerza a Elizabeth, quien trata de defenderse con todas sus fuerzas, pero es en vano, Walter trata de rasgar su camisa, el pretende grabarla desnuda y luego abusar de ella, piensa ridiculizarla en las redes sociales, para acabar con el poco prestigio que le queda.Elizabeth pierde la lucha con esos hombres, solo puede llorar y suplicar que no le hagan nada, cuando el tipo ve la marca de la camisa que trae puesta cambia y se aleja un poco.En aquella camisa hay una etiqueta con el símbolo de una calavera y dos espadas que es símbolo de la familia Dubois, pero en este momento el que usa ese símbolo para todo es Dubois más conocido como el diablo.El miedo en aquellos hombres es aterrador, esa etiqueta está hecha con una pequeña herradura de oro puro y en los ojos de la calavera dos diamantes. Con solo ver eso Walter y Jair saben que no se pueden meter con ella, pues está en manos del diablo.-Por ahora te salvaste, te salvo el diablo, pero no correrás la próxima vez con la misma suerte – expone Jair y se van con una cara de terror.Ellos no entienden como Elizabeth puede tener una camisa del diablo, como ella puede llegar a estar tan cerca de ese hombre al que todo un país teme.Jacobo y Elizabeth son atendidos por el médico del señor Alphonse Petit.-Señorita la salud de su padre ha ido mejorando, los médicos dicen que es posible que en un par de días despierte y por fin este consciente. Pero no sé si sea bueno, en cuanto eso pase su padre tendrá que ir a la corte y posiblemente ira preso por culpa de sus socios.La noticia para Elizabeth es terrible, ella no lo puede permitir, su padre es todo lo que le queda, no quiere exponerlo y perderlo.-Eso no pasara, veré la forma de recuperar lo que nos robaron, pero al parecer no me has dicho todo, que paso con Lorenzo, ¿por qué de un momento a otro reacciono de esa manera con nosotros, llevamos 4 años juntos no entiendo que pasa? Sé que tú sabes algo mas dímelo por favor, no me ocultes nada te lo suplico. Jacobo se ve obligado a contarle todo lo que paso y se lo narra paso a paso.-Resulta que Lorenzo y Julia Durand se conocían desde niños, siempre fueron a los mismos colegios, se querían mucho y fueron el primer amor el uno del otro desde los quince años, hace cuatro años y medio su relación termino y ahí se conocieron Lorenzo y usted, después de eso todo estaba bien, él y su padre eran buenos amigos y socios, pero su padre al ver lo enamorada que usted estaba y que se iban a casa investigo toda la vida de Lorenzo pues es un hombre sin familia, una persona solitaria, al indagar tanto dio con la familia Durand quienes tiempo atrás tuvieron negocios con su padre y usted. Ustedes fueron los responsables de llevar a esas personas a la ruina, el odio en la chica creció y venia dispuesta a vengarse de ustedes, cuando eso paso su padre me ordeno llevármela lejos y fracase en mi misión, ella huyo y localizo al señor Lorenzo que le compró una casa y de seguro ahí planearon todo, pero lo que usted no sabe es que esa mujer, la señorita Julia atropello a una chica embarazada de un hombre muy poderoso y peligroso, no se de quien se trata pues esta ciudad como usted lo sabe está llena de ellos. No sabemos cómo solucionaron el problema, pues esa mujer perdió el hijo.-Yo sé cómo lo hicieron, me engañaron para que me acostara con ese hombre y tuviera un hijo de él y así ellos no terminar en la cárcel, eso fue lo que paso.Esa conversación le sirvió mucho a Elizabeth para entender que es lo que pasaba, pero ahora debería ser fuerte y ver la manera de que su padre no fuera a la cárcel, ella sale del clínica sin importar su estado, ella sabe que si quiere terminar con esto y ayudar a su papá solo hay un lugar en la ciudad donde puede ir, es el club Candela, en ese lugar van las personas con más dinero y poder para hacer negocios, ahí puede encontrar respuesta a todo este infierno, también tontamente guarde dentro ella la ilusión de verlo una vez más, de encontrarlo y que le diga que todo esto solo fue una pesadilla, que él está ahí para ella y la ayudara a salir adelante, ella quiere escuchar que el la ama, que ella es importante para él, que dejara esa mujer con tal de estar con ella.Sale vestida con una bata de hospital y unas pantuflas, para ella no importa nada más que poder encontrar la ayuda que necesita, aún le queda un socio de su padre que al parecer no está envuelto en esto, esa es la luz que ella quiere aun tener encendida pues de lo contrario estaría perdida en esas tinieblas…La noche está muy fría, las calles un poco húmeda, pero eso no es impedimento para Elizabeth, ella quiere llegar pronto a ese club, quiere ver a ese hombre llamado Richard Leroy, el socio y abogado de la empresa que antes era de ella.Llega y en la entrada hay muchos hombres de seguridad, este lugar es muy elegante y las personas entran con invitación y muy bien vestidas, los trajes de las mujeres y hombres de este lugar cuestan millones de dólares, no cualquiera puede entrar.Las personas que entran la miran de arriba a bajo, ella es muy popular aquí, pues es la mujer más codiciada del país, la llaman la musa de Francia, pues todos quieren estar a su lado por ser la mujer más bella.Ella trata de entrar, pero los guardias la detienen, nunca antes lo habían hecho.-Solo puede ingresar con invitación –dice con desprecio uno de ellos.Las personas la miran y murmuran de ella.-No tiene cordura esta mujer, acaba de perder a su hijo y su padre está en ruina muriendo en una clínica,
Elizabeth le suplica a Bastián, pero sus palabras son directas.-Te advertí que no doy segundas oportunidades, así que levante y no supliques más – dice con una mirada fría, una expresión tan extraña que Elizabeth supo que estaba perdida.Pero siempre escucho que el señor Dubois es un hombre que nunca se negaba a un desafío, o a una apuesta, que le encantan las carreras y ella es muy buena en esas cosas, a pesar de ser una mujer delicada y muy culta, le encanta la adrenalina y en las carreras de motos con Lorenzo siempre fue feliz, juntos disfrutaban de ellas.Sin pensarlo una vez más él estaba en sus pensamientos. El señor Dubois se aleja con elegancia al lado de más de trece guardaespaldas.Elizabeth le grita. Bastián te reto a una carrera.Él se detiene, pero aun no la mira, sigue de espaldas, las personas a su alrededor se quedan sorprendidas y empiezan a comentar.-Que tonta, no sabe que ese hombre nunca pierde, está loca esta mujer terminara muerta.-Te reto, sé que nunca
Elizabeth entra al taxi, le dice al conductor a donde se dirige, el conduce y nota que su pasajera esta totalmente dormida. Desde que Elizabeth tuvo él bebe no ha descansado lo que una mujer en su estado debería, han sido muchos problemas, muchos inconvenientes en los que se ha visto envuelta. Llegan a la clínica en la que se encuentra su padre, el conductor la llama hasta por fin lograr despertarla, en su rostro se nota el cansancio, el agotamiento, después de pagarle al chofer sube a la habitación en que se encuentra su padre, al entrar ve a un Jacobo muy preocupado.-Señorita, disculpe que me meta, sé que no debo hacerlo, pero su padre preferiría mil veces ir a prisión a que usted se case con ese hombre, las cosas que dicen de él son muy malas, piénselo bien.-¿Qué haría mi padre si yo estuviera en la situación de él? -Entiendo, usted es la persona que el señor Petit más ama en el mundo, el daría la vida por usted.-Exacto, mi padre es a quien más amo, es la única persona
Al salir de la ducha Elizabeth no sabe que ponerse, busca entre sus cosas con una actitud extraña, en su ropero aún hay pertenecías de Lorenzo, él se quedaba con ella a dormir en ocasiones, incluso días antes de la boda se había mudado con ella en su casa, pues su padre lo quería tanto que se lo propuso.Llega un paquete y una de las empleadas se lo entrega, mira que es y su corazón siente desfallecer, son unas rodilleras especiales, un recuerdo doloroso y fugaz llega a su mente. Dos años atrás Elizabeth y Lorenzo estuvieron en unas competencias en otra ciudad con unos amigos, esa carrera fue muy peligrosa, pues fue cerca de unas montañas, Elizabeth conducía aquella noche, un animal se atravesó de la nada y tuvo un casi fatal accidente, Elizabeth quedo tirada en calle llena de sangre, estaba inocente, se veía muy mal, Lorenzo estaba muy lastimado, su pierna sufrió una lección muy grave, pero aun así no le importo, la tomo en sus brazos y corrió con ella hasta el hospital más cercan
La mirada de Lorenzo es de rabia, de furia, nunca se imaginó que Elizabeth haría algo como eso, él siempre pensó que ella no era una mujer fuerte, él se la imaginaba en casa llorando y al verla pensó que venía a suplicar por volver, pero al verla enfrentarlo, al verla quemar esos recuerdos como si no significara nada le dolió más de lo que quiere reconocer, se ofendió.-Por ultimo quemare esto con mi promesa, nunca te lo dije, pero el día que salvaste mi vida hice un juramento, y lo cumplí hasta el último momento, jure que te protegería, que haría lo que sea por ti, pues cuando me salvaste, pusiste en riesgo tu vida y las cosas que más te gustaba hacer, en esta caja estaban unas rodilleras especiales, que aliviarían en algo el dolor que sientes en estas temporadas, pero con ellas doy por terminada mi promesa.-¡He…! Lorenzo trato de decir algo, pero no pudo, solo la observo.Elizabeth se voltea y deja caer una que otra lágrima que se escaparon sin permiso, ella se limpia y sube en
Bastián se va en su auto, el nunca falta a su palabra, ni siquiera por una diosa como lo es Elizabeth.Elizabeth se queda parada con lágrimas en sus ojos, ella piensa en su horrible destino, en lo que le espera al lado de esos hombres, ella sabe que Bastián no es el hombre que ama, pero al menos es una persona joven y hombre muy apuesto, su rostro es de dioses de época romana, si Poseidón, hades y Zeus tienen un rostro hermoso seria como el de Bastián.Simón se queda mirándola y le pide que se olvide de todo, que lo mejor será que cuide de su padre ahora que ya no están los hombres para cuidarlo, porque su vida corre peligro, Elizabeth le pide a Jacobo que corra a cuidar de su padre antes que sea tarde, pero él no sabe qué hacer, porque también Elizabeth lo necesita.-No te preocupes por mí, yo me se defender sola, lo único que te pido es que cuides de mi padre, dame las llaves del auto porque yo no dejare las cosas así, me hare cargo de esto.Jacobo sale rumbo a la clínica en un
CAPITULO 10 Elizabeth presencia como se llevan aquella mujer que minutos antes era secretaria personal de Bastián y que ahora no solo se quedó sin empleo, sino que también será sacada del país.Bastián Dubois, una persona fría y cruel, ese es el pensamiento de todos sus empleados, pero también dicen que es un hombre justo, que si cumples sus reglas te ira bien a su lado, el trata a la gente con justicia, pero no perdona los errores.Todos están aturdidos por lo que paso, en ese momento se ve abrir el ascensor personal de Bastián Dubois, el viene con todos sus guardaespaldas, los empleados se hacen a los costados y se inclinan al verlo, Elizabeth aprovecha ese momento para entrar corriendo.-Por favor escúchame, déjame hablar contigo, tienes que saber mis razones – dice Elizabeth poniéndose enfrente para obstruirle el paso.-Señorita Petit, fui muy claro con usted, quiero que se retire y me deje en paz, ya no me interesa verla, ni oírla.Todos observan y murmuran al ver el atrev
Bastián Dubois al sentir los dulces labios de Elizabeth no sabe cómo reaccionar, que hacer.Elizabeth siente como se pone Bastián y profundiza el beso, ella lo da todo en ese beso, porque sabe que dé él depende todo.Las personas alrededor están asombrados, no saben que hará el señor Dubois al encontrarse en una situación como esta.Dubois responde al beso de Elizabeth, él se deja llevar por la pasión del momento, por la dulzura de ese beso, nunca había sentido algo como eso, nunca ninguna mujer le dio un beso así.Ambos se quedan mirando fijamente.-Elizabeth, cumpliré con mi promesa, pero quiero que leas cada una de las palabras que están escritas en las cláusulas del contrato, te juro que si incumples alguna acabare contigo y con toda tu familia, y esta vez no habrá un tal vez.-Te juro por mi vida que lo hare.Bastián le dice que lo siga, que entre en su auto, pero antes le dice a todos los que presenciaron es un secreto, que si alguien se da cuenta los despide a todos y lo