Elizabeth entra al taxi, le dice al conductor a donde se dirige, el conduce y nota que su pasajera esta totalmente dormida.

Desde que Elizabeth tuvo él bebe no ha descansado lo que una mujer en su estado debería, han sido muchos problemas, muchos inconvenientes en los que se ha visto envuelta.

Llegan a la clínica en la que se encuentra su padre, el conductor la llama hasta por fin lograr despertarla, en su rostro se nota el cansancio, el agotamiento, después de pagarle al chofer sube a la habitación en que se encuentra su padre, al entrar ve a un Jacobo muy preocupado.

-Señorita, disculpe que me meta, sé que no debo hacerlo, pero su padre preferiría mil veces ir a prisión a que usted se case con ese hombre, las cosas que dicen de él son muy malas, piénselo bien.

-¿Qué haría mi padre si yo estuviera en la situación de él?

-Entiendo, usted es la persona que el señor Petit más ama en el mundo, el daría la vida por usted.

-Exacto, mi padre es a quien más amo, es la única persona que tengo en mi vida, y yo también daría todo por él.

En la ciudad Elizabeth y Bastián son personas muy importantes, por eso su carrera no pasó desapercibida, casi todo el país está enterado de lo que paso, y del matrimonio.

Llegan cinco hombres bien armados y piden hablar con ella. Y detrás de ellos Simón.

-Señorita, Musa de Francia, al parecer todo está bien con el señor Dubois, me alegra volver a verla, él le envía este documento para que lo firme, son unas cláusulas y también un contrato, le recomiendo que lo lea bien el señor Dubois es un hombre muy justo, pero no le gusta que le incumplan –dice muy serio.

Ella no le dio importancia y lo firmo sin leer. Al parecer ya nada le importa, Elizabeth sabe que una vez este casada con el Señor Dubois su vida cambiara, lo que no sabe es, si para bien o para mal.

Elizabeth le pide a Jacobo que la lleva a casa de su padre, hace tiempo, exactamente diez meses que no vive en ese lugar, pero toda su ropa de soltera y sus cosas están ahí, dejan a cargo de su padre a los hombres que Dubois mando, les pide que la tengan informada cualquier reacción de su padre o si pasa algo.

Llega a casa y se siente como una extraña, las empleadas la reciben con mucho cariño pues ella siempre las ha tratado de una forma muy especial, Elizabeth es una persona dulce que no define a las personas por sus trabajos o situación económica. Por eso se ha ganado el cariño y el respeto de todos lo que están a su servicio.

Sube a su vieja habitación y por todas partes tiene fotos de ella con Lorenzo, al ver cada una, un recuerdo llega a su mente, y son como dagas a su corazón, ella por primera vez siente que lo perdió, aún se negaba lo evidente, su corazón es un masoquista que solo pensaba en Lorenzo y que todo esto era mentira, por ese motivo no se había derrumbado por completo, toma cada una de las fotografías y regalos que él le dio, los mete en una maleta entre lágrimas. No puede evitar sentir ese dolor.

Decide despedirse de aquel amor y para olvidarlo para siempre jura vengarse de cada cosa que le hizo él y Julia. La forma en la que la engañaron, como la hicieron pagar por algo que ella no hizo, ella se imagina que lo del bebe es una mentira, que ellos deben de saber quién es el padre y donde está.

Esa mujer logro matar todo lo que Lorenzo decía sentir por Elizabeth, Julia maneja a su antojo a Lorenzo, el hace todo lo que le dice y solo vive por ella. Elizabeth decide empezar a planear la forma de hacerlos sufrir, de que paguen por cada una de sus lágrimas, quiere que ellos sientan el mismo dolor por el que ella está pasando, porque aun lo sufre, Elizabeth sabe que ese dolor estará presente por mucho tiempo dentro de ella. El ver a Lorenzo besando a otra mujer, tratarla con tanto amor, con tanto cariño, con tanta atención, ese recuerdo de ellos juntos la mata.

De la nada a su cabeza llega la pregunta de ¿dónde estará su hijo, quien lo tendrá, quien será el padre de ese bebe de ojos oscuros y de rostro hermoso? Pues esas fueron las palabras de las enfermeras. Ella nunca quiso pensar en él pues sabía que no estaría a su lado, que lo entregaría a ese hombre desconocido con el que estuvo por primera y última vez, ella solo ha estado con un hombre en su vida y ese hombre es alguien desconocido, alguien del que no sabe ni el nombre, un hombre que lo único que recuerda es su aroma, ese perfume nunca antes lo había sentido, solo dos veces y es una locura pensar en quien.

Elizabeth se acuesta en su cama, pero antes pone una alarma, sabe que mañana se define su vida y la de su padre.

Ella duerme plácidamente, de alguna manera se siente tranquila y estar en su cama cómoda y poder descansar es un privilegio.

Elizabeth está en la ducha, deja que el agua caiga en su cuerpo, no puede evitar pensar en lo que le espera, en la nueva vida que tendrá, tiene miles de preguntas y cualquiera en su lugar las tendría, casarse con un hombre que no conoce, un hombre que todo mundo teme, un hombre con una mirada que le hace sentir miedo, temor, ganas de salir corriendo, un hombre de expresión fría y sombría…

Las recomendaciones de las personas que han escuchado de él la preocupan, ella si había escuchado de él, si sabía que era un hombre apuesto, poderoso, un hombre que es mejor no toparse, su padre en muchas ocasiones se lo mencionó, pero ella no pensaba que tendría que hablar con él y mucho menos casarse