Elizabeth le suplica a Bastián, pero sus palabras son directas.
-Te advertí que no doy segundas oportunidades, así que levante y no supliques más – dice con una mirada fría, una expresión tan extraña que Elizabeth supo que estaba perdida.Pero siempre escucho que el señor Dubois es un hombre que nunca se negaba a un desafío, o a una apuesta, que le encantan las carreras y ella es muy buena en esas cosas, a pesar de ser una mujer delicada y muy culta, le encanta la adrenalina y en las carreras de motos con Lorenzo siempre fue feliz, juntos disfrutaban de ellas.Sin pensarlo una vez más él estaba en sus pensamientos. El señor Dubois se aleja con elegancia al lado de más de trece guardaespaldas.Elizabeth le grita. Bastián te reto a una carrera.Él se detiene, pero aun no la mira, sigue de espaldas, las personas a su alrededor se quedan sorprendidas y empiezan a comentar.-Que tonta, no sabe que ese hombre nunca pierde, está loca esta mujer terminara muerta.-Te reto, sé que nunca dices que no cuando alguien te reta, y eso quiero yo, vencerte en una carrera, si gano seré tu esposa –expresa. Ella sabe que será muy difícil ganarle y que las probabilidades son una en un millón, pero no tiene nada más que perder.-¿Si acepto tu reto, que puedo ganar yo?-Pues sé que no te puedo dar nada, y al contrario, si tu ganas perderé todo, pero ya no me importa ser más humillada de lo que soy, mira a nuestro alrededor, días atrás todas estas personas se hacían llamar mis amigos, éramos muy cercanos, pero en cuanto más lo he necesitado me han dado la espalda y no se cansan de hablar de mí, ellos se gozan con mi desdicha, están felices de verme así, por eso te ofrezco mi dignidad, pues si tu ganas quedara por el suelo.-Señor no tiene que hacerlo, me parece algo ridículo, pues usted lo tiene todo y…El hombre de confianza y su jefe de seguridad al ver la mirada que Bastián le da se queda callado y no termina de decir lo que quería, pues sabe que puede morir si sigue hablando.-Está bien, me parece un buen trato, acepto tu reto, si tú me ganas te convertirás en mi esposa, pero si pierdes no solo tu dignidad será ira conmigo también tendrás que ser mi empleada personal, serás mi mucama ¿aceptas? – dice con una casi sonrisa en su rostro, pues él tiene claro que no perderá y la quiere hacer pagar por haberlo rechazado el otro día.Ella no lo piensa dos veces, pues sabe que de todas maneras no tiene nada, ya su vida está destruida, además esta es la única opción para salvar a su enfermo padre de ir a prisión.-Claro que acepto –señala y salen a la calle para comenzar con la carrera. Todas las personas que estaban en el club salen de espectadores, no quieren perderse un solo momento de esa carrera, todos quieren ver como Elizabeth fracasa.Bastián Dubois sube a su lujoso auto deportivo con incrustes de oro, y mira por la ventana con arrogancia.-¿Dónde está tu auto, como competirás en un taxi? – pregunta ridiculizándola.-Mi auto está en casa, pero puedo conducir cualquier cosa y vi una espectacular motocicleta por haya – señala y sube en ella, por ser un lugar de clase alta no son frecuente los robos así que el dueño dejo las llaves puestas en la motocicleta.Al ver que una chica la va a conducir el dueño trata de detenerla, pues es un regalo de su padre.Julieth le dice que la deje manejar, que ella pagara por la motocicleta en caso de que sufra algún daño. Ella solo quiere ver derrotada a Elizabeth, solo quiere verla perder su dignidad.-Estás listo para perder –señala Bastián.-Espero tu si lo estés – responde con una falsa sonrisa, ella no quiere que nadie se dé cuenta de lo nerviosa que está.La carrera inicia ella toma la delantera, las calles están un poco solitarias y eso es perfecto para el momento. Elizabeth, mira por el retrovisor y ella no es tonta, sabe que Bastián le está dando una ventaja, que segundos después pierde, él se hace justo al lado de ella y le sonríe, es la primera vez que alguien nota una sonrisa en ese rostro que siempre muestra frialdad y crueldad. Él se pone por delante de ella solo por unos milímetros, quiere hacerla sufrir en su derrota, quiere ganar hasta el último momento.Elizabeth sabe que es lo que el pretende y piensa que ya está todo perdido, que la única forma de salvar a su padre seria poniéndose en manos de esos asquerosos hombres, que solo satisficieran sus deseos más sucios con ella.Sabe que no puede permitirlo e idea un plan de último momento, conduce lo más veloz que puede e intenta chocar la moto con la parte trasera del auto de Bastián, él al ver lo desesperada que ella esta hace su coche hacia un lado y ella llega a la meta de primera, resulta vencedora.Todos se quedan sorprendidos, y hacen comentarios negativos al respeto, le gritan tramposa, eso no es justo, eres una desleal y mil insultos más. Ella baja de la motocicleta y no le da importancia a las palabras de los demás solo se dirige hacia Bastián que baja del auto mirándola fijamente.-Señor no tiene por qué casarse con ella, esa mujer hizo trama todos lo vimos –dice su empleado de confianza.Lo mira con una mirada de ganadora, a pesar de las palabras de los demás, de los insultos hacia su persona y de condenarla por hacer trampa, ella sabe que gano y que con eso obtendrá lo que quiere.-Sé que dirás que hice trampa, pero…-Ganaste, mañana te espero a las diez de la mañana en el ayuntamiento, no llegues tarde, y espero que vayas bien presentada – dice y sube a su auto, llama a todos los guardaespaldas y les dice que se van, pero ella lo detiene.-Espera, seré tu esposa mañana, pero tengo una condición -indica.-Tu padre no ira a la cárcel, te lo aseguro, todo está bien, esos hombres no harán nada en contra de ti y tu padre – dice y sale a toda prisa en su auto. Elizabeth se pregunta ¿Cómo sabe lo de su padre? Ella se casara con un extraño, pero al parecer él conoce todo de su vida, entonces ¿por qué quiere casarse con ella cuando acaba de tener un hijo, y fracaso en un matrimonio, una mujer con tantos problemas? Cree que él también tiene un interés al casarse con ella, pero por ahora dejara todo así, luego se preocupara por buscar la forma de averiguar qué hay detrás de todo esto. -¿Eres tan ridícula e insignificante que tienes que hacer esto para conseguir un hombre? –expresa Julieth con desprecio.-Yo creo que la única ridícula eres tú, siempre has sentido envidia y desprecio por mí, deja eso atrás, no creas que eres el centro del universo.Elizabeth le entrega las llaves y la motocicleta al dueño, le agradece.-Tienes suerte de que te la prestara, solo agradécele a tu amiga.-Sabía que tu tenías que ver en esto, no soy tan ilusa, tu pensaste que yo perdería, solo querías que las personas terminaran burlándose de mí, pero nada te salió bien, tendrás que seguir conformándote con el segundo lugar, porque hasta con esta bata de hospital, siempre seré mejor que tú.Elizabeth aún no cree que haya tenido el valor de decirle esas cosas, ella siempre fue callada, pero está cansada de que quieran lastimarla cuando nunca le ha hecho nada.-Eres una basura, tú no te mereces ser la mujer del señor Bastián Dubois, ¿acaso no sabes quién es? Eres nada a su lado, una mujer que acaba de fracasar en su matrimonio, al que el esposo la cambio por su ex, que tuvo un hijo muerto, tú eres nada.Elizabeth solo le da una sonrisa y para un taxi para irse del lugar, se sube al taxi con el corazón hecho trizas, pero se queda con la satisfacción de no dejarse de Julieth…Elizabeth entra al taxi, le dice al conductor a donde se dirige, el conduce y nota que su pasajera esta totalmente dormida. Desde que Elizabeth tuvo él bebe no ha descansado lo que una mujer en su estado debería, han sido muchos problemas, muchos inconvenientes en los que se ha visto envuelta. Llegan a la clínica en la que se encuentra su padre, el conductor la llama hasta por fin lograr despertarla, en su rostro se nota el cansancio, el agotamiento, después de pagarle al chofer sube a la habitación en que se encuentra su padre, al entrar ve a un Jacobo muy preocupado.-Señorita, disculpe que me meta, sé que no debo hacerlo, pero su padre preferiría mil veces ir a prisión a que usted se case con ese hombre, las cosas que dicen de él son muy malas, piénselo bien.-¿Qué haría mi padre si yo estuviera en la situación de él? -Entiendo, usted es la persona que el señor Petit más ama en el mundo, el daría la vida por usted.-Exacto, mi padre es a quien más amo, es la única persona
Al salir de la ducha Elizabeth no sabe que ponerse, busca entre sus cosas con una actitud extraña, en su ropero aún hay pertenecías de Lorenzo, él se quedaba con ella a dormir en ocasiones, incluso días antes de la boda se había mudado con ella en su casa, pues su padre lo quería tanto que se lo propuso.Llega un paquete y una de las empleadas se lo entrega, mira que es y su corazón siente desfallecer, son unas rodilleras especiales, un recuerdo doloroso y fugaz llega a su mente. Dos años atrás Elizabeth y Lorenzo estuvieron en unas competencias en otra ciudad con unos amigos, esa carrera fue muy peligrosa, pues fue cerca de unas montañas, Elizabeth conducía aquella noche, un animal se atravesó de la nada y tuvo un casi fatal accidente, Elizabeth quedo tirada en calle llena de sangre, estaba inocente, se veía muy mal, Lorenzo estaba muy lastimado, su pierna sufrió una lección muy grave, pero aun así no le importo, la tomo en sus brazos y corrió con ella hasta el hospital más cercan
La mirada de Lorenzo es de rabia, de furia, nunca se imaginó que Elizabeth haría algo como eso, él siempre pensó que ella no era una mujer fuerte, él se la imaginaba en casa llorando y al verla pensó que venía a suplicar por volver, pero al verla enfrentarlo, al verla quemar esos recuerdos como si no significara nada le dolió más de lo que quiere reconocer, se ofendió.-Por ultimo quemare esto con mi promesa, nunca te lo dije, pero el día que salvaste mi vida hice un juramento, y lo cumplí hasta el último momento, jure que te protegería, que haría lo que sea por ti, pues cuando me salvaste, pusiste en riesgo tu vida y las cosas que más te gustaba hacer, en esta caja estaban unas rodilleras especiales, que aliviarían en algo el dolor que sientes en estas temporadas, pero con ellas doy por terminada mi promesa.-¡He…! Lorenzo trato de decir algo, pero no pudo, solo la observo.Elizabeth se voltea y deja caer una que otra lágrima que se escaparon sin permiso, ella se limpia y sube en
Bastián se va en su auto, el nunca falta a su palabra, ni siquiera por una diosa como lo es Elizabeth.Elizabeth se queda parada con lágrimas en sus ojos, ella piensa en su horrible destino, en lo que le espera al lado de esos hombres, ella sabe que Bastián no es el hombre que ama, pero al menos es una persona joven y hombre muy apuesto, su rostro es de dioses de época romana, si Poseidón, hades y Zeus tienen un rostro hermoso seria como el de Bastián.Simón se queda mirándola y le pide que se olvide de todo, que lo mejor será que cuide de su padre ahora que ya no están los hombres para cuidarlo, porque su vida corre peligro, Elizabeth le pide a Jacobo que corra a cuidar de su padre antes que sea tarde, pero él no sabe qué hacer, porque también Elizabeth lo necesita.-No te preocupes por mí, yo me se defender sola, lo único que te pido es que cuides de mi padre, dame las llaves del auto porque yo no dejare las cosas así, me hare cargo de esto.Jacobo sale rumbo a la clínica en un
CAPITULO 10 Elizabeth presencia como se llevan aquella mujer que minutos antes era secretaria personal de Bastián y que ahora no solo se quedó sin empleo, sino que también será sacada del país.Bastián Dubois, una persona fría y cruel, ese es el pensamiento de todos sus empleados, pero también dicen que es un hombre justo, que si cumples sus reglas te ira bien a su lado, el trata a la gente con justicia, pero no perdona los errores.Todos están aturdidos por lo que paso, en ese momento se ve abrir el ascensor personal de Bastián Dubois, el viene con todos sus guardaespaldas, los empleados se hacen a los costados y se inclinan al verlo, Elizabeth aprovecha ese momento para entrar corriendo.-Por favor escúchame, déjame hablar contigo, tienes que saber mis razones – dice Elizabeth poniéndose enfrente para obstruirle el paso.-Señorita Petit, fui muy claro con usted, quiero que se retire y me deje en paz, ya no me interesa verla, ni oírla.Todos observan y murmuran al ver el atrev
Bastián Dubois al sentir los dulces labios de Elizabeth no sabe cómo reaccionar, que hacer.Elizabeth siente como se pone Bastián y profundiza el beso, ella lo da todo en ese beso, porque sabe que dé él depende todo.Las personas alrededor están asombrados, no saben que hará el señor Dubois al encontrarse en una situación como esta.Dubois responde al beso de Elizabeth, él se deja llevar por la pasión del momento, por la dulzura de ese beso, nunca había sentido algo como eso, nunca ninguna mujer le dio un beso así.Ambos se quedan mirando fijamente.-Elizabeth, cumpliré con mi promesa, pero quiero que leas cada una de las palabras que están escritas en las cláusulas del contrato, te juro que si incumples alguna acabare contigo y con toda tu familia, y esta vez no habrá un tal vez.-Te juro por mi vida que lo hare.Bastián le dice que lo siga, que entre en su auto, pero antes le dice a todos los que presenciaron es un secreto, que si alguien se da cuenta los despide a todos y lo
La situación en la que esta Elizabeth no es fácil, ella tiene sentimientos encontrados, tiene miedo, está nerviosa por lo que vendrá, y justo en este momento llega esta mujer su asistente, que al parecer es amante de su futuro esposo.-No te necesito, no quiero verte cerca de mí, vete, ya me trajiste a la habitación de ¡Mi futuro esposo! Es suficiente para mí.Ella la mira y sonríe, ella se burla en su cara sin importar nada.-No sea ridícula, ¿crees que te permitiré casarte con un hombre que ya es mío?-¿De qué hablas, como que ya es tuyo?-No solo soy su asistente, yo lo he ayudado a estar en la cima, él y yo tenemos…En ese momento entra Simón y de inmediato Amelia se calla.Elizabeth queda aún más sorprendida, pues sabe que hay algo que le están escondiendo, algo muy importante y al parecer esta mujer tiene que ver con eso.Simón, les da indicaciones, le dice a Elizabeth que en media hora llegaran los mejores estilistas y diseñadores del país, que la ayudaran a arreglarse.
La vida le ha enseñado a Elizabeth en estos últimos días en que todo ese amor que soñó solo existen en las novelas, en los cuentos de hadas, para ella todo eso fue una terrible pesadilla, por eso no le importa nada más, sufrir al lado del diablo para ella es normal, Elizabeth esta decepcionada de la vida, de los hombres, del amor. Se juró a sí misma no volverse a enamorar, no volver a dar todo por otro hombre que no sea su padre.Para ella este matrimonio es algo vacío, algo que solo hace por el único hombre en su vida, ella sabe que esta es su oportunidad para estar en paz, en tranquilidad, para poder lograr una venganza y dejar a muchos con la boca abierta, si, este matrimonio es por interés, por interés de ambos, porque no es tan ilusa para pensar que Bastián Dubois está enamorado de ella.La mirada de la dulce Elizabeth en este momento es oscura, es una mirada neutra, donde no expresa ninguna expresión, ninguna clase de sentimiento.El matrimonio termina, firman los testigos