Elizabeth le suplica a Bastián, pero sus palabras son directas.-Te advertí que no doy segundas oportunidades, así que levante y no supliques más – dice con una mirada fría, una expresión tan extraña que Elizabeth supo que estaba perdida.Pero siempre escucho que el señor Dubois es un hombre que nunca se negaba a un desafío, o a una apuesta, que le encantan las carreras y ella es muy buena en esas cosas, a pesar de ser una mujer delicada y muy culta, le encanta la adrenalina y en las carreras de motos con Lorenzo siempre fue feliz, juntos disfrutaban de ellas.Sin pensarlo una vez más él estaba en sus pensamientos. El señor Dubois se aleja con elegancia al lado de más de trece guardaespaldas.Elizabeth le grita. Bastián te reto a una carrera.Él se detiene, pero aun no la mira, sigue de espaldas, las personas a su alrededor se quedan sorprendidas y empiezan a comentar.-Que tonta, no sabe que ese hombre nunca pierde, está loca esta mujer terminara muerta.-Te reto, sé que nunca
Elizabeth entra al taxi, le dice al conductor a donde se dirige, el conduce y nota que su pasajera esta totalmente dormida. Desde que Elizabeth tuvo él bebe no ha descansado lo que una mujer en su estado debería, han sido muchos problemas, muchos inconvenientes en los que se ha visto envuelta. Llegan a la clínica en la que se encuentra su padre, el conductor la llama hasta por fin lograr despertarla, en su rostro se nota el cansancio, el agotamiento, después de pagarle al chofer sube a la habitación en que se encuentra su padre, al entrar ve a un Jacobo muy preocupado.-Señorita, disculpe que me meta, sé que no debo hacerlo, pero su padre preferiría mil veces ir a prisión a que usted se case con ese hombre, las cosas que dicen de él son muy malas, piénselo bien.-¿Qué haría mi padre si yo estuviera en la situación de él? -Entiendo, usted es la persona que el señor Petit más ama en el mundo, el daría la vida por usted.-Exacto, mi padre es a quien más amo, es la única persona
Al salir de la ducha Elizabeth no sabe que ponerse, busca entre sus cosas con una actitud extraña, en su ropero aún hay pertenecías de Lorenzo, él se quedaba con ella a dormir en ocasiones, incluso días antes de la boda se había mudado con ella en su casa, pues su padre lo quería tanto que se lo propuso.Llega un paquete y una de las empleadas se lo entrega, mira que es y su corazón siente desfallecer, son unas rodilleras especiales, un recuerdo doloroso y fugaz llega a su mente. Dos años atrás Elizabeth y Lorenzo estuvieron en unas competencias en otra ciudad con unos amigos, esa carrera fue muy peligrosa, pues fue cerca de unas montañas, Elizabeth conducía aquella noche, un animal se atravesó de la nada y tuvo un casi fatal accidente, Elizabeth quedo tirada en calle llena de sangre, estaba inocente, se veía muy mal, Lorenzo estaba muy lastimado, su pierna sufrió una lección muy grave, pero aun así no le importo, la tomo en sus brazos y corrió con ella hasta el hospital más cercan
La mirada de Lorenzo es de rabia, de furia, nunca se imaginó que Elizabeth haría algo como eso, él siempre pensó que ella no era una mujer fuerte, él se la imaginaba en casa llorando y al verla pensó que venía a suplicar por volver, pero al verla enfrentarlo, al verla quemar esos recuerdos como si no significara nada le dolió más de lo que quiere reconocer, se ofendió.-Por ultimo quemare esto con mi promesa, nunca te lo dije, pero el día que salvaste mi vida hice un juramento, y lo cumplí hasta el último momento, jure que te protegería, que haría lo que sea por ti, pues cuando me salvaste, pusiste en riesgo tu vida y las cosas que más te gustaba hacer, en esta caja estaban unas rodilleras especiales, que aliviarían en algo el dolor que sientes en estas temporadas, pero con ellas doy por terminada mi promesa.-¡He…! Lorenzo trato de decir algo, pero no pudo, solo la observo.Elizabeth se voltea y deja caer una que otra lágrima que se escaparon sin permiso, ella se limpia y sube en
Bastián se va en su auto, el nunca falta a su palabra, ni siquiera por una diosa como lo es Elizabeth.Elizabeth se queda parada con lágrimas en sus ojos, ella piensa en su horrible destino, en lo que le espera al lado de esos hombres, ella sabe que Bastián no es el hombre que ama, pero al menos es una persona joven y hombre muy apuesto, su rostro es de dioses de época romana, si Poseidón, hades y Zeus tienen un rostro hermoso seria como el de Bastián.Simón se queda mirándola y le pide que se olvide de todo, que lo mejor será que cuide de su padre ahora que ya no están los hombres para cuidarlo, porque su vida corre peligro, Elizabeth le pide a Jacobo que corra a cuidar de su padre antes que sea tarde, pero él no sabe qué hacer, porque también Elizabeth lo necesita.-No te preocupes por mí, yo me se defender sola, lo único que te pido es que cuides de mi padre, dame las llaves del auto porque yo no dejare las cosas así, me hare cargo de esto.Jacobo sale rumbo a la clínica en un
CAPITULO 10 Elizabeth presencia como se llevan aquella mujer que minutos antes era secretaria personal de Bastián y que ahora no solo se quedó sin empleo, sino que también será sacada del país.Bastián Dubois, una persona fría y cruel, ese es el pensamiento de todos sus empleados, pero también dicen que es un hombre justo, que si cumples sus reglas te ira bien a su lado, el trata a la gente con justicia, pero no perdona los errores.Todos están aturdidos por lo que paso, en ese momento se ve abrir el ascensor personal de Bastián Dubois, el viene con todos sus guardaespaldas, los empleados se hacen a los costados y se inclinan al verlo, Elizabeth aprovecha ese momento para entrar corriendo.-Por favor escúchame, déjame hablar contigo, tienes que saber mis razones – dice Elizabeth poniéndose enfrente para obstruirle el paso.-Señorita Petit, fui muy claro con usted, quiero que se retire y me deje en paz, ya no me interesa verla, ni oírla.Todos observan y murmuran al ver el atrev
Bastián Dubois al sentir los dulces labios de Elizabeth no sabe cómo reaccionar, que hacer.Elizabeth siente como se pone Bastián y profundiza el beso, ella lo da todo en ese beso, porque sabe que dé él depende todo.Las personas alrededor están asombrados, no saben que hará el señor Dubois al encontrarse en una situación como esta.Dubois responde al beso de Elizabeth, él se deja llevar por la pasión del momento, por la dulzura de ese beso, nunca había sentido algo como eso, nunca ninguna mujer le dio un beso así.Ambos se quedan mirando fijamente.-Elizabeth, cumpliré con mi promesa, pero quiero que leas cada una de las palabras que están escritas en las cláusulas del contrato, te juro que si incumples alguna acabare contigo y con toda tu familia, y esta vez no habrá un tal vez.-Te juro por mi vida que lo hare.Bastián le dice que lo siga, que entre en su auto, pero antes le dice a todos los que presenciaron es un secreto, que si alguien se da cuenta los despide a todos y lo
La situación en la que esta Elizabeth no es fácil, ella tiene sentimientos encontrados, tiene miedo, está nerviosa por lo que vendrá, y justo en este momento llega esta mujer su asistente, que al parecer es amante de su futuro esposo.-No te necesito, no quiero verte cerca de mí, vete, ya me trajiste a la habitación de ¡Mi futuro esposo! Es suficiente para mí.Ella la mira y sonríe, ella se burla en su cara sin importar nada.-No sea ridícula, ¿crees que te permitiré casarte con un hombre que ya es mío?-¿De qué hablas, como que ya es tuyo?-No solo soy su asistente, yo lo he ayudado a estar en la cima, él y yo tenemos…En ese momento entra Simón y de inmediato Amelia se calla.Elizabeth queda aún más sorprendida, pues sabe que hay algo que le están escondiendo, algo muy importante y al parecer esta mujer tiene que ver con eso.Simón, les da indicaciones, le dice a Elizabeth que en media hora llegaran los mejores estilistas y diseñadores del país, que la ayudaran a arreglarse.