Sophia conducía con cuidado, siguiendo las indicaciones que Thomas le había dado. El GPS del teléfono le indicaba que estaba cerca de su destino. En el asiento del copiloto descansaba un obsequio, envuelto en vistoso papel de regalo con un bonito moño de color azul, de curiosa y extraña forma ovalada, mientras a los pies del asiento iban dos tortas diferentes: Una torta decorada para agasajar a un cumpleañero, con glaseado de limón, y otra de deliciosa cobertura de chocolate semiamargo y de decoración más modesta.

Con la potente voz de Elvis Presley cantando A Little Less Conversation sonando por los altoparlantes de su automóvil, Sophia tamborileaba los dedos en el volante al ritmo de la música, guiando el auto por la ruta hacia la casa de la madre de Thomas. Ya se encontraba en las afueras de la ciudad donde sólo naturaleza, ranchos, animales de granja y aire fresco eran los que ocupaban el paisaje rural. Atrás había quedado la urbe con su movimiento vertiginoso y los molestos sonid