—¿Cómo está todo por allá? —pregunté a Tyler por la video-llamada de Skype. Le dieron permiso médico y estaba en Londres recuperándose. Pero claro, no podía estar quieto y sin saber de nosotros.
—Insoportablemente monótono, estoy muriendo.
—Deja de quejarte, eso es el cielo en comparación con esto.
—Sí claro, preferiría estar allí.
—¿Y Blair?
—¿Por qué sigues con eso hermano? ¿Acaso te odias a ti mismo? ¿Es una especie de culpa a pagar?
—¿Otra vez con lo mismo Tyler? La amo, ya te lo he dicho miles de veces.
—No lo entiendo Jake. Blair es mi hermana y sabe Dios que la amo, pero no es buena para ti, no es buena para nadie.
—Sí lo es. Es una mujer increíble. Saldrá adelante, ya verás —odia
Hay quienes sostienen que el tiempo cura todas las heridas…Les tengo noticias, no es cierto. El tiempo puede ser tu aliado o tu peor enemigo.Cuando quieres que pase rápidamente, siempre lo hace lento…Y cuando necesitas que vuele, simplemente se detiene.Pero a pesar de todo, a veces, el tiempo te demuestra que el verdadero amor es inmune a él.Que no importa cuánto lo intentes, hay personas que se aferran a tu corazón con uñas y dientes. Se graban tan profundo en tu piel que se vuelven parte de ti.El tiempo puede borrar recuerdos, o volverlos imborrables.El tiempo puede hacerte olvidar, o volverte inolvidable.El tiempo puede curar heridas, o causarte nuevas.Tengo una teoría… cuando es un amor puro, verdadero y desinteresado, no hay tiempo alguno que pueda borrarlo… &nbs
—Voy de salida mamá. Te veo a la noche —me despedí de ella mientras tomaba una manzana de la encimera y corría hacía la puerta. Otra vez me había quedado dormida y se me hacía tarde para ir al colegio.—¡No te entretengas a la salida Becca! —me recordó mientras la puerta se cerraba.Cuando llegué a la acera aminoré el paso, mi estómago gruñó, la noche anterior tampoco pude comer nada y ya estaba por morir de hambre. Di un gran mordisco a mi manzana y me supo a gloria. Me coloqué los cascos de mi MP3 y seleccioné para el camino algo de Eminem.Unas manos rodearon mi cintura y me apretaron contra su pecho. Sonreí sin siquiera voltear, sabía que era él. Podía notarlo, incluso sin verlo. Su aroma a bosque, el calor de su cuerpo y su dulce aliento en mi nuca me avisaron que se trataba de mi &uacu
—¿Qué rayos te pasa Jake? —Mike me traía de vuelta a la tierra con un fuerte golpe en mi hombro.—Nada, solo intentaba concentrarme, pero parece que no puedes estar callado nunca —respondí dándole un empujón y él cayó sentado sobre el banco de los vestuarios.—Eso tienes por nenaza —rebatió Dexter desde el otro costado, entre risas, apuntando a Mike con el dedo.—¡Ya déjense de tonterías niñas! ¡A entrenar! —El entrenador Spencer cortó los juegos de manos entre nosotros en un grito.Terminé de cerrar mis tennis y nos dirigimos hacia la cancha de futbol. Luego de una hora de sudar como cerdos dando vueltas en la pista de atletismo y la sesión de ejercicios de abdominales, sentadillas y lagartijas, nos metimos en la cancha cubierta para realizar algunas técnicas de piso. Mi contrincante f
—Despierta bella durmiente —la cariñosa voz de mi madre me sacó de mis sueños. Para variar, soñaba con Jake. Me estiré en el colchón, aún remolona.—Cinco minutos más…—Levántate. Tengo que irme y el desayuno está listo y se enfría.—¿Tan temprano?—¿Temprano? Son las diez de la mañana Becca.—Vaya… me dormí.—Como siempre hija.—Ya, lo siento —di un salto de la cama y le di un beso en la mejilla.—¿Qué planes tienes para hoy? —preguntó mientras yo me metía al baño.—Iremos con Jake, Candice y Kim al centro comercial.—Eso suena fantástico, ¿necesitas algo de dinero?—No te preocupes mamá. A la noche habrá una fiesta en casa de Dexter. &iqu
La alarma sonó incansablemente, pero por más que lo intentaba no podía abrir los ojos. No quería abrirlos. Finalmente, unos minutos después desistí y me levanté. Era sábado y desearía dormir hasta tarde, pero no había caso eran las 7.00 a.m. y tenía torneo. Aún dormido me metí al baño, abrí la llave del agua caliente y dejé que la temperatura se ajustara. Último torneo intercolegial del año. Si ganábamos, al año siguiente íbamos a los estatales otra vez. Lavé mis dientes y me metí a la ducha, me enjaboné con pereza, odiaba las mañanas y odiaba pasar el fin de semana lejos de Becks. Desde aquella noche en casa de Dexter estaba más enamorado de ella, justo cuando pensé que no era posible amarla más.Sequé mi cuerpo y me metí en mi armario buscando el equipo deportivo del
Las vacaciones por las Navidades comenzaron, así que no tenía que levantarme temprano para ir al colegio. Me removí perezosa en la cama, pero ya no sentía el calor de su cuerpo junto al mío. Una mueca de dolor se dibujó en mi rostro al notar que ya no estaba. Decidí levantarme y antes de bajar, pasé por el baño a lavarme los dientes. Cuando llegué a la cocina Kimmy estaba luchando con la sartén tratando de preparar unos huevos. Sonreí ante la imagen de su duelo.—¡Ganador… la sartén por K.O.! —grité detrás de ella y me gané una mirada asesina en respuesta.—Vete al diablo.—Qué carácter hermanita. Deja que ya sigo yo.Por supuesto no opuso ninguna resistencia y me entregó el mando de la cocina. Traté de salvar los huevos revueltos, metí un poco de bacon en la plancha y un po
El despertador sonó a las 6.30 a.m. y salté como un resorte de la cama, era muy temprano y sábado. Pero no me importaba, era el día de los enamorados, pero más importante aún, el cumpleaños de Becks. Y le tenía preparado un día maravilloso. Luego de la ducha bajé corriendo las escaleras y sin detenerme en la cocina salí de casa, tomé el auto de mi madre y manejé hasta la casa de Rebecca. Cuando llegué a su porche, llamé a la puerta, sabía que Karen estaría preparándose para ir a trabajar. Unos segundos después ella abrió con cara de sorpresa.—Buenos días Jake. ¿Te caíste de la cama?—Buenos días señora Baker. Madrugué para pedirle un favor.—Muy bien, dime.—Quisiera prepararle el desayuno a Becks y luego llevarla a pasear, no iremos lejos y cuidar&eac
La llegada de abril trajo consigo el tan esperado baile de promoción. Todos estaban ansiosos, como Junior, era la primera vez que podríamos participar y para los Senior, sería el último baile antes de la graduación. Durante el almuerzo Jenny y Cristal no paraban de hacer planes para ir de compras. Jake, Dex y Mike estaban más preocupados por los estatales que por el baile. Yo por mi parte, no podía dejar de pensar en lo poco que faltaba para que tuviéramos que separarnos. Los meses parecían haberse esfumado en un abrir y cerrar de ojos. Y si bien tratamos de disfrutar al máximo cada día, en el fondo ambos estábamos temiendo que terminaran las clases.—Tierra llamando a Becks —bromeó en mi oído Jake. Traté de dibujar una sonrisa, pero no llegó a mis ojos.—Hola.—¿Otra vez amor?—No pasa nada