Capítulo 117

por un

Aria se despertó temprano y se preparó para llevar a los trillizos al jardín de infantes. Apenas podía encargarse de hacer el desayuno, y aunque quería centrarse en eso, su mente seguía girando en torno a las fotografías. Su corazón estaba destrozado; dolía demasiado, pero al fin había tomado la decisión de hablar con Maxwell. Justo lo haría ese día, después de llevar a los niños al jardín.

—¡Niños, por favor, dense prisa! No quiero llegar tarde al trabajo, y apuesto a que ustedes tampoco quieren llegar tarde al jardín de infantes.

La pequeña Ariadna apareció en la cocina, robándole una tostada a su madre y comiéndola con avidez. Cuando Aria la miró, Ariadna solo se encogió de hombros y le dedicó una inocente sonrisa.

—Ve, llama a tus hermanitos para que también se apresuren, ¿de acuerdo?

Ariadna obedeció de inmediato y corrió a avisarle a sus hermanos, Maximiliano y Arthur, que se dieran prisa.

—¡Ya vamos, mamá!

***

Esa mañana, Estela se encontraba en la cocina preparando el d
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