Capítulo 101

Máximo, tras la salida de Abigail, permaneció un rato más en el sótano. Él, revisando entre las cosas de su difunta esposa, se sumergió inevitablemente en el pasado. Aunque no la amó profundamente, había un pedazo de hierro atravesando despiadadamente su pecho.

Volverla a mirar aunque sea una vez más, en aquella fotografía, le afectaba. Ella fue demasiado débil, lo único poderoso que logró obtener tras su muerte, fue su dinero. Así es como logró conseguir que la compañía Kensington se volviera aún más fuerte de lo que ya.

—¿No crees que te fuiste muy pronto? Pero así es la vida, impredecible. Ha pasado mucho tiempo, pero es curioso que aún te recuerde como si fuera ayer. Tal vez ese es mi castigo.

Y, apagó las luces, saliendo de allí. Cuando volvió a la cama, Abigail aparentemente estaba dormida o solo estaba fingiendo dormir plácidamente. En todo caso, él giró dándole la espalda y cerró los parpados.

"Máximo, soy afortunada de tenerte, mi sueño es ser mamá. Y tú, ¿qué piensas de
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