Natasha White Kozlov es la única hija de Anabella (Kore) Kozlov y Demian (Hades) White.
Su madre es de nacionalidad Rusa, mientras que su papá es de Estados Unidos, ambos se conocieron por casualidades del destino cuando ella hace un año de intercambio entre países por su carrera en la Universidad.
Ambos se enamoran y Anabella decide dejar atrás todo lo que la une a su país para quedarse a lado del intrigante hombre que le roba el aliento con sus ojos verdes. Eso incluye su puesto como la heredera de una de las petroleras con más poder de toda Rusia. Demian mientras tanto es el hijo y próximo Presidente de Black Ravens un club de motociclistas en California.
Su madre es una guapa mujer de casi metro setenta con un brillante pelo dorado, ojos grises, piel pálida y con cuerpo de súper modelo, mientras que su padre mide cerca de metro noventa, de pelo negro, ojos verdes y tatuajes que cubren la piel dorada de sus brazos.
Su padre poseía la sonrisa más dulce, y los ojos más sinceros del mundo.
O al menos, eso es lo que Natasha recordaba de él.
Sin saber exactamente los motivos, cuando Natasha tiene ocho años de edad, su madre hace las maletas de su hija y de ella. Y sin pensarlo dos veces regresa a su patria dejando atrás al hombre que juraba amar más que a su vida. Lo único que Tasha sabe durante los años que estaba creciendo es que cada vez que trataba de ponerse en contacto con su padre él la evitaba como si de plaga se tratase.
Cuando Tasha cumple dieciséis años hace un último intento de volver a ver a su padre yendo a Estados Unidos a buscarlo, ahí se da cuenta de cómo su "padre" tiene a otra mujer a su lado, un chico de casi su misma edad y un niño pequeño a los que él llama hijos, cuando regresa a Rusia le jura su madre no volver a buscar al hombre que la engendro y que la olvido como si fuera menos que un trapo viejo.
Dos años más tarde, el mundo de Tasha se derrumba cuando en un accidente automovilístico pierde a toda su familia, su madre, sus abuelos, sus seres queridos desaparecen en un abrir y cerrar de ojos. Sin tener a nadie más que se haga cargo de ella hasta los veintiuno, (porque Tasha se niega a revelar el nombre de su padre así que miente diciendo que nunca lo conoció), el gobierno se encarga de ponerla en casas de acogida.
Tasha no sabe qué hacer, con las cuentas bancarias de familia congeladas, las propiedades clausuradas, y la empresa en manos de los miembros accionistas parece que no hay nada que pueda hacer para evitar que su futuro se le escurra de las manos.
Tres años pasa en las frías calles de Rusia donde Tasha aprende a ser fuerte, rápida, temida, audaz, segura, inteligente, donde endurece su corazón, cree que está lista para superar cualquier desafío que el destino le ponga enfrente.
Pero en la víspera de su cumpleaños veintiuno, una carta del abogado de su familia hace que su vida vuelva a dar vueltas. Ahora tiene que viajar devuelta al estado donde nació, buscar al hombre que detesta, para poder leer el testamento que su madre estipulo antes de morir.
Solo que Tasha no está de acuerdo en las condiciones que su madre dejo en orden para que ella heredara todo lo que le pertenecía por derecho de sangre.
Ahora está atrapada en una convivencia durante un año en la misma casa, con el hombre que el engendro, su nueva familia, y un montón de hombres rudos y calientes que aman la adrenalina junto con las motocicletas.
El corazón de Tasha no está dispuesto a ceder terreno al perdón que le pide su padre, tampoco está dispuesta a dejarse hechizar por los ojos negros de Hunter Hell Duncan, y mucho menos está dispuesta a olvidar todo lo que tuvo que pasar durante esos tres largos años donde ella fue su única compañía sincera. Lo único que quiere es que el año termine para poder regresar a su hogar.
Pero quien sabe, un año es mucho tiempo, y Tasha necesitará de todo su autocontrol y su sentido de supervivencia si quiere sobrevivir ahora que se está adentrando a este nuevo mundo de moteros.
¿En qué demonios estaba pensando cuando acepto aquel trato?
–Te juro papá que no necesito a un chofer ni mucho menos a un guardaespaldas para que me vigilen, tengo 20 años y soy perfectamente capaz de cuidar de mí misma–.Digo al teléfono mientras repito por enésima vez el discurso que llevaba diciéndole a mi padre desde el primer día que supo que iba a venir a California a estudiar un año de relaciones internacionales.–Hija por favor, se razonable, no sabemos que pueda ocurrir en cualquier momento y no puedo permitir que te pase nada malo–.Sonrió ante el leve temblor en su voz que intenta ocultar, pero ruedo los ojos ante su necesidad de mantenerme a salvo todo el tiempo.–Papá, he sido de lo más razonable todo este tiempo– murmuro con voz cansada por venir caminando y hablando al mismo tiempo– Desde que llegue aquí te aviso a ti o a mamá cuando voy de camino a la Universidad y cu
–No crees que muestro mucha piel, es solo la primera cita, no quiero mandar el mensaje equivocado y piense que solo soy como una más de las chicas que se quitan las bragas y se abren de piernas para él–.Le digo con voz preocupada a Cara, la única amiga que había hecho en todo el mes que llevaba en este país, la castaña que estaba sentada en mi cama mientras revisaba su celular lo dejo de lado mientras me veía con una ceja alzada y una sonrisa ladeada.–Pequeña rusa, Hades nunca les pide a las chicas una cita, solo les pide una sesión de sexo caliente y duro, joder, si ni siquiera he visto que le invitara un trago a alguna, así que no importa si vas vestida solo con juego de lencería, ese hombre siente por ti algo más que solo deseo–.Frunzo los labios no del todo segura de sus palabras y analizo en el espejo el vestido corto negro que deja ver casi todas
Llevaba casi tres meses saliendo oficialmente con Demian "Hades" White, cuatro meses desde que lo conocí, y casi cinco desde que vivía en California.Mis padres aún no sabían que tenía a un caliente motero siendo mi novio, y no sabía cuándo dejaría de ser una gallina para confesárselos.Estos meses a lado de mi hombre, (porque si, era solamente mío), habían sido asombrosos, me trataba como a una reina, respetaba mis decisiones y me daba mi espacio. Siempre estaba al pendiente de mí, me recogía después de clases todos los días sin excepción y me dejaba a una calle del edificio donde vivía y no se iba hasta asegurarse que estaba segura dentro de él.Sus mensajes deseándome dulces sueños eran lo último que veía, y me despertaba con sus buenos deseos para el día. Era tan lindo cuando se lo proponía, a
–¡Me has estado viendo la cara de idiota todo este tiempo!–.Me grito molesto Demian mientras yo negaba frenéticamente con la cabeza, las lágrimas me nublaban la visión pero aun así veía claramente el rostro enrojecido de mi novio, las venas de su cuello parecían a punto de estallar, su mandíbula estaba apretada con fuerza y sus ojos estaban rojos cargados de sangre.–¡Eso no es verdad!–.–¡Claro que sí!, como te has de haber reído de mi durante estos meses, yo como un idiota enamorándome de ti mientras que tú siempre planeaste largarte de regreso a Rusia con tus padres y su dinero–.El caminaba como un león enjaulado de un lado al otro en la sala de mi departamento.–¡Las cosas no son así!–.Trate de hacerlo entrar en razón.–¿Es por el jodido dinero ver
–¿Estás segura de querer irte?–.Me pregunto por millonésima vez Cara, veía en sus ojos como le dolía mi decisión, pero la respetaba, mientras que yo estaba segura de que estaba haciendo lo correcto.–No tengo nada que me mantenga aquí Cara–.–Eso es una jodida mentira pequeña rusa, me tienes a mí, y a Demian–.Mi mirada se desvía a la ventana de mi cuarto que daba a los demás edificios.–Ya no tengo a Demian y lo sabes–.–Solo porque el tipo es terco y no quiere escucharte, pero si le das un poco más de tiempo recapacitará y vendrá como perro arrepentido a buscarte–.Mis ojos se ponen en blanco ante la absurda comparación. Sigo haciendo la maleta sin importarme sus comentarios.–Desde hace dos semanas que él no quiere saber nada de mí, y hace un
–Es perfecta–.La voz de Demian me hace soltar un par de lágrimas, verlo de pie, en mi cuarto de hospital, mientras abraza con tanta devoción a nuestra pequeña hija, me llena de una emoción que nunca antes había conocido.–Se parece a ti amor–.Le digo con orgullo, pero él es necio y niega varias veces.–No no no, es igual de hermosa que su madre–.Una risita sale de mis labios.–Aunque agradezco el cumplido motero, mi pequeña hija traidora es una copia exacta de ti y de tu padre, no tiene nada mío, excepto tal vez el color de la piel–.–¿Toda una White eh?–.No puede ocultar el tono altanero y orgulloso cuando dice eso haciendo que me vuelva reír.Nuestra pequeña llego sana y sin complicaciones al mundo, ambos estábamos emocionados y esperamos ansiosos su llegada, y ahora que po
–...tu hijo–.Las palabras de la barbie que estaba enfrente de nosotros fueron como un balde de agua fría, sentí a Demian tensarse como un resorte a punto de saltar.–Una puta mentira, eso es lo único que estás diciendo Isadora–. Escupe con rabia mi marido.La mujer no se deja de intimidar por la mirada de enojo de él, solo se cruza de brazos y le da una mueca trastornada.–¿Realmente crees que de haber podido no hubiera evitado todo este embrollo?, a mí tampoco me complace estar atada a un hombre con dueña–.La irritada voz de la rubia suena increíblemente honesta a mis oídos, y mi corazón se llena de dolor, rabia, traición, decepción.–Si lo que dices es verdad...–.–No puedes estar hablando en serio–. Me interrumpe Demian, pero yo le doy una mirada de muerte que hace que se quede cal
–Mamá, papá–. Saludo a mis padres mientras los abrazo con fuerzas.–Hija, ¿Cómo va todo?, ¿Cómo esta nuestra nieta?– papá pregunta sin dejarme ir, y bajo su cálido abrazo no logro seguir fingiendo y rompo a llorar.–Oh papá, ¿Cómo voy a vivir sin él?, lo necesito, mi hija lo necesita, no creo que pueda seguir con esto mucho tiempo–. Digo sollozando como cuando era pequeña.–Shhhh, ya está mi niña, todo estará bien, sabes que todo ha sido para mantenerlas a salvo, tu marido daría su vida para asegurar su bienestar, piensa que esto no va durar para siempre, más pronto de lo que te imaginas todo va a regresar a la normalidad– Me trata de tranquilizar mientras acaricia mi pelo.–Tata, ¿Poque mi mamá 'ta llorando?, ¿Dónde eta mi papá?–.