Llevaba casi tres meses saliendo oficialmente con Demian "Hades" White, cuatro meses desde que lo conocí, y casi cinco desde que vivía en California.
Mis padres aún no sabían que tenía a un caliente motero siendo mi novio, y no sabía cuándo dejaría de ser una gallina para confesárselos.
Estos meses a lado de mi hombre, (porque si, era solamente mío), habían sido asombrosos, me trataba como a una reina, respetaba mis decisiones y me daba mi espacio. Siempre estaba al pendiente de mí, me recogía después de clases todos los días sin excepción y me dejaba a una calle del edificio donde vivía y no se iba hasta asegurarse que estaba segura dentro de él.
Sus mensajes deseándome dulces sueños eran lo último que veía, y me despertaba con sus buenos deseos para el día. Era tan lindo cuando se lo proponía, aunque no todo era de rosas, ya habíamos peleado varias veces por los celos, Demian era malditamente celoso y posesivo con todo espécimen del género masculino que se me acercara. Yo le decía que era un paranoico a lo que él solo me besaba con pasión hasta hacerme temblar las piernas y decirme que no iba a dejar a cualquier idiota acercarse a su mujer.
Yo estaba completamente enamorada de él, y no me importa que las personas digan que no puedes amar a alguien en tan poco tiempo, porque yo ya lo hacía, Demian White había entrado a mi vida para robarme el corazón, y sabía que nunca amaría a nadie más como lo amaba a él. Se había convertido en un pilar muy importante para mí, y no podía más que temer el momento en que le dijera que había acabado mi año de intercambio y que tenía que regresarme a Rusia a lado de mis padres para tomar mi lugar como la heredera de la gran petrolera Kozlov's Inc.
Así como aún no le decía a mis padres de Demian, no le había dicho a mi caliente y atractivo novio que era la hija de uno de los hombres más ricos de toda Rusia, me sentía culpable por esa mentira, pero me daba miedo que cuando se enterara se alejará de mi o me tratará diferente. Así que en compensación por mi falta de respuestas acerca de porque no le decía a mi familia acerca de nuestra relación, (algo que también causaba que discutiéramos de vez en cuando), nunca le exigía una explicación acerca de todos los asuntos del club de moteros del que era Vicepresidente, por más que me muriera de curiosidad, me quedaba callada para no verme como una hipócrita pidiendo respuestas que yo no estaba dispuesta dar.
Demian me había llevado a la casa club desde nuestra primera cita, donde me presento a todos sus conocidos por su nombre carretera, no fue hasta varias semanas después que nos convertimos en pareja oficialmente que me gane el derecho a saber sus nombres reales y los datos generales del club.
Por ejemplo.
Un club de motociclistas era como un pequeño gobierno, donde, el que estaba a cargo era el Presidente o Prez como le decían todos, era él quien tomaba la mayoría de las decisiones acerca de los "asuntos" del club.
El Prez tenía a varios delegados de importancia que lo ayudaban a supervisar esos asuntos, estaba el Jefe de Ruta, el Tesorero, el Sargento de Armas, el Oficial de Inteligencia, el Ejecutor, y el Vicepresidente o VP. Mi Demian era el VP, su padre era el Prez y su tatarabuelo había sido el Prez y uno de los fundadores del club.
Dentro del club había varias categorías, estaban los hombres comunes que eran llamados miembros, y los aspirantes a ser miembros que se llamaban prospectos. Cuando uno de los miembros decidía sentar cabeza y formar una familia, en lugar de casarse daban sus letras a la mujer que elegían, y estas pasaban a ser llamadas Viejas Damas o VD. Dar sus letras significaba que la chica o mujer trajera un chaleco de cuero con el logo y el nombre del club mientras que decía "Propiedad de..." y el nombre del miembro o hermano con el que estuviera, esta era la idea del matrimonio que ellos tenía.
No habían muchas VD en el club, ya que los hermanos preferían solo noches de sexo sin compromiso y sin atarse a nadie, y para eso estaban las culos dulces, básicamente eran zorras que se acostaban con cualquier hermano que se les pusiera en frente esperando y deseando que alguno les de sus letras. Atendían el bar del club entre otras cosas y a cambio de eso tenían un lugar para dormir dentro de la casa club.
Siempre que iba ellas me aniquilaban con la mirada y yo me aseguraba de mantener a MI hombre bien lejos de sus garras de gatas en celo.
Conocí al padre de mi novio en la noche en la que nos convertimos en pareja oficial, Adam Zeus Black, era idéntico a Demian, o más bien, Demian era idéntico a él, la única diferencia es que mi suegro, (era raro llamarlo así), tenía claramente más edad que su hijo, y sus brazos estaban libres de tinta. También me enteré de que su madre era un culo dulce y que los había abandonado cuando Demian nació.
Perra.
Había aprendido tantas cosas acerca de este mundo del cual ni siquiera enterada de su existencia, y eso que aún no sabía a ciencia cierta qué demonios significaba ser parte del club y a que se dedicaban.
Sabía que eran dueños de varios negocios en la ciudad, varios clubs, bares, he incluso talleres mecánicos, pero un sexto sentido me decía que eso no era todo. Aún con toda la curiosidad del mundo no me había atrevido a preguntarle mi novio más acerca de sus asuntos, aparte de que dudaba de que me contestara.
Pues si una cosa me había quedado en claro, es que el club es una familia, y a la familia no se le traiciona, cosa que Demian haría si me revelará este tipo de información.
Solo esperaba que los secretos que ambos nos teníamos no terminaran por destruir nuestra relación.
Pues ya no sabía lo que era vivir sin mi caliente motero.
–¡Me has estado viendo la cara de idiota todo este tiempo!–.Me grito molesto Demian mientras yo negaba frenéticamente con la cabeza, las lágrimas me nublaban la visión pero aun así veía claramente el rostro enrojecido de mi novio, las venas de su cuello parecían a punto de estallar, su mandíbula estaba apretada con fuerza y sus ojos estaban rojos cargados de sangre.–¡Eso no es verdad!–.–¡Claro que sí!, como te has de haber reído de mi durante estos meses, yo como un idiota enamorándome de ti mientras que tú siempre planeaste largarte de regreso a Rusia con tus padres y su dinero–.El caminaba como un león enjaulado de un lado al otro en la sala de mi departamento.–¡Las cosas no son así!–.Trate de hacerlo entrar en razón.–¿Es por el jodido dinero ver
–¿Estás segura de querer irte?–.Me pregunto por millonésima vez Cara, veía en sus ojos como le dolía mi decisión, pero la respetaba, mientras que yo estaba segura de que estaba haciendo lo correcto.–No tengo nada que me mantenga aquí Cara–.–Eso es una jodida mentira pequeña rusa, me tienes a mí, y a Demian–.Mi mirada se desvía a la ventana de mi cuarto que daba a los demás edificios.–Ya no tengo a Demian y lo sabes–.–Solo porque el tipo es terco y no quiere escucharte, pero si le das un poco más de tiempo recapacitará y vendrá como perro arrepentido a buscarte–.Mis ojos se ponen en blanco ante la absurda comparación. Sigo haciendo la maleta sin importarme sus comentarios.–Desde hace dos semanas que él no quiere saber nada de mí, y hace un
–Es perfecta–.La voz de Demian me hace soltar un par de lágrimas, verlo de pie, en mi cuarto de hospital, mientras abraza con tanta devoción a nuestra pequeña hija, me llena de una emoción que nunca antes había conocido.–Se parece a ti amor–.Le digo con orgullo, pero él es necio y niega varias veces.–No no no, es igual de hermosa que su madre–.Una risita sale de mis labios.–Aunque agradezco el cumplido motero, mi pequeña hija traidora es una copia exacta de ti y de tu padre, no tiene nada mío, excepto tal vez el color de la piel–.–¿Toda una White eh?–.No puede ocultar el tono altanero y orgulloso cuando dice eso haciendo que me vuelva reír.Nuestra pequeña llego sana y sin complicaciones al mundo, ambos estábamos emocionados y esperamos ansiosos su llegada, y ahora que po
–...tu hijo–.Las palabras de la barbie que estaba enfrente de nosotros fueron como un balde de agua fría, sentí a Demian tensarse como un resorte a punto de saltar.–Una puta mentira, eso es lo único que estás diciendo Isadora–. Escupe con rabia mi marido.La mujer no se deja de intimidar por la mirada de enojo de él, solo se cruza de brazos y le da una mueca trastornada.–¿Realmente crees que de haber podido no hubiera evitado todo este embrollo?, a mí tampoco me complace estar atada a un hombre con dueña–.La irritada voz de la rubia suena increíblemente honesta a mis oídos, y mi corazón se llena de dolor, rabia, traición, decepción.–Si lo que dices es verdad...–.–No puedes estar hablando en serio–. Me interrumpe Demian, pero yo le doy una mirada de muerte que hace que se quede cal
–Mamá, papá–. Saludo a mis padres mientras los abrazo con fuerzas.–Hija, ¿Cómo va todo?, ¿Cómo esta nuestra nieta?– papá pregunta sin dejarme ir, y bajo su cálido abrazo no logro seguir fingiendo y rompo a llorar.–Oh papá, ¿Cómo voy a vivir sin él?, lo necesito, mi hija lo necesita, no creo que pueda seguir con esto mucho tiempo–. Digo sollozando como cuando era pequeña.–Shhhh, ya está mi niña, todo estará bien, sabes que todo ha sido para mantenerlas a salvo, tu marido daría su vida para asegurar su bienestar, piensa que esto no va durar para siempre, más pronto de lo que te imaginas todo va a regresar a la normalidad– Me trata de tranquilizar mientras acaricia mi pelo.–Tata, ¿Poque mi mamá 'ta llorando?, ¿Dónde eta mi papá?–.
9 años:–¿Mamá?–.Llamo la atención de mi mamá que está ocupada cortando el pastel de chocolate para darme un gran pedazo.–Dime hija–. Contesta con voz dulce.–¿Por qué mi papá no vino a cumpleaños?–.Mi inocente pregunta hace que mamá deje caer el plato que tenía en las manos y se rompa en mil pedazos.–¡Mierda!–.–¡Mamá!, no puedes decir malas palabras, tienes que poner una moneda en la mesa–.Mi mamá se agacha para recoger los pedazos y con cuidado los tira en el bote de basura, mientras yo sigo comiendo mi pastel.Mmhmmm.Chocolate.–Papá está ocupado princesa, pero te mando un regalo y todo su amor, ¿Quieres verlo?–.–¡Sí!, ¡Regalo!–.Me pongo a dar saltitos
–¿Natasha White?–.La voz de la maestra hizo que dejara de tomar apuntes y la mirara con irritación.–Kozlov, mi nombre es Natasha Kozlov, mi madre y yo cambiamos mi apellido el año pasado–.Acomodo los lentes sobre el puente de mi nariz mientras contesto a la vieja amargada que me ha estado aburriendo con su lección la última hora.–Señorita Kozlov, el director reclama por su presencia en su oficina, tome sus cosas y vaya–.Mi ceño se frunce ante sus palabras, pero me encojo de hombros antes de empezar a guardar mis cosas en la mochila. Una vez terminada esa tarea, me pare de mi asiento que estaba al fondo del salón y me dirigí a la puerta, sin despedirme de nadie, puesto que no tenía amigos realmente en la escuela, comencé a caminar a la oficina.Sin ninguna prisa me tome mi tiempo para llegar, me balance por los pasillos mientr
–¡No lo acepto!–. Grité con desesperación a la agente de servicios sociales que estaba en la puerta de mi casa, junto a ella se encontraba un oficial de policía, y uno de los abogados de confianza de mi madre.–No es cuestión de lo que lo acepte o no, al ser usted menor de edad y sin nadie que pueda hacerse cargo de usted el gobierno tiene la obligación de proporcionarle un hogar hasta que cumpla la mayoría de edad– Me explico pacientemente la señora, pero yo solo quería dedicarle una que otra palabra que en otra ocasión harían que mi madre me castigara por semanas.Le transmito todo lo que siento con mis ojos antes de contestar.–Yo puedo hacerme cargo de mí misma, no necesito que el gobierno me cuide, mi familia tiene el suficiente dinero para mantenerme por el resto de mi vida si quisiera–. Le digo con firmeza.–De hecho, esa es