–Es perfecta–.
La voz de Demian me hace soltar un par de lágrimas, verlo de pie, en mi cuarto de hospital, mientras abraza con tanta devoción a nuestra pequeña hija, me llena de una emoción que nunca antes había conocido.
–Se parece a ti amor–.
Le digo con orgullo, pero él es necio y niega varias veces.
–No no no, es igual de hermosa que su madre–.
Una risita sale de mis labios.
–Aunque agradezco el cumplido motero, mi pequeña hija traidora es una copia exacta de ti y de tu padre, no tiene nada mío, excepto tal vez el color de la piel–.
–¿Toda una White eh?–.
No puede ocultar el tono altanero y orgulloso cuando dice eso haciendo que me vuelva reír.
Nuestra pequeña llego sana y sin complicaciones al mundo, ambos estábamos emocionados y esperamos ansiosos su llegada, y ahora que por fin la teníamos a nuestro lado, no dejábamos de admirar lo frágil he inocente que se veía.
–¿Puedes creer que este pequeño bultito de carne tan perfecto sea creación nuestra?–.
Dijo mi hombre con la voz cargada de emoción. Yo negué mientras secaba las lágrimas traicioneras que dejaban mis ojos.
Demian se acercó a mi mientras mecía a nuestra hija en sus fuertes brazos, ella se veía más pequeña aún a lado de su enorme padre, mi esposo, (mi padre nos obligó a casarnos propiamente dicho por la ley y la iglesia), tenía una sonrisa reluciente que dejaba ver todos su dientes, me dio un pequeño beso en mis labios y me dejo con ganas de más.
–Gracias por esto Anabella, realmente soy el hijo de puta con más suerte del mundo por tenerlas a mi lado–.
Susurro contra mis labios, y antes de que pueda contestarle unos toques en la puerta nos interrumpen.
–Adelante–. Digo sabiendo que eran nuestras familias que estaban esperando para conocer finalmente a nuestra hija.
La puerta se abre y sin equivocarme, mis padres, y el padre de Demian entran discutiendo entre sí, pero se callan cuando ven a la pequeña personita entre los brazos de su padre.
Mi mamá suelta un sollozo mientras se acerca.
–¿Puedo cargarla?–.
Pregunta con voz temblorosa y con cuidado la toma de entre los brazos de mi hombre, mi hija se queja un poco por ser separada de su papá pero no hace intento alguno por despertarse de su siesta.
–Hola mi niña, yo soy tu tata, y esos de ahí son tus abuelos, todos hemos estado esperando mucho para conocerte bebé–.
Dice con voz aguda y hace que me ría, me emocionaba lo bien que mis padres habían reaccionado a mi decisión de quedarme en América al lado del hombre al que amaba.
Claro que antes de hacerlo papá le dio un puñetazo a Demian en la cara y lo amenazo mil veces acerca de no hacerme sufrir.
Después de ese pequeño incidente todo había fluido normal.
–Dame mujer, yo también quiero conocer a mi nieta–.
Mi padre no espero para quitarle de los brazos a mi pequeña a mi mamá, lo hizo con delicadeza pero la rapidez del movimiento la despertó y abrió sus ojitos para comenzar a llorar con fuerza por la interrupción de su sueño.
–Venga pásamela a mí, tu abuelo no sabe cómo tratar a una damita, verdad mi cielo, no llores pequeña, tu otro abuelo está aquí para defenderte de ese viejo ogro–.
Ahora es Adam quien la tenía entre sus brazos. Los ojos de Demian casi se salían de sus cuencas de tan abiertos que los tenían al ver a su temible, estricto, y duro padre poniendo la voz aguda y haciéndole mimos a su nieta.
–Nota mental para los moteros del mundo, ustedes no le temen a nada, y son fríos y sin corazón hasta que se enfrentan con una pequeña y dulce bebita–.
Le digo a mi motero con voz burlona, él me regala una sonrisa de lado mientras se encoje de hombros.
–Me declaro culpable de ser débil ante mi hija–.
La pequeña sigue llorando con su abuelo, así que alzo las manos para que me la entreguen, mi suegro capta el mensaje inmediatamente y me la da, la pequeña poco a poco se va tranquilizando mientras la abrazo en mi pecho.
–Hermosas–.
Susurra mi hombre antes de rodearme los hombros con uno de sus brazos y acariciar a la bebé con el otro.
–Mi nieta es bellísima hija, pero hay que admitir que te ganaron la batalla, la pequeña es claramente el reflejo de tu marido–.
Dice mi mamá con voz soñadora.
–Estoy encantada de tener una pequeña copia de mi hombre en femenino mamá, así que no me siento nada decepcionada de que no haya sacado nada mío–. Digo sincera.
–Los White siempre hemos tenidos unos genes muy fuertes, no me asombra que mi nieta sea tan hermosa teniendo un abuelo tan bien parecido–.
La afirmación orgullosa de Adam nos hace reír todos, y la pequeña se revuelve en mi pecho por el movimiento.
–¿Ya saben cómo se va a llamar?–. Pregunto mi papá sin dejar de ver al bebé.
Demian y yo compartimos una mirada antes de que él conteste por ambos.
–Anabella y yo concordamos en queríamos un nombre ruso, por sus raíces, pero tampoco queríamos algo imposible de pronunciar aquí en América, así después de mucho buscar, estamos orgullosos de presentarles a nuestra pequeña hija, Natasha White Kozlov–.
El orgullo tiñendo cada sílaba.
Una gran sonrisa tira de los labios de sus abuelos.
–Natasha–. Dice mi madre asintiendo.
–Un gran nombre con mucho poder–. Comento mi suegro.
–La pequeña Tasha, tiene un gran futuro por delante–. Sonrió y me guiño un ojo mi padre.
Yo asentí de acuerdo con él.
Le di un breve beso a mi hombre antes de dejar uno en la frente de mi hija también.
–Bienvenida a la familia Tasha, eres el bebé más amado de este mundo por tus padres y tus abuelos–.
Murmuré, Demian me apretó el hombro y también se acercó a dejar un beso en el cachete de nuestra hija.
–Eres mi pequeña princesita Tasha, prometo siempre estar a tu lado para protegerte mi amor–.
Recargue mi cabeza en el hombre que amaba, y fue ahí, en ese momento, en aquel cuarto de hospital rodeada de mis seres queridos, y teniendo a mi hija en mis brazos, que me di cuenta de que yo ya era la mujer más rica del mundo, y no había nada más que pudiera pedir, solamente que la felicidad que sentíamos durara una vida entera.
–...tu hijo–.Las palabras de la barbie que estaba enfrente de nosotros fueron como un balde de agua fría, sentí a Demian tensarse como un resorte a punto de saltar.–Una puta mentira, eso es lo único que estás diciendo Isadora–. Escupe con rabia mi marido.La mujer no se deja de intimidar por la mirada de enojo de él, solo se cruza de brazos y le da una mueca trastornada.–¿Realmente crees que de haber podido no hubiera evitado todo este embrollo?, a mí tampoco me complace estar atada a un hombre con dueña–.La irritada voz de la rubia suena increíblemente honesta a mis oídos, y mi corazón se llena de dolor, rabia, traición, decepción.–Si lo que dices es verdad...–.–No puedes estar hablando en serio–. Me interrumpe Demian, pero yo le doy una mirada de muerte que hace que se quede cal
–Mamá, papá–. Saludo a mis padres mientras los abrazo con fuerzas.–Hija, ¿Cómo va todo?, ¿Cómo esta nuestra nieta?– papá pregunta sin dejarme ir, y bajo su cálido abrazo no logro seguir fingiendo y rompo a llorar.–Oh papá, ¿Cómo voy a vivir sin él?, lo necesito, mi hija lo necesita, no creo que pueda seguir con esto mucho tiempo–. Digo sollozando como cuando era pequeña.–Shhhh, ya está mi niña, todo estará bien, sabes que todo ha sido para mantenerlas a salvo, tu marido daría su vida para asegurar su bienestar, piensa que esto no va durar para siempre, más pronto de lo que te imaginas todo va a regresar a la normalidad– Me trata de tranquilizar mientras acaricia mi pelo.–Tata, ¿Poque mi mamá 'ta llorando?, ¿Dónde eta mi papá?–.
9 años:–¿Mamá?–.Llamo la atención de mi mamá que está ocupada cortando el pastel de chocolate para darme un gran pedazo.–Dime hija–. Contesta con voz dulce.–¿Por qué mi papá no vino a cumpleaños?–.Mi inocente pregunta hace que mamá deje caer el plato que tenía en las manos y se rompa en mil pedazos.–¡Mierda!–.–¡Mamá!, no puedes decir malas palabras, tienes que poner una moneda en la mesa–.Mi mamá se agacha para recoger los pedazos y con cuidado los tira en el bote de basura, mientras yo sigo comiendo mi pastel.Mmhmmm.Chocolate.–Papá está ocupado princesa, pero te mando un regalo y todo su amor, ¿Quieres verlo?–.–¡Sí!, ¡Regalo!–.Me pongo a dar saltitos
–¿Natasha White?–.La voz de la maestra hizo que dejara de tomar apuntes y la mirara con irritación.–Kozlov, mi nombre es Natasha Kozlov, mi madre y yo cambiamos mi apellido el año pasado–.Acomodo los lentes sobre el puente de mi nariz mientras contesto a la vieja amargada que me ha estado aburriendo con su lección la última hora.–Señorita Kozlov, el director reclama por su presencia en su oficina, tome sus cosas y vaya–.Mi ceño se frunce ante sus palabras, pero me encojo de hombros antes de empezar a guardar mis cosas en la mochila. Una vez terminada esa tarea, me pare de mi asiento que estaba al fondo del salón y me dirigí a la puerta, sin despedirme de nadie, puesto que no tenía amigos realmente en la escuela, comencé a caminar a la oficina.Sin ninguna prisa me tome mi tiempo para llegar, me balance por los pasillos mientr
–¡No lo acepto!–. Grité con desesperación a la agente de servicios sociales que estaba en la puerta de mi casa, junto a ella se encontraba un oficial de policía, y uno de los abogados de confianza de mi madre.–No es cuestión de lo que lo acepte o no, al ser usted menor de edad y sin nadie que pueda hacerse cargo de usted el gobierno tiene la obligación de proporcionarle un hogar hasta que cumpla la mayoría de edad– Me explico pacientemente la señora, pero yo solo quería dedicarle una que otra palabra que en otra ocasión harían que mi madre me castigara por semanas.Le transmito todo lo que siento con mis ojos antes de contestar.–Yo puedo hacerme cargo de mí misma, no necesito que el gobierno me cuide, mi familia tiene el suficiente dinero para mantenerme por el resto de mi vida si quisiera–. Le digo con firmeza.–De hecho, esa es
Si algo aprendido desde que mi llegada a la primera casa de acogida que me recibió, es que el mundo era un lugar lleno de personas crueles y egoístas.Si, tal vez hubiera bondad y buenas intenciones en algunos, pero era una desgracia que ellos no abundaran.Cuando llegue al lugar donde según yo pasaría los siguientes tres años lo hice con resignación, ignorante a todos los acontecimientos que ocurrirían en un futuro y que me harían sacar una faceta de mi nunca antes conocida.No había pasado ni una semana de mi llegada, antes de que las adolescentes que vivían conmigo me exigieran que les entregara mis pertenencias argumentando que en esa casa todo era de todos. Obviamente me negué y me metí en una pelea para defender lo que era mío.<
Dirigida a Natasha White Kozlov:Espero que se encuentre bien, y que este tiempo le haya sido de provechoso aprendizaje, como seguramente es consciente, sabemos de qué su cumpleaños número 21 se acerca, y como podrá recordar, se podrá legalmente abrir el resto del testamento de su madre y ser leído propiamente. Por eso mismo, pedimos su presencia en las oficinas del centro de la firma de los abogados de su familia, (abajo adjuntamos la dirección en caso de que la haya olvidado), el día 2 de Noviembre del año presente, un día después de que se declare mayor de edad según las leyes de todo el mundo. Le rogamos por la discreción y por su puntualidad. La estaremos esperando al medio día.A sus servicios, Lic. Vladimir Petrov.El corazón me latía fuertemente en el pecho con cada palabra que leía. Joder, me había olvidado de que mi jodido cumpl
Estaba recargada en mi moto en la calle de enfrente del bufete de abogados mientras me fumaba otro cigarro. Mi consumo de tabaco había aumentado exponencialmente desde que esa puta carta llego a mis manos.Faltaban unos minutos para la hora estipulada y yo todavía no sabía que esperar de aquella reunión. La gente que caminaba por la calle, eran mayormente empresarios que salían a almorzar, con sus trajes limpios he impecables no podía juzgarlos por las miradas de desconfianza que me daban. No es que me viera como una indigente, pero el conjunto de mis botas de combate, un pantalón negro que abrazaba como una segunda piel mis piernas, seguida de mi chamarra de piel, guantes y bufanda, mientras fumaba a lado de mi moto causaba cierta impresión.Vamos, deja de ser una maldita cobarde y entra.Hice una mueca ante la voz de mi conciencia, y esperé otro minuto entero antes de apagar por fin mi cigarro y cr