Ethan Mi inteligencia y buen juicio se vio nublado por Sia, no me puedo lavar las manos, pero definitivamente un corto circuito se generó en mi cerebro. Esa era la explicación más loable que le pude encontrar al penoso suceso que protagonizamos. La peor de las formas en que pudo empezar nuestra nueva vida, aunque fuera de mentira, la convivencia, eso era genuino, comprendía que hasta cierto punto ella no quisiera mi cercanía. Dormir sabiendo que ella estaba al otro lado de ese pasillo, era una distancia tan corta, aquella idea jugaba con mi cerebro, qué pasaría si me meto a su dormitorio y le confieso todo este enredo que siento. ¿En qué ayudaría?, solo volvería más tomentoso este tiempo, porque, Angus no me quiere cerca de ella, de esa forma, solo pretende que le enseñe la realidad de la vida. No escuche cuando ella se levantó y se fue de casa, todo por la noche de insomnio, despertar y no encontrarla hacía de esto una ilusión, que si no fuera por los rastros de su presencia dud
Ethan ¡Soy masoquista!, sin lugar a dudas lo he descubierto y aceptado; extraño nuestras peleas y argumentos, prefiero eso mil veces a que no me hable, sentir su indiferencia, es un castigo cruel más para mí que me contento con su sola presencia. Pensando en cómo acercarme de nuevo a ella y que se olvidará de mantenerme a distancia, se me ocurrió darle más responsabilidades, unas que tendría que consultar conmigo para poder llevarlas a cabo. —Loren, necesito hablar con Sia, que traiga el resumen de la presentación para la junta mensual. Cuando entro a mi oficina llevaba el resumen, lo deposito en mi escritorio y no dijo nada. —¿Estás al tanto de lo que se hablara en esta siguiente reunión? —Solo lo que está escrito en el reporte, no conozco los detalles. —Bien, necesito que tú te encargues de la presentación, no solo de prepararla, deberás ser tú quien se pare enfrente y nos hables de los avances —se sorprendió por la tarea que llevaría a cabo. —Yo no creo... poder hacerlo,
Sia Quiero detestarlo, en verdad que lo intento, guardo mi distancia lo mejor que puedo. En la oficina; si Lloyd pensó que dependería de él para poder culminar con éxito la tarea que me dio, estaba equivocado, quiero respirar y hacerlo por mis propios medios, qué chiste tendría si él me da las respuestas. En donde si me he rendido, no por completo aún; es en la casa, él sabe muchas cosas que yo no, y no puede ser atribuido a nada más que a mi falta de interés por aprender. Los dos crecimos en el mismo ambiente, solo que yo desperdicie valioso tiempo, enojada y protagonizando rabietas y escándalos. Loren estaba emocionada y yo no sabía que la había puesto de tan buen humor. —Mira, es una invitación, la mandan de la oficina de tu padre, aquí dice que él no puede asistir, pero que los envía a ustedes en su representación. Al leerla, era una recaudación para la beneficencia, lo más probable es que Lloyd supiera de qué se trataba, porque él solía acudir a este tipo de eventos con An
Sia Max lo había hecho asombroso, todos daban un recorrido al terminar su participación, cuando estuvo frente a mí me sonrió y me saludo. —Vaya, pero qué suerte tienes —una voz femenina comento, luego vi a la rubia sentarse en mi mesa, al prestarle atención, no era otra que Roxanne Rostford. —¿Qué habrá visto Ethan en ti? —lo dijo apenas audible. La ignoré, yo solo me concentré en tomarle fotos a Max, algunas tomas quedaron asombrosamente artísticas. Incluso me acomodé las gafas y me tomé una selfie. La subí enseguida, por supuesto preguntaron dónde andaba, les contesté y de inmediato surgieron los cuestionamientos sobre mi flamante esposo, les prometí unas fotos que les encantarían. Empecé subiendo unas de Max. Cuando apareció Lloyd me sorprendió verlo en un caballo completamente negro, claro que debía tomar fotos, ya se las debía a la audiencia de face. Su ejecución no era distinta de lo que él suele hacer, siendo un perfeccionista, hasta parecía soberbio el andar
Sia Era desesperanzador, sus palabras me regresaban a la realidad, pero su forma de actuar conmigo era distinta, por ello cuando él tenía esas atenciones para con mi persona. Se volvía confuso. Me haría la loca, la que no le duele que dando señales de enamoramiento sea mandada a volar. El domingo no había nada planeado, quizá solo pasar el día aquí relajándonos, lo cual me sería difícil, prefería mil veces volver a Manhattan, allá por lo menos tendría cosas que ocuparan mi pensamiento. Él no me contó de sus planes que se concertó, justo ayer, un juego de golf y comida lo esperaban, negocios seguramente. Intento convencerme de acompañarlo, hablo de nuevas inversiones, en la empresa que tenemos de modelos, eso a mí me sonaba a viejos rabos verdes. Tal vez me equivoque, eso espero. El golf no me entusiasmaba y preferí no seguirle, en cuanto se marchó, fui a recoger mis cosas, decidí, dejar mi maleta cerca de la puerta, solo le escribí una nota en la cual le pedía de favor lle
Ethan Me levanté más temprano para preparar el desayuno, hoy era un día importante para Sia, daría el resumen de las operaciones que estábamos realizando. Al terminar de prepararlo todo, lo serví y lo dejé listo en la mesa por si ella bajaba antes que yo, así subí para bañarme, encontré una de mis camisas en mi cama, yo no recordaba haberla sacado. Parecía limpia, pero estaba arrugada, la olfateé, tenía mi fragancia y la de ella, un recuerdo me golpeó, ¿cómo no lo supe en cuanto la vi? Era mi camisa la que ella traía el día de ayer, solo de recordar ya me sentía excitado. Esa ducha sería de agua fría. Al bajar ella estaba a punto de terminar de comer, y definitivamente lucía radiante, una sonrisa adornaba su rostro, su piel reflejaba la actividad que le había proporcionado esa oxigenación a sus células. ¡Dios! Qué clase de tonterías estaba yo pensando. Le di vueltas al asunto, necesitábamos algo de orden y reglas en nuestra convivencia, más que nada por mi propio bien. Termina
Ethan Una semana después... Odio mi forma de ser, por qué... Ella volvió a ser huraña conmigo, desde el primer día dejo de comer el desayuno que preparaba, por supuesto que pensé que era debido a lo apresurada que salió, pero no me dirigía la palabra en casa, si yo estaba en la sala ella se iba, si entraba en la cocina, se daba la vuelta y se iba. En la oficina era completamente normal, hablaba conmigo como antes, claro no con la cercanía que había ganado. Luego de las 6 pm ella desaparecía, sin decir a dónde se dirigía y qué demonios hacía, me volvía loco pensando la de cosas que estaría haciendo. Sobre todo, porque dejo bastante claro que haría lo que quisiera y eso a mi parecer incluía sus acostumbradas conductas. Llegaba tarde a casa, y no respondía a mis cuestionamientos, los últimos días me harte de andarla siguiendo para obtener respuestas. … —Loren, Sia quedo en traerme un archivo, ¿dónde demonios está? —me sentía exasperado. —Fue al piso de su padre. Esto era el co
Sia Desperté contenta, abrí los ojos y... momento, ¿por qué estaba en mi habitación? Perfecto recuerdo haber caminado hasta los brazos de Ethan, bueno, no literal, pero sí que cerré los ojos abrazados a él, para asegurarme que no había soñado nada de lo que dijo. Vi el reloj y aún era temprano, por eso no había sonado la alarma, esto no estaba bien, así que avente el edredón y salte de la cama, no, esta ocasión no dejaría que fingiera demencia. Tocar a su puerta, no..., olvide las reglas, al demonio con ellas, no estaba en a la vista, así que sin más gire la manija y me metí al baño, me carcajee. Lloyd estaba enjabonado y con un ojo abierto volteo a ver quién interrumpía su sagrado momento, él al estar de espaldas no se veía nada, además los vidrios de la regadera tienen una franja que arruinan la vista. Con todo y eso, me di cuenta de mi comportamiento tan abrupto, me acaloré, porque ese cristal era lo único que impedía ver la anatomía de ese hombre, que se encuentra plagando m