Tengo una familia maravillosa, una familia de esas que se aman con toda el alma y que todos se llevan de lo más bien, dónde no existe la envidia y el rencor.Son tres hermanos los que tengo, incluida mi hermana, en total somos cuatro. Mi hermano mayor es un importante militar que acaba de salir de franco, después de algunos meses sin verlo, ha regresado. Mi segundo hermano estudia la universidad al igual que mi hermana, ambos siguen la misma carrera, tras de nacer el mismo día, han elegido estudiar lo mismo, sus metas son llegar a ser doctores importantes en el país.Ahora que mi hermano ha regresado, lo más probable es que por la noche se realice una reunión familiar con los más allegados a él y la familia. Supongo que Adiel, el mejor amigo de mi hermano y mi profesor, se hará presente. Pensar en eso me emociona, pero a la vez me entristece, porque seguramente no llegará solo.*Cuando la noche llegó, la familia se hizo presente. No toda, al menos la de papá si, ya que era una famil
—Suéltame.—Escucha bien Crys, tu eres mía y de nadie más.—¡Eres un asqueroso!, ¡soy tu prima!—¿Y? Eso no quiere decir que no podamos estar juntos—. Intentó besarme y le di un rodillazo.—¡Me das asco!, ¿entiendes? ¡Asco! —. Salí corriendo para ir a mi habitación por las gradas de la parte trasera, él me siguió y me apegó a la pared.—En cambio tú, tu me encantas.—¡Aléjate o grito!—Escucha Crys, el profesor Adiel jamás pondrá sus ojos en ti, solo eres una niña para él, en cambio nosotros tenemos la misma edad.—Aléjate cerdo—, lo empujé —No me sigas porque grito y le cuento a mis hermanos todo, ya imaginas lo que Jack te hará. Dicho eso se quedó quieto y me dejó ir, subí corriendo las gradas hasta llegar a la habitación, me encerré en ella y puse seguro en la puerta, una vez dentro me lancé a la cama y lloré con fuerzas. Lloraba por todo lo que tenía guardado dentro, por tener que soportar al asqueroso de Diego y por el amor imposible que sentía por Adiel. Aquella noche no vol
—Yo llevo esto—, quitó de mis manos el carbón y al momento que nuestras manos rozaron mi corazón se detuvo, era como si se hubiera quedado inerte, pero aún continuaba viviendo, luego arremetió con latidos que parecían tambor en pleno desfile, me quedé perpleja mirándolo partir. Estaba absorta recordando aquella pequeña escena donde solo un roce despertó todas las células de mi cuerpo. Joder, que sería si sus labios se unieran a los míos o sus manos recorrieran mi cuerpo, yo creo que me desmayaría en ese instante.Cuando escuché el auto de mis padres llegar me volteé a verlos, me parecía que hubiera sido un excelente día si no hubieran traído a él asqueroso de Diego, pero como iban a dejarlo fuera, si mi padre jamás dejaría a su hermana fuera de un día como este.—Mantente alejado de mi rata asquerosa—, le dije una vez que le vi acercarse. Nadie escuchó, puesto que todos estaban acomodando las cosas que habíamos traído para preparar. —Adiel jamás te hará caso— sonrió de forma despre
Conteniendo la respiración asentí. Dio media vuelta y se fue, miré a Cleo y sonreí. Seguido fui tras de él, mis piernas temblaban y mis manos estaban completamente heladas, joder, que temblor el que se había apoderado de mi. Cuando llegamos a la oficina había pocos maestros, entre ellos estaba su esposa, la cual me miró de forma normal y segundos después continuó en lo que se encontraba. —Míreme a mí—, dijo Adiel con voz suave —No mire a los demás licenciados. Succioné gruesa saliva y lentamente dirigí la mirada a él, conectar mi mirada con la suya fue un impacto al corazón. Este último se disparó como bombos y platillos, creo que incluso mi rostro se encendió porque una calentura recorrió mi cuerpo. Los ojos negros de Adiel no se despegaban de los míos, carajo que su mirada era intensa y asechadora.De pronto me vi obligada a bajar la mirada, porque su esposa se acercó y le dio un beso, cuando eso sucedió sentí un nudo en mi estómago y una inmensas ganas de llorar. Mordí mi labio
Mamá ladeó la cabeza y se fue. Comí de prisa y subí a mi habitación, cepillé mis dientes y abrí la laptop para escribirle a mis amigas. Cómo siempre Cleo me dio ánimos y Carol siempre con su quemí importismo, muchas veces me hacía pensar que no era del todo sincera, se suponía que una amiga siempre debía alegrarse de los logros y sueños de su amiga, pero Carol siempre trataba de apachurrarme. Estaba concentrada escuchando música y en el chat con Cleo cuando llegó un mensaje. Al abrirlo mi corazón latió desenfrenadamente, era de Adiel y me estaba pidiendo disculpas por no haberme respondido antes, decía que estaba ocupado, bla, bla. Suspiré profundo y lancé el móvil a un costado, ahora era yo que lo dejaría en visto. Me valía un culo si estuvo ocupado, debió responderme cuando yo quería. El teléfono volvió a sonar y era otro mensaje suyo, envió unas caritas lo que me hizo acelerar el corazón. Cerré mis ojos y volví a dejarlo en visto, minutos después me estaba llamando, joder, ¿qu
Una vez que se fue solté el aire por mi boca y me senté. Minutos después me dirigí al coliseo, me senté en las últimas sillas y desde ahí lo contemplé, estaba sentado con una pierna sobre la otra formando el cuatro al lado de otro profesor y su mirada fija en mí. Entre ratos asentía en lo que hablaba el otro profesor y luego volvía a mirarme. Cuando nos tocó volver a las aulas pasé por su costado. Estaba abrazado a ella y sobre el hombro me miró. No entendía como podían permitirle que se hicieran cariños en el instituto, eso era una falta de respeto para nosotros los alumnos y más para mí pobre corazón. Pero si al director no le importaba, menos le iba a importar a los demás licenciados que se encontraban junto a ellos. Antes de girar hacia el pasillo donde quedaba mi salón, regresé a mirar, Adiel estaba sujetado con una mano del poste donde se encontraba recostado y la otra la mantenía colgando, desde ahí se podía notar que era ella quien lo había abrazado. Cuando la mano que le colg
—Bueno, yo me retiro, los dejo para que continúen. —Gracias Mami—. Mamá me sacó la lengua y se fue. Adiel posó el vaso en la charola y volvió a explicarme. En esta vez puse más atención y algo se me quedó. —¿Seguro entendió? —Si. —Cualquier cosas si no entiende puede escribirme y preguntar. —Para que me deje en visto— musité sobre bajo pero llegó a sus oídos y sonrió. —En serio, no fue mi intensión. Cuando llegó su mensaje estaba por ingresar a la ducha. Y ya luego me ocupé en otras cosas y no pude responder. —Profesor, en serio, no tiene que darme explicaciones. —Ok, solo quería que supieras que no fue mi intensión dejarte en visto. Sonreí y Asentí. —Ahora ya me trata de tú. El sonrió y se vio tan hermoso, como un Dios griegos, como un príncipe de esas películas, pero inalcanzable para una plebeya como yo. —¿Cómo quiere que le diga? Bajé la mirada y apretando mis labios dije. —Me gusta… señorita Bruce. Volvió a sonreír y colocó su brazo sobre el espaldar del sillón, sus ojos negros m
Los días pasaron y Diego no se volvió a meter conmigo, creo que después del golpe que Will le dio, le sirvió de escarmiento. En el recreo ya no era Carol, Cleo y mi persona, ahora éramos Will, Cleo y yo. Mi grupo de trillizas se rompió, gracias a que Carol se volvió mi rival. Como si yo tuviera la culpa de que el tonto de mi primo se hubiera enamorado de mí, y por eso no quisiera tener algo con ella. Me dolía que ya no formara parte de nuestro grupo, pero tampoco iba a rogarle que volviera, si había algo que tenía era orgullo, por ello mis sentimientos por Adiel eran ocultos. Cuando el fin de semana llegó Adiel me escribió. Vaya que su puto mensaje me avivó el corazón, y ni siquiera era un mensaje de amor o algo parecido, era el mensaje dándome el ultimátum. —¿Podemos vernos? Pero no en casa—, vio el mensaje y segundos después respondió. —¿Entonces dónde? Le envié la dirección y empecé a vestirme. Le dije a mamá que iría con Cleo a dar una vuelta, y mi madre llamó a confirmar y como e