VIII

—¿Sabían que su tío Matt construyó esa cabaña con sus propias manos? —Liam los miraba con expresión severa, enfundado en su pijama, que curiosamente tenía dibujos de ovejas saltando vallas—. ¡Con sus propias manos! Y ustedes la destruyeron por completo… —Hizo una pausa dramática, llevándose una mano a la frente—. ¡Ni siquiera nosotros logramos algo así en nuestra juventud!

—¿Nos está reprendiendo o nos está felicitando? —susurró Ted a Thomas, sus ojos brillando con diversión reprimida.

—Creo que es una mezcla de los dos —respondió Thomas, apretando los labios para no sonreír.

Dantalian permanecía inmóvil, sentado en el sofá sin saber cómo había llegado hasta allí. Después de la explosión, su mente se había nublado. Recordaba fragmentos, gritos, el rostro pálido de Haniel, la mirada furiosa de su padre. Todo era borroso, como un mal sueño.

Alzó la vista y se encontró con Haniel, que estaba sentado en el otro extremo de la sala, con un ojo morado e hinchado. Se veía tan mal que incluso
Sigue leyendo en Buenovela
Escanea el código para descargar la APP
capítulo anteriorcapítulo siguiente

Capítulos relacionados

Último capítulo

Escanea el código para leer en la APP