Entonces Raimi que iba delante de ellos paró en seco y los demás hicieron lo mismo. El hielo explotó delante de ellos, surgiendo del agua helada debajo de la pista de hielo, una criatura enorme mitad pez mitad una especie terrible de humanoide color azul soltó un sonido agudo que parecía querer romperles el tímpano.

Raimi desplegó su espada, Taylor desplegó su látigo, Steve alzó su ballesta y Aiko balanceó sus katanas. Los cuatro se lanzaron hacia la colosal criatura.

Steve le atravesó los ojos con las flechas que lanzó, la criatura sacudió sus garras con furia, casi dándole a los demás. Raimi logró clavarle su espada en un brazo, Aiko también ayudó con el otro, dándole tiempo a Taylor que tenía su látigo llameante, que sería la única arma capaz de traspasar la escamosa piel de aquel monstruo.

—¡Hazlo rápido! —exclamó Steve dejando de disparar flechas porque la criatura se balanceaba de dolor causando cada vez que se abrieran más grietas en el hielo—, ¡Estamos a punto de hundirnos!

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