—Si antes no nos miraban, ahora definitivamente lo hacen —Steve le guiño a un grupo de cazadoras que iba en la misma avioneta que ellos—, ¿Acaso encontrare a mi ser amado?

—Lo que vas a encontrar será un cuchillo en la espalda —Taylor sonrió y se acercó a Steve para susurrarle—, sabes para qué estamos aquí.

—No seas aguafiestas —Steve recostó su cabeza sobre el hombro de Raimi, el cual se sacudió de inmediato lanzándole una mirada asesina—, uno de vez en cuando necesita un poco de cariño, y la madre guerra sabe que no lo encontraré en este enorme tarado que solo sabe gruñir, ¿De casualidad no serás un hombre lobo encubierto Raimi?, eres tan gruñón como uno.

La avioneta aterrizó y bajaron de ella con el viento glacial golpeándole la cara.

—Parece que vendrá una tormenta de nieve… —Aiko se ajustó su traje y aseguro sus katanas en su espalda.

Taylor y Aiko se posicionaron inmediatamente detrás de Raimi, como era grande en todas proporciones, las podría cubrir. Este intento protegerlas lo