—No nos hemos visto en mucho tiempo ¿no? —Naoki parecía muy nervioso.

Aiko sonrió.

—Me alegra que no me odies —hablo ella con sinceridad—, alguna vez pensé que, si nosotros nos volveríamos a encontrar, me rechazarías y en tus ojos solo encontraría odio.

—Por supuesto que no —Naoki suspiro soltando vapor de su boca por el frío que hacía—, no te voy a negar que estuve meses amargado después de que te fueras. Estaba resentido contigo por elegirlo, resentido por tu familia por dejarte ir, odiando a los hombres lobos con mucho esmero, pero eso me duró poco cuando empezaron a aparecer esas criaturas extintas por todos lados. A penas nos dábamos abasto, cada vez teníamos más heridos y bajas, ¿puedes creerlo?, por años en la villa solo hubo muertes por vejez, ahora había muertes porque no estábamos lo suficientemente preparados para esa magnitud de problemas, tenías razón, estábamos estancados.

—Si, pero mi forma de decirlo no fue buena y tampoco la forma que iba a huir dejándote en la nada j