Orlando, Enero 2024.
Un olor a alcohol y a desinfectante de limón llego a mí, seguidos de un sonido constante, un sonido que no pude descifrar sino hasta después de que abrí mis ojos. «Estoy en un hospital» pensé. No podía moverme aún, abrí de apoco mis ojos para detallar en dónde estoy realmente.
Tenía una máscara de oxígeno en mi cara, muchos cables pegados a mí y a una máquina que detectaba todos mis signos vitales, ese era el sonido que no lograba reconocer. También tengo un extraño tubo introducido en mi nariz, a pesar de que se ve muy incómodo y molesto, es como si mi cuerpo se hubiese acostumbrado a tener todo esto encima y dentro.Mis latidos eran normales, según recuerdo en las últimas clases de enfermería, explicaba justo el uso de esa máquina; Un pulsímetro o monitor de frecuencia cardíaca. Mi cuerpo se sentía pesado, como si necesitará estirarme o extender mis extremidades.Me encuentro en una camilla, llena de yesos en mis extremidades y uno en un brazo.La habitación se ve muy iluminada, con un ventanal hermoso que deja ver el paisaje de donde sea que esté.Unos minutos después llega una enfermera, la cual queda paralizada cuando me ve despierta, se regresa de inmediato para luego de un par de minutos regresar con un doctor.—Hola, Zoe, estás en el hospital AdventHealth East Orlando, voy a examinarte rápidamente— con una linterna me ilumina los ojos, mientras que le ordena a la enfermera a retirar mi máscara de oxígeno.—Doctor... — murmuró, casi sin aliento.—No te esfuerces, acabas de despertar de un coma, hay que tomarlo con calma. — me explica, yo parpadeo lento y trato de respirar igual de lento.«Así que en coma, estuve en coma...» pensé. Bueno, eso tiene sentido, todos estos aparatos y cosas encima de mí.Tuvieron que hacerme tantos exámenes antes de darme cualquier tipo de información, "mantenga la calma, ya el doctor le explicará" eran las respuestas de las enfermeras que venían a chequearme, fueron como dos días en total silencio, con mil preguntas, hasta que por fin el doctor ingresó a mi habitación.—Hola Zoe. — se detiene al lado de mi camilla.Yo siento mi cuerpo aún débil, pero puedo hablar mejor.—Doctor, ¿Qué pasó? He esperado que usted me explique lo que sucedió.Él se acercó a mí.—Estaba esperando a que te recuperarás un poco más antes de recibir noticias que pueden ser impactantes. — hace una pausa y lee su carpeta en voz alta. — Tuviste una fisura en el fémur, te dislocaste el hombro y tres costillas fracturadas de las cuales dos penetraron tus pulmones, te hicimos varias cirugías para poder tenerte con vida, luego de eso caíste en coma, estuviste en coma por seis meses y dos días.Mi expresión debió ser muy trágica, que el doctor tuvo que parar, mirarme y preguntar: — ¿Continuó?Yo asentí, mis ojos se pusieron vidriosos, en mi mente se repetía el flashback del accidente, como mi cuerpo salió volando del auto, como caí sobre el asfalto.—Tuviste un golpe muy fuerte en la cabeza, hicimos varias radiografías, no mostraron ningún daño importante. Sin embargo debemos hacer chequeos constantes para ver que todo marche bien.Sus palabras continuaban explicando todos los tratamientos que iba a tomar a partir de hoy, todos mis nuevos chequeos, todos mis exámenes, pero no podía evitar pensar en algo. Así que decidí preguntar interrumpiendo su explicación.— ¿Dónde están mis padres? — quizá no debí hacer esa pregunta, según lo que recuerdo de ese día, ellos no salieron del auto, ellos murieron, pero algo dentro de mí tenía la esperanza de que ellos lograron salir con vida y están esperándome en casa.—Ellos fallecieron el mismo día del accidente, no lograron salir del auto y cuando explotó... — intercambio miradas con la enfermera, la cual llevaba rato mirándome con algo de lastima.Yo asentí, evitando que él continuase con la explicación del como fallecieron mis dos seres amados, aguanté lo más que pude el llanto. Ese nudo que sueles sentir en la garganta cuando algo demasiado triste está sucediéndote, se hacía más grande.Aunque intenté no hacer ningún gesto o decir nada, mis lágrimas comenzaron a salir solas, como si fuese un vaso lleno de agua y de gota a gota termina por derramarse.—Lo siento, ¿quieres un poco de agua? — yo negué con la cabeza.— ¿Y mi abuela? No sé si pueden comunicarse con ella.—Lo lamento mucho Zoe, tu abuela también falleció hace cuatro meses, nos enteramos porque ella venía a las visitas diariamente, pero un día dejo de venir. Los oficiales encontraron su cuerpo un par de semanas después. — no puedo creer que todo esto esté pasando. —Estos seis meses fueron... Fueron terribles, no sabíamos si despertarías, gracias a Dios y no suelo decirlo en voz alta, estás viva. — confesó el doctor.«Tal vez ese Dios no salvó a mis padres porque no recé por ellos...» pensé, es una tontería pensar de esa forma, me contradigo a mí misma sabiendo que nada de lo que alguien diga me dará consuelo.—Entiendo— Murmuré intentando no forzar mi voz, la cual comienza a quebrarse por el llanto contenido.—Si necesitas cualquier cosa puedes tocar el interruptor de tu camilla, cualquier enfermera vendrá de inmediato. — completó el doctor.Una de las enfermeras entra a la habitación.—Disculpen la interrupción, pero debemos quitarle sonda nasogástrica a la paciente. — comienza a preparar todo para retirarla.La enfermera se lavó las manos y desinfecto completamente, colocó una toalla en mi pecho, y retiro la cinta adhesiva de mi nariz.Agarró la sonda justo por fuera de las fosas nasales y, con un solo movimiento, halo rápidamente de la sonda hasta donde alcance su brazo. Luego, con la otra mano, termina de halar de la sonda hasta que estuvo completamente fuera.Sentí náuseas, incomodidad total y mucho asco.Con la toalla me limpié poco a poco, salió algo de sangre, pero la enfermera dijo que es normal. Limpió todo y luego se marchó para darme un poco de privacidad.No sé cuánto tiempo pasaré en este hospital, despertar de un coma no es fácil, muchos exámenes, muchas cosas médicas que aún no proceso para poder verificar que es correcto darme el alta. Quizá pase un par de días o semanas más aquí, pero ya pasé seis meses... Honestamente el tiempo en este hospital ya me da igual.Ya no tengo nada más que perder.
Escucho los gritos de mis padres desesperados por salir del auto, los cinturones de seguridad no se desprenden, no pueden liberarse, yo estoy fuera del auto. De pie, mirándolos fijamente inmóvil.—Zoe, ayúdanos, Zoe, estamos muriendo— grita mi madre, yo no puedo hacer nada más que mirarlos. Sus gritos de desespero hacen eco en mi cabeza, retumbando la culpa que me come por dentro al saber que yo también debí morir con ellos.Abrí mis ojos rápidamente, mi pecho acelerado a mil por segundo; mi corazón late fuerte y rápido como caballos en una carrera, estoy sudando a pesar del frío que hace en esta habitación de hospital. Mis lágrimas comenzaron a caer por mis mejillas, todo esto es demasiado que procesar. Aunque pasé seis meses en coma siento la muerte de mis padres y de mi abuela como si hubiese sido ayer.Intenté levantarme para ir al baño que tengo justo en mi habitación, mirando el reloj que hay pegado en la pared y me fijo que son las tres de la madrugada, me detengo al ver que un
‘’El infierno solo es infierno cuando se sufre, pero en el dolor también hay placer. ’’ El ardiente lugar al que me han condenado desde que me rebelé contra el mismísimo Dios; creador de todo, ha sido mi hogar, mi infernal hogar. Dominando por años las torturas a personas que comenten pecados, atormentando a demonios que solo ceden ante mis demandas, mis leales súbditos, condenados a la eternidad para servirme. Me rodea la maldad: el dolor, la ira, la venganza, las más oscuras intenciones del ser humano; humanos... Todos son tan iguales, tan hipócritas consigo mismo. Los conozco, perdí la cabeza por una humana hace siglos, la perdí por enamorarme de quien no debería. Pero solo un tonto pensaría que algo prohibido no me llamaría la atención. Dios me ordeno firmemente que no tocase a sus perfectas creaciones, sus más grandes obras, diseñadas para servirle, adorarle, amarle sin cuestionar nada. ¡CIEGOS! Les puedo jurar que lo intenté, pero nunca he sido de los más obedientes del señ
Jacksonville, Febrero, 2021.Mi casa se encontraba igual a como la dejamos antes de viajar, antes de... De tener ese terrible accidente. El taxista se marchó, dejándome de pie, sola frente a lo que un día fue un hogar lleno de ruido, amor, felicidad y ahora está completamente vacío. El frío invadió mi piel, definitivamente la temporada de vientos y lluvia ha llegado, o ya tenía meses, estoy algo perdida en la noción del tiempo y espacio. Los seis meses que pasé en coma me hicieron perder el orden del calendario.Al entrar pude observar todo con mucha nostalgia, es como si el tiempo aquí no hubiese avanzado: los muebles en el mismo lugar, las cortinas cerradas para evitar las vistas de los vecinos chismosos, los últimos platos donde desayunamos escurriendo en el fregador, las flores en el centro de mesa estaban marchitas, recordándome que aunque parezca que no, el tiempo si pasó y no perdonó.Había algo de polvo por toda la casa, para ser honesta conmigo misma no tenía ánimos de limpi
Lo de ayer realmente me afecto, pasé toda la noche asustada, imaginando que quizá en cualquier momento esa persona volvería a entrar a mi casa o a mi habitación, invadiendo mi mente como lo hizo. ¿Cómo sabia lo de mi coma? es decir, ¿Cómo pudo entrar a mi casa sin forzar ninguna puerta? Revise todo antes de dormir, dos veces.Está claro que quizá el coma despertó alguna clase de trastorno en mi mente lo que me hace tener estas alucinaciones tan vividas de él.Tome la decisión de ir al psicólogo, dar ese primer pasó de reconocer que tengo algún problema, he visto y leído casos de personas que luego de un accidente o situación que les causa un trauma, generan alguna especie de depresión psicótica, ese puede ser mi caso.Ingrese al edificio donde se encuentra el consultorio de la psicóloga, caminé con paso apresurado hasta la secretaria que se encontraba en un pequeño escritorio frente al consultorio.—Hola, buen día...—Buen día. —de forma tajante y sin hacer contacto visual.— ¿Se encu
Me abstengo de aparecer en su vida en mi aspecto físico normal. No quiero que se asuste y termine odiándome sin siquiera conocerme o mejor dicho recordarme. No puedo luchar conmigo mismo, contra mis propios instintos que fluyen de forma natural cuando la veo directamente a sus hermosos ojos. Pude sentir que realmente estaba mirando a Eva, sé que es su descendiente, pero sus ojos, los tiene exactamente iguales. Cómo si ella misma hubiese reencarnado.Hermosos, llenos de inocencia y de un azul que te hace perder por completo la noción del tiempo y el espacio. Me siento cómodamente perdido en sus retinas, quisiera permanecer reflejado en ellas por el resto de mi eternidad. Pero… todo a su tiempo, Zoe es una humana con una vida difícil, nos topamos en circunstancias complejas, así que debo mantenerme cerca de ella, lo suficiente como para estar alerta de lo que sucede con su vida. Quiero ser para ella su guardián, su luz, su sombra, el eco de sus pasos al caminar, quiero serlo todo.
¡Pensé que estabas muerta! ¿Debería ser un motivo de alegría? Ojalá. Ojalá yo hubiese fallecido junto a mis padres, pero no fue así.Estaba tratando de buscar en mi mente alguna respuesta lógica para esa frase, no encontré nada, me siento al borde del colapso social hasta que ¡PUM! Explota su teléfono de la nada.Di varios pasos atrás, aprovechando que muchas personas se acercaron a ella, curiosos de sus heridas y de la extraña forma en la que el teléfono explotó.Por eso no he comprado uno aún, el que tenía se dañó en el accidente, lo tengo en el cajón de mi habitación, guardado, quizá lo revise un día de estos para salvar algunas fotos. No lo quiero tocar porque siento que solo me recordará al momento en el que perdí todo. A demás no hay nadie con quién quisiera hablar.De camino a la salida no puedo evitar sentir que alguien me sigue, miro varias veces de reojo a mi espalda cuando volteo a los lados, pero no veo nada... No hay nadie. Quizá no me he distraído lo suficiente.Tengo q
Me sentía como una niña pequeña cuando Ethan me miró, se fijó en mí nuevamente. No sé había olvidado de mí o en todo caso, no me veía con lástima ni mucho menos hizo algún comentario de: "pensé que estabas muerta, o gracias a Dios estás viva", solo me trató normal... ¿Es mucho pedir eso de los demás?Sentados en el salón, yo intenté llevar el ritmo de lo que la profesora explicaba, anotando en mi cuaderno todas esa fórmulas y medidas para inyecciones, sin embargo mi mente no está del todo aquí.«Quizá fue muy pronto para regresar a la universidad, me siento tan perdida» pensé.Sentí las horas eternas, sostener el lápiz me cansó la mano, definitivamente necesito tomar esto con calma.—Señorita Jones— me llama la profesora. Todos en el salón clavaron sus miradas curiosas en mí— puede que se sienta algo perdida en clase, quizá algún compañero le facilite un cuaderno con las clases anteriores y así de sienta un poco más familiarizada con las futuras clases.Yo asentí, queriendo hacerme pe
Sus ojos mostraban una mezcla extraña entre miedo y alegría, como si estuviese feliz de ser rescatada, pero odiase la idea de que su salvador es Lucifer.El silencio abrazo el momento que, extrañamente, no era incómodo.Siento que ella quiere decir mucho, demasiado, pero sus palabras chocan en su garganta ocasionando un accidente silencioso.—Esto no puede ser cierto... — se aleja de mí, camina con paso apresurado hasta el baño, pasándole seguro a la puerta.Pobre Zoe, todavía piensa que esas cosas tan banales me alejarían de ella. No tiene idea de lo que yo haría para llegar a ella.—Zoe, no puedes huir de mí, no puedes seguir negando mi clara existencia— dije yo, mientras me acerqué a la puerta de su baño.Ella continuaba en silencio, escucho como se abre el grifo. Traspase la puerta y la vi ahí lavándose el rostro y el cuello, como si quisiera limpiar toda la suciedad y mal rato que le hizo pasar ese imbécil, al cual espero con muchas ansias en mi castillo en el infierno. Hay much